Les prometieron enlace
con Jaua y Ramírez
■ PJ y la MUD lamentaron muerte de Jesús Malavé.
■ Están dispuestos a encadenarse frente a Miraflores.
181 trabajadores despedidos de PDVSA-Anaco podrían radicalizar sus acciones en búsqueda de justicia si en las próximas horas no obtienen la restitución de sus derechos, tal como lo ordenó en 2004 el Ministerio del Trabajo.
Fernando Lizardi, vocero del grupo llegado a Caracas hace tres días, hizo la advertencia: “El miércoles se murió Jesús Malavé esperando justicia. Si el presidente Chávez y el ministro Ramírez no cumplen con la orden de reenganche y el pago de salarios caídos, vamos a encadenarnos en Miraflores, hacer una huelga de hambre o de sangre. Lo que sea, pero ya basta”.
Jesús Malavé fue hasta hace dos días uno de los cientos de trabajadores despedidos de la industria petrolera que, tras recibir providencias favorables del Ministerio del Trabajo, comienzan un calvario. Tenía 33 años de edad, era soltero, sin hijos, pero era el sostén económico de sus padres.
Hace 6 años y medio, junto con otros 588 trabajadores de la Planta Compresora Santa Rosa Gas Grupo Uno, fue despedido y a partir de ahí comenzó el tormento colectivo, que para Jesús culminó el miércoles de esta semana cuando un paro cardíaco lo sorprendió mientras esperaba por el resultado de un nuevo trámite ante la Asamblea Nacional.
Los de Anaco no son los únicos que han ido a buscar ayuda al Parlamento: una docena de trabajadores de PDVSA-Costa Oriental y Petroquiriquiri (Zulia) se mantiene en vigilia hace cuatro meses en la entrada de la torre José M. Vargas para reclamar que se cumpla la orden de absorción de los obreros de las contratistas expropiadas a la nómina de PDVSA. Fueron despedidos en 2008. “Oswaldo Vera y Diosdado Cabello nos han recibido, pero los diputados del PSUV-Zulia ni voltean a mirarnos. Arias Cárdenas nos dijo que él no es dueño de PDVSA”, relató Eberson Rodríguez de Petroquiriquiri.
El diputado Alfredo Ramos (La Causa R) acusó al Ministerio del Trabajo de ser un instrumento político del gobierno; mientras Primero Justicia, la Mesa de la Unidad y el gobernador Pablo Pérez lamentaron la muerte de Malavé y acusaron al Estado de atropellar los derechos laborales.
Pasado el mediodía de ayer, los compañeros de Malavé que llevaban el féretro rumbo a Anaco pararon frente a la torre Vargas, cantaron el Himno Nacional y reiteraron que seguirán reclamando hasta obtener justicia. De inmediato Oswaldo Vera los mandó a llamar y les prometió hacer llegar un informe al vicepresidente Elías Jaua y al ministro Rafael Ramírez. Lizardi reiteró que no se irán de Caracas hasta que se haga justicia.
Por: MARU MORALES
mmoralesp@el-nacional.com
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