Cadenas hoteleras, aerolíneas, bienes inmobiliarios... una fortuna valorada en unos 8.000 millones de euros
...Y su clan de grandes ladrones. Este podría ser el cuento tunecino de los últimos 23 años desde que el veterano miembro de las fuerzas de Seguridad y Policía descubriera el inmenso potencial de la cueva económica de Túnez: «boom» inmobiliario, destino turístico para europeos, desarrollo agrícola para su gloria, banca muy personal, comercio internacional...
¿Cuál es la fortuna personal de Ben Alí, exiliado en Arabia Saudí? Según expertos en finanzas, la fortuna del clan del ex dictador tunecino se situaría en torno a los 8.000 millones de euros —un poco menos del emporio de la familia Berlusconi—; mientras que la revista Forbes en 2008 le agració con una fortuna personal de unos 5.000 millones. Esa cueva de Ben Alí «Babá» —el ex dictador actuaba como un auténtico patriarca, dando prebendas entre los miembros del clan de los «Trabelsi», apellido de su actual esposa— es la que está en disputa ahora y motiva algunos de los enfrentamientos civiles que acontecen en las calles de Túnez.
También pesa sobre el exiliado Ben Alí la la sombra del latrocinio y la sospecha de que pueda gozar de sus cuantiosas rentas en Arabia Saudí. ¿Hasta dónde llegaban los resortes del poder económico de los Ben Alí? Hace siete años, el periódico argelino «Le Matin» se hacía eco de una filtración en la que daba cuenta de cómo se enriquecía su mujer Leila y demás miembros del clan, una noticia que provocó el obvio rifirrafe diplomático y que mostraba cómo los tentáculos mafiosos de los Ben Alí se expandían por todos los sectores clave de la economía tunecina.
Entre sus negocios «privados» relatados por «Le Matin» se les adjudicaba la cadena hotelera Khartago —con negocio en la isla de Djerba, Sousse, Hammamet y Sidi Bou Saïd— y parte del negocio del gigante hotelero Abou Nawas, una urbanización en Gammarth y un edifico en una de las principales calles de Monastir, una compañía de préstamo y participación directa en el mayor banco tunecino (BIAT, Banco Internacional Árabe de Túnez), una comisión a su esposa de 13 millones de euros por la concesión de una licencia de telefonía a la operadora GSM, la más importante empresa de productos lácteos también pertenecía al clan de Ben Alí, la compañía de aviones privados Khartago Airlines —a la cual cedió la nacional Tunis Air sus vuelos chárter (los más rentables)— o impuestos aduaneros de camiones con dirección a Libia son algunos ejemplos del poder de los Ben Alí sobre la economía del día a día.
Las cuentas bancarias en paraísos fiscales o Francia —donde Sarkozy está dispuesto a bloquear cualquier fortuna— constituyen la otra gran cueva de Ben Alí «Babá», cuya banda pretende poner pies en polvorosa con la bolsa llena. Mientras, en los supermercados, los tunecinos siguen robando papel higiénico.




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