http:://aserne.blogspot.com
Por: Carlos R. Alvarado Grimán
“En estos tiemposlas élites no pueden encogerse de hombros o meter la cabeza en un hueco como el avestruz”
El término “élite”
ha sido siempre usado de manera peyorativa por la izquierda tradicional, para desdeñar
de la burguesía o grupos oligárquicos, supuestamente, opuestos a los cambios
que reclaman los pueblos y las sociedades.
Pero nada
más alejado de la realidad, las élites en nuestro caso en particular, jugaron
un papel estelar y determinante en la gesta independentista y en todos los
hechos importantes de nuestra historia patria. Esto no es casual, las élites están
constituidas, por los elementos más destacados y granados de las sociedades y
son capaces de impulsar movimientos transcendentales
con proyección universal.
Las élites
en todos los países son las fuentes de pensamientos innovadores y de avanzada, propulsoras
de verdaderos cambios, que revolucionan
sociedades enteras. Países como Estados Unidos, Canadá, Francia,
Alemania e Inglaterra han alcanzado sus actuales niveles de bienestar y
desarrollo gracias a la activa participación de sus élites científicas, empresariales,
religiosas y políticas.
En las
tierras del Islam, en la llamada “Primavera Árabe”, las élites han abierto caminos
que, años atrás, eran inimaginables. Hemos visto desmoronarse añejas satrapías
producto de acciones populares sin precedentes en donde las élites han jugado
un papel primordial como interlocutores válidos para occidente, lo cual ha sido
vital para el triunfo de las fuerzas insurgentes.
En Venezuela
las elites intelectuales, jugaron un papel esencial para el ascenso de Chávez
al poder. Nuestras élites erróneamente, percibieron en Chávez una solución, frente
a la decadencia del bipartidismo adeco-copeyano de finales del siglo pasado. Pero
luego de este error histórico, se replegaron, dejando al chavismo incapaz y a la
muchedumbre, el camino abierto, para que destruyeran todas las instituciones básicas y
fundamentales del Estado democrático.
No obstante,
las élites tienen responsabilidades y deben emerger de su rol pasivo y emendar
su error, asumiendo el papel ductor y rector es decir: cohesionando las
distintas capas sociales con base a un proyecto viable de país; asumiendo sin
complejos el papel protagónico en los
procesos de toma de decisiones; elevando los niveles de conciencia de la
población; promoviendo las acciones necesarias que conduzcan al derrocamiento
de la satrapía chavista y; actuando como interlocutores válidos ante las
comunidades de naciones del mundo.
Las élites
tienen ahora la oportunidad de reivindicarse ante la historia. Este es un clamor ahogado en la censura y en el miedo generado
por el régimen cubano-chavista, con la omisión complaciente de una seudo
dirigencia política sin visión, pusilánime,
inmersa en pleitos provincianos e intereses personales y grupales.
Las elites no pueden ni deben encogerse de hombros o meter la cabeza en
un hueco como el avestruz, deben por el contrario abrir caminos hacia una nueva aurora de paz, progreso y libertad
para los venezolanos, impulsando una Primavera Venezolana!
0 comentarios:
Publicar un comentario
Haga su comentario