Las verdades de Miguel

 

Desde los tiempos inmemoriales de la Roma imperial no asistíamos a la celebración de la muerte como un hecho cotidiano, y lo que es peor, aceptado en todo el planeta. La ejecución de Osama Bin Laden sin fórmula de juicio revalida la cultura de la muerte que se expande por el mundo cual carta de presentación de quienes, sin el mínimo rubor, se ufanan de su andamiaje jurídico. Mientras más desfigurado quede el cadáver más celebrada será la muerte del condenado. No hay diferencia entre los bárbaros que en los penales juegan balompié con la cabeza de un decapitado y quienes presentan las tripas de su enemigo como trofeo. Se trata de una sociedad profundamente lacerada, con una carencia de atributos morales cada vez más evidente. ¿Cómo entender cuando un personaje como Alan García califica el ametrallamiento de Osama como el primer milagro de Juan Pablo II? Cómo comprenderlo cuando sabemos que, inclusive, Juan Pablo II llegó a pedir perdón por los crímenes que, en nombre de Dios, pudo cometer su Iglesia. Es un exabrupto responsabilizarlo de las acciones de un comando élite cuyo fin exclusivo es matar cuando se le requiera. Entonces debemos admitir que la cultura de la muerte es parte de la cotidianidad. Ello sólo es posible en una sociedad donde los peatones caminan sin perturbarse ante quien agoniza en cualquier calle. Estamos en un mundo cada vez más encerrado en su hipócrita imparcialidad. Ahora el linchamiento cobra fuerza como expresión de la mal llamada justicia por sus propias manos. Mientras las noticias del ajusticiamiento de Bin Laden recorrían el mundo, probablemente, salvo las diferencias de meridianos, centenares de miles de niños adiestrados en una trágica robotización jugaban a la guerra tecnológica entre mentadas de madre y un torrente de obscenidades que con mucha frecuencia se hacen sentir en los “inofensivos” centros informáticos. La historia guarda su ironía en Barack Obama y no deja de sorprenderme su imagen siguiendo un asesinato como si se tratara del espectador de una película de terror, sólo que el mandatario estadounidense lo presenciaba en vivo y en directo, y quién sabe si allí se repartieron las cotufas y las chucherías propias de una sala de cine. Menudo lío para quienes le concedieron el Nobel de la Paz. El mundo está al revés. La complicidad es general. La justicia se ha dejado en manos de quienes en las cárceles permanecen como monstruos confinados, a la espera de quien será descuartizado en carne viva. Se trata de un mundo desvirtuado donde los matones se ocultan tras el anonimato que le permiten las tecnologías digitales para desatar sus tropelías verbales. Hoy triunfa la barbarie sobre la inteligencia, inclusive, con una falsa connotación democrática, esa que se desdobla en estudiadas manifestaciones “revolucionarias”. La inmoralidad es general. El mundo no se estremece con la muerte, todo lo contrario, se envanece celebrándola. Se perfecciona una suerte mediática que no oculta su preferencia sexual por los jovencitos. Asistimos a un tristísimo espectáculo. La impunidad se viste de justicia. La liberación de los oprimidos asume la proclama terrorista y quienes se atribuyen la representación del bien están más que gangrenados. Entretanto, los ejecutados dan votos y son motivo de ferias. Terrible futuro aguarda a un mundo cuyo disfraz de civilización es el estigma estúpido y cobarde de un planeta martirizado.                 
PRESAGIOS. A sólo pocos meses de entrar en la campaña electoral la rumba de encuestas comienza a tomar cuerpo, por ahora el mundo feliz no es de Aldous Huxley sino de Gallup. Por lo demás, mientras la mayoría de las empresas de sondeo prepara el epitafio de la revolución bolivariana Chávez, convencido de que el año que viene barrerá con la oposición, se prepara para asumir una Perestroika criolla tan pronto sea juramentado para el período 2013-2018. China y Cuba son las alertas para el socialismo concebido por el jefe de la revolución bolivariana: apertura a las teorías del libre mercado.
SABOTAJE. Sigan con detenimiento el deliberado retraso que se da a la hora de honrar los compromisos en el desarrollo eléctrico. Ocurre sobre todo en Guayana, con Tocoma, un proyecto hidroeléctrico cuya inauguración está prevista para el 2012. ¿De quién es la responsabilidad si no se concluye? ¿De la empresa que lo adelanta o del Gobierno? Como se conoce, todo está en manos de esa Santísima Trinidad en que se ha convertido el súper ministro Rafael Ramírez. Resulta inconcebible pensar en que éste tiene interés en demorar esa obra con miras a agravar el problema eléctrico. Si es así, entonces, ¿cómo va a garantizar el feliz término de la Misión Vivienda quien incumple los pagos de un sector tan importante como lo es el eléctrico? Averigüen.
CLANES. En tan sólo pocas semanas, contadas a partir del arribo de su protagonista a Caracas, el caso Makled alcanzará el más bajo perfil. No habrá retumbe mediático ni rodarán las cabezas que en la víspera esperan. 
PENALES. El fracaso de la política penitenciaria. ¿Cómo se justifica que los reos de un penal posean armas de largo alcance (ejemplo: El Rodeo) y conviertan en coladores las tanquetas de la Guardia Nacional? Por cierto, actualmente se investiga la probable relación que tienen Humberto Prado y Voluntad Popular en los sucesos ocurridos en el centro penitenciario mencionado.
ATILA. Yo me pregunto cuál será la profesión de Francisco Sesto. En una hora infortunada para Caracas lo designan como el transformador de la ciudad. Si Atila se vanagloriaba de ser el azote de Dios, quién sabe de qué presumirá Farruco, cuyo único mérito es haber escrito loas a Aristóbulo. Cada día es mayor nuestra capacidad de asombro y lo comprobamos cuando vemos cómo Farruco improvisa acerca de Caracas. A su inteligencia se le atribuye haber dicho que acá cabía otra ciudad más, de igual proporción. El Atila de la arquitectura caraqueña promete barrer con los pocos espacios verdes que le quedan a la capital. ¿Qué dice Farruco del tierrero donde reposa la promesa de una comuna en la avenida Libertador? Sería bueno que Chávez se diera un paseo, lo más seguro es que se percate de la oposición de Francisco Sesto.
KANE. La caja negra de Pdvsa tiene un mellizo en la crisis bancaria, nutrido con notas estructuradas y bonos petroleros. Los más ingenuos creen que el creador de las primeras fue el propio Gobierno buscándole la vuelta al mismo control de cambio. En su asignación no hay banco que no haya resultado salpicado. Hace casi nueve años, estando en las minas de Guasare (Zulia), Chávez prometió públicamente entregarme algún día la caja negra de la  Pdvsa de los tiempos de la IV República. El mamotreto de las irregularidades cometidas en ese entonces enmoheció porque el Presidente olvidó su promesa; sin embargo, es muy probable que su excelencia esté interesado en conocer los pormenores contenidos en la caja negra de la Pdvsa revolucionaria. La historia es larga, pero quizá no tan difícil de descifrar como resultó el significado de la palabra Rosebud pronunciada por el moribundo Charles Foster Kane en la trama de Orson Welles bautizada como Ciudadano Kane. Comenzaremos por preguntarnos: ¿cómo los responsables (burócratas y banqueros) de las notas estructuradas andan tan tranquilos y campantes? ¿Qué pasó con los 170 millones de dólares entregados a Econoinvest Casa de Bolsa? ¿Quién estuvo tras la entrega de esos bonos petroleros negociados luego con una diferencia abismal respecto al mercado secundario? ¿Por qué nunca se reveló el contenido de los videos adonde presuntamente aparece el pariente político de un alto funcionario petrolero desayunando con mucha frecuencia en la sede de la mencionada casa de bolsa en Altamira con uno de sus directivos? ¿Qué secreto guarda Hernán Sifontes, hoy detenido en la DIM? ¿Qué papel juega en esta historia Baldo Sanso? ¿Por qué el silencio en torno a este caso? ¿Hubo o no daño patrimonial en la asignación de los bonos a la casa de bolsa dirigida por Hernán Sifontes? Hay otros casos desdeñados en la caja negra de Pdvsa; particularmente pienso que estamos en la obligación de desempolvarlos. ¿Qué pasó con los fondos de jubilaciones? ¿Illaramendi? En cuanto a la reciente crisis financiera no están todos los que son, ni son todos los que son. Pues bien, como decía el recordado Luis Guillermo González en su programa Señor Cine: “Pónganse cómodos”.
OTEANDO. Hay serios indicios para establecer que el Banco Bicentenario favorece a sus allegados militares y amigos de los vicepresidentes que vienen de la gestión pasada. ¿Qué tiene que ver con el desabastecimiento de alimentos una solicitud de crédito de 83 millones de bolívares cuyo expediente aparece direccionado desde Caracas? El asunto está relacionado con una agropecuaria cuya garantía son unos terrenos que no cubren una exigencia aceptable en caso de incumplimiento.
LOMITO. Hay que ver cómo los terrenos donde piensan levantar la ciudad socialista al borde de la autopista Caracas-La Guaira se han convertido en el “lomito” de los guisadores. Sacan y sacan tierra, cada vez que le meten tractor se les viene el cerro abajo. Cuando digo “lomito” es porque allí cualquier gasto no deja rastro.
PAPELAZO. A propósito de la más reciente crítica de Chávez a la inoperancia de los medios oficiales: ¿Quién estará reciclando los inmensos lotes de El Correo del Orinoco que se quedan fríos cada día? No hay recato en su circulación, parece que lo importante es multiplicar los ejemplares de un medio que leen muy pocos. Y pensar que al frente de su dirección está una periodista que en sus tiempos de estudiante se destacó por ser una feroz crítica del despilfarro universitario.
ANIVERSARIO. El pasado 1 de mayo se cumplieron 18 años de la desaparición del muy apreciado camarada periodista Pedro Chacín. Mañana sábado, en Altagracia de Orituco, como religiosamente lo viene haciendo, su madre, doña Victoria Díaz en una misa elevará una plegaria por su memoria. Va para ella nuestra solidaridad, que de su invocación nos hacemos eco. 

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