Nadie niega que la extradición de Walid Makled a Estados Unidios podría infringir un enorme daño a la revolución bolivariana liderada por el presidente Hugo Chávez. Sin embargo, su presencia en Venezulea podría ser tan peligrosa para el régimen como si compareciera frente a un juez federal norteamericano.
Desconocido para la mayoría de los venezolanos, Makled ascendió a la cumbre de la fama internacional cuando comenzó a revelar impactantes detalles acerca de sus profundos vínculos con los altos jerarcas del régimen de Chávez, desde generales y almirantes hasta gobernadores y diputados de la Asamblea Nacional.
Capturado en agosto del 2010 en Cúcuta por la policía colombiana, gracias a información suministrada por la DEA, Makled se ha convertido en la peor amenaza enfrentada por Chávez desde que lanzó su revolución 11 años atrás, una amenaza que podría eventualmente descarrillar o minar su propia existencia.
Makled está siendo acusado de enviar por lo menos 10 toneladas mensuales de cocaína pura a los Estados Unidos, además de el asesinato de tres personas en Venezuela.
Como resultado de estas acusaciones, el acusado se convirtió en el centro de una pelea por su extradición. La decisión del presidente colombiano Juan Manuel Santos de enviarlo a Venezuela, causó conmoción y polémica tanto en Washington como en Bogotá y en Caracas.
Pero contrario a lo que mucha gente piensa, la presencia en Venezuela de alias El Turco podría ser mucho más que una papa caliente para los chavistas.
“Mucha gente se me ha acercado en las últimas semanas tratando de arreglar deudas pendientes antes de mi llegada a Venezuela”, me dijo Makled en una reciente conversación que sostuvimos desde la cárcel de La Picota, en los suburbios de Bogotá, donde Makled esperaba por su extradición en confinamiento solitario.
No me dio más detalles sobre quiénes se les había acercado, pero no es difícil imaginar el tipo de gente a la que él se refería.
En varias entrevistas que he sostenido en los últimos seis meses, Makled me dijo que se había relacionado estrechamente con por lo menos 70 altos oficiales durante casi una década, en negocios que según los organismos de inteligencia norteamericanos estaban principalmente enfocados en el narcotráfico.
Makled también dejó en claro que está decidido a “nombrar a cada uno de sus ex amigos con los que hice negocios, incluyendo generales, ministros, gobernadores, diputados, banqueros y empresarios”, porque “no soy el único que va a pagar por sus pecados”.
No dijo, sin embargo, cómo planea hacer esas revelaciones cuando llegue a Venezuela, donde muchos creen que va a ser encarcelado y de alguna manera silenciado.
De acuerdo a varias fuentes con las que he hablado, la posibilidad de que Makled diga públicamente todo lo que sabe ya ha provocado una especie de reacción en cadena en sectores militares de Venezuela.
De hecho, menos de una semana después de que saliera al aire la entrevista exclusiva de Univisión con Makled, por lo menos unos 60 oficiales, la mayoría de ellos críticos internos de Chávez y sus jefes militares, pidieron la baja.
“No pueden continuar aceptando lo que se ha convertido ahora la Fuerza Armada de Venezuela bajo el gobierno de Chávez”, me dijo una fuente militar.
Adicionalmente, más de una docena de oficiales activos podrían haber cooperado ya con las agencias federales de Estados Unidos que están investigando las revelaciones de Makled. El propio capo me dijo que él personalmente ha ayudado a agentes de la DEA a coordinar reuniones con por lo menos 10 militares venezolanos activos de diverso rango. Y podrían venir más.
“Están dispuestos a hablar sobre lo que vieron, tan sencillito como eso, y quieren testificar”, me dijo Makled.
Varios de los militares mencionados por Makled han estado por años en la lista de “más buscados” de la Oficina de Control de Bienes en el Extranjero (OFAC). La OFAC es la agencia del Departamento del Tesoro norteameriano que se encarga de perseguir y designar en todo el mundo a personas y empresas que prestan colaboración con grupos narcoterroristas y en operaciones de lavado de dinero.
Algunas de estas figuras de la lista: el temible general Hugo Carvajal, jefe de la crecientemente poderosa Dirección de Inteligencia Militar (DIM), considerada la mayor organización de espionaje de Venezuela; y el general Henry Rangel Silva, nominal y operacionalmente el más alto funcionario militar de Venezuela.
“Ellos saben que no tienen muchas opciones y que tarde o temprano ellos tienen que enfrentar las consecuencias de su relación con Makled y otros narcotraficantes”, me dijo un agente federal familiarizado con las investigaciones.
Makled ha compartido tanta información sobre la que sabe con el gobierno norteamericano, que su envío a Venezuela será un muy pequeño premio de consolación, para aquellos que una vez fueron sus socios y ahora tienen que actuar como sus carceleros en Caracas.
(Tomado de Blog de Univisión)
http://www.lapatilla.com/site/2011/05/05/por-que-makled-podria-ser-mas-un-peligro-en-venezuela-que-en-cualquier-otra-parte-del-mundo/
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