La correcta actitud de Hugo Chávez de extraditar terroristas colombianos hacia el país, aunque faltan los pesos pesados, ha despertado la ira del atávico comunismo latinoamericano y mundial, no sólo del aparato Movimiento Bolivariano Continental, sino de sus más cercanos ideólogos.
Hay que reconocer la habilidad del Presidente Santos para poner contra la pared al mandatario venezolano con su política de distensión; Chávez quedaba con sólo dos opciones: Manifestar abiertamente lo que hasta ahora era un apoyo subterráneo a las Farc y Eln o cumplir con los mandatos de la ONU sobre el apoyo o financiación a grupos terroristas.
Si bien se guardan justificadas reservas a que el bolivarianismo venezolano no continúe apoyando a las Farc, que son parte de la dirección del MCB con sede en Caracas, el gobierno venezolano se vio forzado a capturar a mandos medios de la organización narcoterrorista y ponerlos a disposición de las autoridades colombianas, 17 integrantes de esas organizaciones criminales han sido extraditados en los últimos meses.
Ahora el comunismo latinoamericano dirige sus ataques abiertamente contra Chávez por considerar que traicionó la ‘causa revolucionaria’.
El sociólogo alemán Heinz Dieterich, antiguo asesor del presidente de la República, señaló en su último artículo que el comandante en jefe se ha convertido en un elemento al servicio de los intereses de EEUU en América Latina.
“Colapso estratégico-operativo del Gobierno venezolano”, es el título del último ensayo Dieterich, quien analizó la respuesta dada por Caracas a las sanciones dictadas por la Casa Blanca contra la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa)[1].
“La incapacidad defensiva del Estado venezolano y de sus aparatos ideológicos se mostró a las claras en la última agresión de Washington contra Pdvsa. La única respuesta que el Presidente y su grupo de poder (Maduro, Ramírez, Izarra, Cabello) supieron dar fue que ‘somos hijos de Bolívar’. Han pasado los tiempos en que los presidentes gringos olían a azufre, eran borrachos y tontos y se llamaban Mr. Danger”, fustiga el escritor[2].
Dieterich observa que la débil reacción del mandatario nacional obedece a “su nueva política de reconciliación” con EEUU. “Al ayudarle a Obama y su cabeza de lanza, Juan Manuel Santos, a reintroducir la Doctrina Monroe en la Patria Grande, Chávez ha perdido la esencia ética de su proyecto y, con esto, el norte político”, recalcó el intelectual europeo.
A juicio del autor, “la pérdida de capacidad estratégica autónoma” de la revolución bolivariana quedó en evidencia con la captura y deportación a Colombia de Joaquín Pérez Becerra, presunto jefe del frente internacional de las FARC.
El berrinche comunistoide demuestra una vez más que el mayor pecado de la izquierda latinoamericana ha sido su desconocimiento de la realidad, en ese sentido no tienen nada de marxistas y sus planteamientos sobre la dialéctica histórica y material, si acaso se aproximan al leninismo pero en su intención de alcanzar el poder mediante el terror y no mediante el convencimiento ideológico del pueblo.
Para los comunistas latinoamericanos el espíritu revolucionario se reduce a las consignas antiimperialistas, al insulto personal, a la gritería estéril, la exhibición de banderas y a la explotación mediática del discurso. Eso es lo que se desprende de la crítica de Dieterich cuando dice que “La fase antiimperialista del Gobierno ha terminado y con eso ha perdido su plataforma de actuación estratégica, su base moral y la mística de la revolución”. “La posición de fuerza que tenía Chávez dentro y fuera del país entre el 2004 y el 2010, nunca va a volver. La tarea ahora es, por el bien de la gente, tratar de impedir el colapso del Gobierno de ahí al 2012. El debilitamiento externo de Chávez es extremo”, percibe Dieterich, quien lamenta “la quiebra de su autoridad moral por el sometimiento a Obama y Santos”[3].
Entonces puede concluirse que no es la democracia la que le ha cerrado el campo de acción a la izquierda, ha sido su propia incapacidad para adecuarse a la realidad. Los comunistas latinoamericanos, incluidos los colombianos, siguen pretendiendo una revolución a imagen y semejanza de la rusa de finales del siglo XIX y comienzos del XX, ignorando que estamos en el siglo XXI. Basta leer cualquier comunicado político de las organizaciones políticas o armadas del comunismo para apreciar su divorcio con lo historia, el lenguaje mamerto no cambia como cambian los tiempos.
Dieterich añora los discursos incendiarios de Chávez contra Bush, se le olvida que el mandatario norteamericano es Obama y que entre él y Bush hay un abismo diferencial en la política exterior de EE.UU., ignora que en Colombia también cambió radicalmente ese modo de relación internacional y que por ende Chávez no podía asumir la misma actitud agresiva, insultante y belicosa que utilizó con el anterior gobierno, la que seguramente le dio éxitos publicitarios pero generó para Venezuela la peor crisis en materia alimentaria cuando decidió cerrar las fronteras a la importaciones desde nuestro país.
- [1] EL UNIVERSAL. En: http://www.eluniversal.com/2011/06/03/dieterich-acusa-a-chavez-de-servir-al-imperialismo.shtml
- http://colombiaopina.wordpress.com/2011/06/04/la-ira-comunista-se-vuelve-contra-chavez/
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