Angélica Mora
Nueva York
Apuntes de una Periodista
¿Cómo se puede sacar una tremenda metida de pata, de repercusión internacional?
En el caso de Fidel Castro, metiéndola más profunda.
Resulta que ahora dice que "Yo no quise decir eso". Reemplacen "socialismo" por "capitalismo".
Eso es lo que ahora explica el senil Dictador I que quiso decir, luego que sus apabullantes declaraciones dieron la vuelta al mundo.
Castro afirmó que sus palabras sobre que "el modelo cubano ya no funciona" han sido malinterpretadas, ya que quiso decir que "es el sistema capitalista el que ya no sirve para Estados Unidos ni para el mundo".
Castro hizo estas aclaración este viernes en la Universidad de La Habana, durante la presentación de su libro “La contraofensiva estratégica”, e insistió en los defectos del capitalismo al subrayar:
“¿Cómo podría servir semejante sistema para un país como Cuba?”.
El desorientado ex Máximo Líder de Cuba hacía referencia así a sus declaraciones publicadas el pasado miércoles en la revista The Atlantic y que dieron la vuelta al mundo cuando, al ser preguntado sobre si Cuba podría exportar su modelo de Estado, dijo: “El modelo cubano ya no funciona ni para nosotros”.
Castro reconoció que dijo esa frase “sin amargura ni preocupación”, pero que le “divirtió al ver cómo lo interpretó (el periodista) al pie de la letra (…) y elaboró la teoría que expuso”, en referencia a que eso suponía un reconocimiento del fracaso económico cubano y un espaldarazo a su hermano Raúl Castro en su política de reformas al frente del Gobierno cubano.
“Lo real es que mi respuesta significaba lo contrario de lo que ambos periodistas norteamericanos interpretaron sobre el modelo cubano”, precisó Fidel, quien a continuación repitió sus conocidas tesis sobre el fracaso del capitalismo.
“Mi idea, como todo el mundo conoce, es que el sistema capitalista ya no sirve ni para Estados Unidos ni para el mundo, al que conduce de crisis en crisis que son cada vez más globales y repetidas”.
Luego, trató de suavizar otras afirmaciones hechas a la revista The Atlantic y que tuvieron gran impacto informativo, como su defensa de los judíos y sus recuerdos sobre la llamada “crisis de los misiles” en 1962.
Como el Cuento del Lobo, ya nadie le cree a Fidel Castro esa ni otras retracciones.
Y si hay un sentimiento generalizado -luego de sus declaraciones de guerra nuclear, el fracaso del modelo cubano y luego que "lo malinterpretaron"- es que hay que internarlo, porque está completamente demente.
Y los de la Cúpula Gobernante Cubana -con Raúl Castro a la cabeza, deben estar pensando volverlo rápido a la Cripta, desde donde nunca le debieron haber permitido que se hubiera movido.
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