ND.- En su columna de este domingo en La Razón, Santiago Alcalá se pregunta por qué Andrés Izarra fue escogido como vocero del Partido Socialista Unido de Venezuela para denunciar "el ventajismo" de la oposición en los medios de comunicación, sobre todo tomando en cuenta el episodio de las carcajadas del presidente de Telesur en CNN.
Se lo pregunta Alcalá porque él asegura tener "información seria, fundada que varios de sus camaradas - no por razones éticas, sino para serrucharle el cargo - le han mostrado al jefe del Estado el video de las risitas poco viriles del funcionario en medio del debate sobre el dolor compatriota por las muertes vioentas en Venezuela. Nuestras fuentes, incluso, nos han asegurado que el Presidente tiene en su poder los recortes de "La Razón" con la novedad que Andrés Izarra, en compañía de su honorable esposa, se marchó a Miami para hacer shopping para la canastilla de sus morochitos, hijos del matrimonio."
Alcalá propone una respuesta: "Izarra todavía está en capacidad de prestarle invalorables servicios a la cleptocracia bolivariana." Poner a Izarra, dice Alcalá, "posee su carga de desesperanza. Es decirle a quienes anhelamos una Venezuela decente que todo está perdido. Que se acabó el pan de piquito. Que aquí no importa delinquir, robar, matar, hacer el ridículo en un programa de televisión, reírse del dolor compatriota. Que lo único que vale es contar con el favor del régulo, por lo menos hasta que éste, para salvar su pellejo, te dé un patadón por donde la espalda pierde su honorable nombre."
Se lo pregunta Alcalá porque él asegura tener "información seria, fundada que varios de sus camaradas - no por razones éticas, sino para serrucharle el cargo - le han mostrado al jefe del Estado el video de las risitas poco viriles del funcionario en medio del debate sobre el dolor compatriota por las muertes vioentas en Venezuela. Nuestras fuentes, incluso, nos han asegurado que el Presidente tiene en su poder los recortes de "La Razón" con la novedad que Andrés Izarra, en compañía de su honorable esposa, se marchó a Miami para hacer shopping para la canastilla de sus morochitos, hijos del matrimonio."
Alcalá propone una respuesta: "Izarra todavía está en capacidad de prestarle invalorables servicios a la cleptocracia bolivariana." Poner a Izarra, dice Alcalá, "posee su carga de desesperanza. Es decirle a quienes anhelamos una Venezuela decente que todo está perdido. Que se acabó el pan de piquito. Que aquí no importa delinquir, robar, matar, hacer el ridículo en un programa de televisión, reírse del dolor compatriota. Que lo único que vale es contar con el favor del régulo, por lo menos hasta que éste, para salvar su pellejo, te dé un patadón por donde la espalda pierde su honorable nombre."
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