
“Un grito que Mubarak no supo oír a tiempo y que Kadafi pretende silenciar con las armas”, se estima un balance de 84 personas muertas, aunque Al Jazeera refiere la cantidad de 141 víctimas mortales, desde el martes 15 de febrero cuando comenzaron las protestas en Libia contra Muamar Kadafi. Ya sabemos que no le tiembla el pulso para mandar a matar en las protestas, ahora, ¿tendrá algún temor este hombre considerado el “dictador más longevo del mundo árabe” de perder el poder como su amigo Mubarak?. En la gráfica, juntos en el 2008 tomados de la mano, en una reunión en el Cairo. Sigue con un reportaje sobre este hombre de gustos excentricos, un tirano líder de la llamada revolución desde el 1 de septiembre de 1969, la foto con su amigo Hugo Chávez, la masacre de los últimos días. ¿Puede Muamar Kadafi convertirse en el próximo Mubarak?
Tiembla Muamar Kadafi, el dictador más longevo del mundo árabe
El hombre fuerte de Libia puede convertirse en el próximo Mubarak. Pero resiste con mano dura: ya son 84 los muertos por la represión.
De la Revolución de los Jazmínes en Túnez al levantamiento del Nilo, en Egipto, que terminó con el reinado de Hosni Mubarak, el rostro político de una región donde los vastos desiertos ampararon durante un siglo el florecimiento de regímenes pétreos ya no es el mismo. Y nadie sabe con certeza dónde la historia dejará de escribirse, si lo hace. Porque tras la caída de quien supo ser el hombre fuerte del continente por décadas, el mundo contempla ahora cómo los aires contestatarios desafían a la última leyenda africana en el poder, el jefe de Estado de Libia. ¿Puede Muamar Kadafi convertirse en el próximo Mubarak?
El hombre cuyo nombre se escribe de mil maneras es, sin dudas, el otro gran socio político de Washington en la región luego del giro impensado que dio a su revolución tercermundista y pro árabe cambiando su traje de “terrorista”, a los ojos del Departamento de Estado norteamericano, por el de aliado regional. Libia controla hoy el segundo PBI más rico del continente, detrás de Sudáfrica, aunque no pudo esquivar el malestar social de la crisis de 2008 siendo la exportación de petróleo su principal fuente de divisas.
Heredero del nasserismo egipcio como Mubarak, Kadafi comparte con el depuesto líder del Nilo sus raíces castrenses y rebeldes. El 1º de septiembre de 1969, junto a un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas libias, encabezó un golpe de Estado sin sangre que puso fin a la monarquía del rey Idris y proclamó la nueva República Arabe Libia.
Con sólo 27 años, su estrella tomaba vuelo con el idealismo panárabe que pregonaba el líder Gamal Nasser en El Cairo, soñando con la gran patria árabe de Libia, Egipto y Siria unidos, posicionándose en el eje de los No Alineados y ofreciendo refugio a todo movimiento anticolonialista del mundo.
Soñó con impulsar el socialismo islámico, volcado en su legendario Libro Verde. Y en 1977, tras siete años de republicanismo parlamentario, rebautizó a Libia como la “Jamahiriya”, o el “estado de las masas”, regido por una red de consejos de participación popular comunal, un Congreso General del Pueblo y él mismo como “Hermano Fraternal y Guía de la Revolución del 1º de Septiembre”.
Su amistad con la causa palestina y el Kremlin, unida a su prédica antiestadounidense, lo pusieron en la lista de enemigos del Pentágono, que lo vinculó al financiamiento terrorista. En los 80, el presidente Ronald Reagan bombardeó su residencia en Trípoli: el líder libio se salvó pero una de sus hijas, Jana, no.
Dos años después, el 21 de diciembre de 1988, el vuelo 103 de Pan Am de Londres con destino a Nueva York explotó en el aire matando a sus 259 ocupantes. El llamado atentado de Lockerbie fue atribuido a manos libias y la negativa de Trípoli a entregar a los responsables le valió sanciones y un duro aislamiento en la década siguiente que sólo la intervención del sudafricano Nelson Mandela y del secretario de Naciones Unidas Koffi Annan pudo destrabar. Kadafi aceptó entregar a los acusados por el atentado para que fueran juzgados en Londres y, en agosto de 2003, compensar económicamente a los familiares de las víctimas. Iniciaba su evolución de enemigo a aliado de Washington y del mundo occidental, con el reestablecimiento de relaciones diplomáticas.
Lejos del hermetismo de Mubarak, Kadafi se construyó una imagen extravagante que fue radicalizándose cada vez más con el paso de los años. Desde su negativa a hospedarse en hoteles, por lo cual traslada una enorme tienda nómada junto a él en sus viajes, pasando por sus coloridas vestimentas y excéntricos uniformes, hasta su cuerpo especial de guardaespaldas compuesto por 200 mujeres vírgenes expertas en artes marciales. De él, se dice, el premier Silvio Berlusconi sacó su inspiración para las fiestas sexuales del “Bunga-Bunga”.
Cuarenta años después, Khadafi no resigna sus sueños de expandir su reinado al resto del continente. Pero el descontento de una nueva generación para la cual la leyenda ya no es la imagen de la revolución sino del statu quo llama a su puerta. Un grito que Mubarak no supo oír a tiempo y que Kadafi pretende silenciar con las armas.
Por Mariano Beldyk
19.02.2011 | 11:20
foto perfil.com
Una masacre en Libia
En un escenario sumamente violento, el balance de muertos en las protestas contra el líder libio, Muamar Kadafi, creció y llegó ayer, según fuentes oficiales, a 84 personas, mientras que según la cadena Al Jazeera ya habría 141 víctimas mortales desde que comenzaron las protestas el martes. Ante la debilidad institucional y la crisis política, los comités revolucionarios libios, pilares del régimen, amenazaron ayer con una respuesta “violenta y fulminante” contra los “aventureros” que exigían un cambio de régimen en el país.
Confirmando la brutalidad de la represión, los comités dijeron que cualquier intento por “superar los límites” será un “suicidio”.
“El poder del pueblo, la Jamahiriya, la revolución y el líder constituyen las líneas rojas. Quien intente sobrepasarlas se acercará al riesgo de suicidio y jugará con fuego”, apuntaron desde el oficialismo. Además, los comités expresaron que Kadafi “es el único líder del mundo que rechazó ser presidente, rey o emperador, y dejó el poder al pueblo”.
En las manifestaciones contra el régimen murieron ayer veinte personas en Bengasi y siete en Derna. Además, los enfrentamientos más duros ocurrieron en Al Beida, donde habían sido atendidas en el hospital local al menos 70 personas, tras ser baleadas por las fuerzas de seguridad.
Gadafi reprime a sangre y fuego la revuelta en Libia
Human Rights Watch asegura que las fuerzas de seguridad han matado a 84 personas desde el pasado martes
Cada vez resulta más complicado conocer qué sucede en Libia, pero las noticias que llegan a través de opositores en el extranjero y de testigos en las principales ciudades del país hacen presagiar una masacre. Libia suspendió la noche del viernes el servicio de Internet en todo el territorio, lo que ha dificultado aún más el flujo de información desde el país magrebí donde, según Human Rights Watch (HRW), la represión de las protestas contra el régimen a manos de las fuerzas de seguridad, entre ellas el Ejército, se habrían cobrado ya al menos 84 víctimas mortales desde el pasado martes.
La organización cita fuentes hospitalarias y el testimonio de personas que presenciaron cómo los agentes de Muamar el Gadafi dispararon fuego real contra los manifestantes en ciudades como Bengasi, Al Baida, Ajdabiya y Derna, todas en el este del país.
Un activista de derechos humanos, Mohamed Sedaka, aseguró ayer al canal qatarí de noticias Al-Jazeera que Bengasi, la segunda ciudad del país, estaba tomada completamente por los manifestantes. Informaciones parecidas circularon el viernes en las redes sociales como Facebook y Twitter, pero la inexistencia de medios de comunicación independientes en el país hace extremadamente difícil comprobar estas afirmaciones.
El diario libio ‘Quryna’ reconoció ayer que en Bengasi los muertos ascienden ya a 36. La mayor parte de ellos fueron tiroteados el viernes por la policía cuando asistían al masivo entierro de 12 manifestantes que habían perdido la vida durante los días anteriores. Según AP, fueron francotiradores apostados en los tejados cercanos los que dispararon contra la masa. El rotativo ‘Quryna’ es propiedad de Seif al Islam, hijo de Gadafi, y asegura que la ciudad se sumió en el caos, con numerosos actos de pillaje.
Los testimonios recogidos por teléfono por cadenas de televisión internacionales como Al-Jazeera son espeluznantes. «Suplicamos a las organizaciones humanitarias internacionales y a las Naciones Unidas. por favor, por favor. No tenemos nada, no tenemos armas y nos van a matar, van a aniquilar Bengasi», dijo ayer una angustiada mujer desde esta ciudad libia.
Según aseguró ayer un testigo, las fuerzas de seguridad se habrían replegado durante la tarde en Bengasi, refugiándose en un complejo fortificado, desde donde habrían disparado a los manifestantes, matando al menos a tres de ellos.
20.02.11
P. ROSAS | RABAT.




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