Por: José Rafael López Padrino
Fuente: http://aserne.blogspot.com
A pesar de todos los rótulos ideológicos y del ropaje socialista que suele exhibir el proyecto que encarna el tte coronel, el mismo no pasa de ser un ensayo bonapartista plebiscitario.
Categoría política empleada por Marx a partir
del ejemplo
histórico de Luis Bonaparte,
quien encabezó un golpe de
Estado en Francia (1851). Se nos
pretende vender esta chapucería como un proyecto al servicio de los trabajadores y de los excluidos sociales cuando en realidad representa la continuación
del proyecto hegemónico
capitalista, pero con ribetes socialistas.
Un proyecto basado en un
capitalismo de Estado
explotador, un nacionalismo
reaccionario, el
estrangulamiento de las luchas
de los trabajadores y de los
movimientos sociales, etc., no tiene nada en común con la utopía del viejo
Marx, y sólo representa una falsificación histórica como muchas otras del
siglo pasado caracterizadas por populismos despóticos gobiernos militarizados, represión y violación de los derechos humanos. Socialismo no es estatismo y mucho menos si ese Estado es capitalista.
Más allá de la utilería ideológica, la
bastarda revolución bolivariana promueve la servidumbre intelectual, el desprecio y descalificación a la opinión
ajena y la sumisión frente al
líder del proceso: el
comandantepresidente. Aspectos totalmente incompatibles con un socialismo emancipatorio y
contra-hegemónico. La construcción
de una democracia socialista nunca ha sido, ni será en torno a la voluntad de un caudillo. Los cortesanos y domesticados seguidores
del inquilino de Miraflores,
ignoran u obvian por
conveniencias personales, que los verdaderos cambios sociales no dependen de los deseos de un mesías, o de los dislates de un aspirante a reyezuelo, sino del poder popular organizado, con capacidad de deliberación y decisión.
El socialismo bolivariano está lleno de ambigüedades, de
elementos ideológicos contradictorios. Manipula y deforma los hechos con la más absoluta
ausencia de escrúpulos. Una clara demostración del uso de la falacia y del secuestro de la verdad fue el informe presentado por la delegación venezolana durante el Examen Periódico Universal de las Naciones Unidas celebrado recientemente en Ginebra. Han incorporado propagandísticamente el
principio goebbeliano
de la "mentira afirmativa",
es decir falacias revestidas de la más absoluta convicción a fin de propiciar matrices inexactas de opinión ("Una mentira mil veces
repetida puede convertirse en
verdad", Joseph Goebbels).
Obviamente estos proyectos despóticos, militaristas y totalitarios representan verdaderas
falsificaciones ideológicas
que nada tienen que ver ni con Marx, ni con su concepción
originaria socialista. El socialismo humanista
propuesto por Marx no plantea la
figura de un mesías predeterminado por la providencia para que dirija o reprima a las masas. El bonapartismo bolivariano es un engaño despótico, disfrazado de lucha por espacios de libertad y de soberanía.
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