Desde el Partido Comunista hasta movimientos bolivarianos, varios son los aliados del mandatario venezolano que cuestionaron la decisión de extraditar a Colombia al enlace de las FARC en Europa. Lo tildaron de "cobarde".
Desde que acordaron el reestablecimiento de las relaciones entre ambos países, Hugo Chávez y Juan Manuel Santos buscaron bajar las tensiones con el fin de mostrar una imagen de negociadores amables que dejan sus posturas antagónicas atrás para conseguir acuerdos y mayor cooperación.
Esa relación cordial se convirtió en un blanco de críticas para el colombiano, a quien le exigen mayor firmeza con un Gobierno que supo ser declarado enemigo de Álvaro Uribe. Pero lo que no había sucedido, hasta ahora, es que la cercanía entre ambos se conviertiera también en un problema para el propio Chávez. Pero ese momento llegó y, por primera vez, fue el ala más radical de la izquierda la que dio a conocer sus críticas.
"Alto, Chávez. ¡No a la Entrega de Joaquín Pérez Becerra al Estado Colombiano!", con esa frase varias, organizaciones bolivarianas que han sido pilares del gobierno venezolano exigieron al mandatario que dé marcha atrás con la decisión de extraditar a Colombia, por expreso pedido de Santos, al miembro de las FARC acusado de ser el representante de esa guerrilla en Europa.
Becerra, director de la agencia alternativa ANNCOL, fue arrestado el viernes en el aeropuerto de Caracas y luego extraditado a Bogotá, en donde será juzgado por cargos de terrorismo.
Entre los que criticaron a Chávez, figura el Partido Comunista de su país, uno de sus históricos aliados. Su secretario general, Oscar Figuera, lo acusó de asumir el discurso y hacer concesiones al imperialismo estadounidense y a la oligarquía colombiana. Y denunció que el gobernante está sacrificando sus principios para complacer a Santos, según informó el diario El Universal.
También la Coordinadora Simón Bolívar (CSB) rechazó su decisión y convocó a sus militantes a manifestarse en la puerta de la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), donde estuvo detenido Becerra antes de ser enviado a Colombia.
La Presidencia de la Colectiva del Movimiento Continental Bolivariano fue otra que se opuso y se definió como "conturbada" por la extradición. Exigió, además, a Chávez que se retracte y aseguró, en un comunicado, que "nada la justifica (la decisión), ni siquiera la cuestionable colaboración en política exterior y 'cuestiones de seguridad' del Estado venezolano".
Las críticas de la izquierda trascendieron, incluso, las fronteras de su país. El Movimiento Comunero Socialista Bolivariano de Colombia admitió su decepción con el presidente. Con la entrega de Pérez al gobierno colombiano queda en duda la "verdadera revolución socialista" de Venezuela, sostuvo el director del MSB Colombia, David Corredor. Y advirtió: "No podemos siquiera imaginar que se pactó a hurtadillas con el imperio del mal".
"Chávez firma un pacto en Cartagena en agosto de 2010 y entrega a Joaquín Pérez en tiempo récord, como cuando hay miedo o temor", advirtió Corredor. Y añadió que el venezolano "ahora se acobarda y huye".
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