Los afectos de esta situación no se han hecho esperar: la Defensa
Pública está prácticamente paralizada, con graves consecuiencias hacia
un alto porcentaje de los más de 45 mil hombres y mujeres privados de
libertad que no cuentan con recursos económicos para llevar sus
respectivas causas en los tribunales de toda Venezuela.
La
Defesora General, Omaira Ramona Camacho, lejos de acatar la solicitud
de renuncia que le formulara la presidenta del Tribunal Supremo de
Justicia, Luisa Estella Morales, por el desastre administrativo
existente en esa institución (http://bit.ly/pQudAs), decidió
atrincherarse en el despacho de la avenida Panteón y convocar a
"vigilia" a todos sus subalternos afectos a la corriente de Diosdado
Cabello a nivel nacional, "hasta que llegue el presidente Hugo Chávez",
quien se encuentra en Cuba atendiendo requerimientos de salud por el
fuerte ataque de cáncer que ha sufrido desde hace varios meses.
La
información fue suministrada confidencialmente a Enfoques365.net por
funcionarios de la Defensa Pública, que han venido denunciando los
atropellos al personal y las presuntas irregularidades administrativas
en que ha incurrido Camacho (http://bit.ly/nsEcvc),
quien entre otras prácticas contrarias a las leyes vigentes hizo norma
la contratación de obras y suministros de bienes y servicios a través de
su esposo, Pedro Torres, con empresas de un presunto entorno de
testaferros, lo que piden sea investigado por las autoridades de la
Contraloría General de la República, la Fiscalía General y la Asamblea
Nacional.
Los
afectos de esta situación no se han hecho esperar: la Defensa Pública
está prácticamente paralizada, con graves consecuiencias hacia un alto
porcentaje de los más de 45 mil hombres y mujeres privados de libertad
que no cuentan con recursos económicos para llevar sus respectivas
causas en los tribunales de toda Venezuela.
Desde
las oficinas de Camacho y sus subalternos más cercanos -muchos de ellos
traídos de la gobernación de Miranda, una vez que Diosdado Cabello
fuera derrotado por el actual gobernador Henrique Capriles Radonski- se
dieron a la tarea de llamar por telefonía celular y a enviar mensajes de
texto ordenando manifestaciones tipo "vigilia" en todas las sedes de la
Defensoría Pública en el país, lo que en Caracas significó la presencia
agresiva de decenas de motorizados, quienes en forma desafiante
anunciaban apoyo a la defenestrada Defensora General.
Omaira
Ramona Camacho permanece atrincherada desatendiendo la exigencia de
renuncia de la magistrada Luisa Estella Morales, presidenta del TSJ,
quien le ha negado la solicitud de recursos adicionales porque agotaron
las partidas ordinarias, entraron en cesación de pagos de sueldos y
compromisos con empresas contratistas, así como de los servicios de
electricidad, teléfonos y agua, entre otros.
Esta
grave crisis en la Defensoría tiene efectos graves sobre la marcha de
la justicia en Venezuela, especialmente en cuanto a la política de
desconcentración de las cárceles impulsada por la ministra Iris Varela y
el propio presidente Hugo Chávez, ante el desastre carcelario de
corrupción, violencia y maltrato a la condición humana de los privados
de libertad, en su mayoría gente pobre y jóvenes que han caído en las
garras de las mafias delictivas en las calles y dentro de los recintos
carcelarios.
/ManuelIsidroMolina/Enfoques365
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