El CNE es una estructura tramposa para
garantizar la continuidad del 'Caudillo'. Aparecen nuevos 'actores' en
el acto de sufragar, todos nombrados a dedo por la mayoría oficialista
del ente comicial. La MUD sigue muda ante los mecanismos fraudulentos
puestos en marcha para torcer la voluntad popular... El desgobierno está
armando a los civiles para la represión. Grave antecedente de una
posible guerra civil.
No
hay manera de constatar la existencia real de los supuestos nuevos
votantes. Podría tratarse de muertos, de cubanos, colombianos, chinos o
de personas inexistentes o de existencia meramente virtual.
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.Por Santiago Alcalá
Operación
rebanada. Así podría denominarse el fraude de Estado, aguas abajo y
aguas arriba, horizontal y vertical, hacia adentro y hacia afuera, que
tiene montado el desgobierno forajido de Hugo Chávez, para las próximas
elecciones Presidenciales.
¿Y por qué el término “rebanada”?
Es que el escamoteo de la voluntad de los venezolanos, no tiene contemplado un factor único, sino varios, plurales y sucesivos, por lonjas, como quien rebana una butifarra o una mortadela con esos aparatos eléctricos que operan los charcuteros.
El primer aspecto del megafraude:
el padrón electoral
Ese supuesto crecimiento geométrico de la población venezolana a partir de 2004 en el que, casi, hay más votantes que pobladores tiene un componente criminoso, a todas luces.
En 2005 el Instituto de Derechos Humanos/CAPEL, con base en el Protocolo de Tikai envió a Venezuela una comisión, con el objeto de auditar nuestro Padrón Electoral. El procedimiento de este tipo de revisiones es laborioso, pero al fin y al cabo sencillo. La mencionada organización le solicitó al Consejo Nacional Electoral, el examen aleatorio de 12 mil electores.
El
CNE permitió constatar la data de esos ciudadanos en lo que a sus
archivos se refería, pero cuando los oficiales de IDH/CAPEL, requirieron
el examen de la documentación que debe reposar en los archivos de la
ONIDEX (hoy Servicio Administrativo de Identificación, Migración y
Extranjería) les dieron con la puerta en las narices. En la “oprobiosa”
Cuarta República existía el cargo de Fiscal Nacional de Cedulación, que
siempre recaía en un opositor, pero, ahora, tal fiscal ha sido eliminado
y la disidencia venezolana, no ha tenido manera de constatar la
existencia real, de esos supuestos nuevos votantes. Podría tratarse de
muertos, de cubanos, colombianos, chinos o de personas inexistentes o
de existencia meramente virtual. Primeras, segundas y terceras lonjas
rebanadas al caudal electoral opositor y agregadas a las supuestas
predilecciones electorales a favor de Chávez.
Los 5.000 minicentros electorales
So pretexto, de facilitarles el acceso a las personas residenciadas en lugares extraurbanos distantes, el CNE ha habilitado alrededor de cinco mil minicentros de votación, con dos mesas, nada más, y solamente seiscientos electores cada centro. Sume y multiplique para que compruebe que estamos hablando de tres millones de votos. Tal medida, en lo que al montaje del fraude de refiere, se hermana con el acoso o asfixia financiera en perjuicio de los movimientos políticos opositores.
El
Psuv sí recibe toda clase de donaciones y abusivos aportes oficiales
disfrazados de mil maneras. Pero sobre los partidos de la disidencia
recae, con todo su peso, la prohibición de aportes públicos. El
gobierno de Chávez malbarata millones de petrodólares en las campañas
electorales de sus compinches de Nicaragua, Argentina (favor recordar el
incidente de la maleta), Bolivia, Perú, Ecuador. Pero para los
opositores del patio ha hecho sancionar, con asfixia premeditada, la Ley
de Soberanía Política y Autodeterminación Nacional que criminaliza
cualquier donación extranjera a todo lo cual se agregan los acosos del
Seniat, Cadivi, el CICPC a todo aquél en particular los empresarios,
que de su propio bolsillo ayude a los demócratas venezolanos y aquí
llegamos a donde comenzamos:
En virtud de ese torniquete financiero, a los opositores de Chávez, se les hace cuesta arriba cubrir con sus testigos de mesa, a esos cinco mil minicentros de votación, en lugares distantes, poco accesibles.
El
corolario es sencillo: mesa en la que está no esté presente el testigo
opositor, el desgobierno de Chávez le mete zapatero. Varias lonjas
menos, rebanadas al caudal electoral de las fuerzas democráticas.
Cayapa contra el eventual testigo de oposición
ONG, como Súmate y Esdata, en especial esta última, han demostrado, papeles en mano, el sorteo fraudulento de los integrantes de mesas, por parte del CNE al extremo que la proporción es de 8 a 2, a favor de afectos al desgobierno chavista. A todo lo anterior, se agrega la aparición de nuevos “actores” en el acto de sufragar, todos nombrados a dedo por la mayoría oficialista del ente comicial.
A
saber, los “coordinadores de centros”, los “operadores de máquinas
electorales” y los miembros de las Milicias Bolivarianas, convictos y
confesos rojos, rojitos, quienes pese a ser civiles han sido equiparados
con los militares supuestamente independientes y por lo mismo
facultados para custodiar los centros de votación y el acarreo de las
actas de votación. Total, que un testigo de oposición, en solitario,
tendrá que batirse el día de los comicios y conteo de las papeletas, con
alrededor de veinte personas afectas al oficialismo y eso sin contar
los matones de esquinas –como su jefe máximo- que pululan por los
centros de votación, en especial, los más apartados. Nueva resta de
varias rebanadas adicionales al caudal opositor.
Más flores para la coronaRazones
de espacio, nos obligan a dejar para el próximo domingo, restantes
elementos del megafraude electoral montado y en curso por el desgobierno
forajido. Por lo pronto les anunciamos dos factores trágicos, por decir
lo menos: en primer término, el quitietismo de la Mesa de Unidad
Democrática para denunciar y ponerles un parao a tales estratagemas y el
segundo, la entrega de armas a los denominados “colectivos”, al estilo,
La Piedrita, Los Carapaicas, Círculos Bolivarianos, a lo ancho y largo
de la país, para que el día de las votaciones y días subsiguientes,
“resguarden” el orden público, todo bajo la dirección de varias decenas
de miles de cubanos que ya han asumido tales coordinaciones. En su
pretendida juramentación a los sedicentes patrulleros, Chávez lo ha
confesado. Cosas de sus incontinencias.
El desgobierno está armando a
los civiles para la represión. Grave antecedente de una posible guerra
civil./LaRazón
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