Queridos compatriotas venezolanos:
Al cumplirse dos meses de mi injusto encarcelamiento, quisiera reiterarles que uno de mis objetivos al venir aquí fue romper las cadenas del miedo.
Después de doce años de desastroso gobierno, Chávez perdió todo el respaldo popular que alguna vez tuvo. Se mantiene en el poder por la propaganda, la mentira, la compra de conciencias y -sobre todo- por una estrategia basada en el miedo.
Los políticos no denuncian las irregularidades del sistema electoral, por miedo a que haya abstención. Los militares no cumplen con su deber de hacer valer la Constitución, por miedo a ser dados de baja. Los jueces no se solidarizan con María Afiuni, por miedo a ser destituidos. Los empresarios no defienden a sus colegas expropiados, por miedo a perder lo que tienen. Hay quienes no protestan, por miedo a ser reprimidos. Y, en última instancia, la gente no reclama sus derechos, por miedo a ser encarcelados.
Pero aquí estoy yo, en los calabozos del SEBIN, con la frente en alto, con el corazón satisfecho y hasta con una sonrisa en la boca; para demostrarles que sí se puede derrotar la estrategia del miedo.
Vine aquí consciente y voluntariamente, porque amo profundamente a mi país y porque quise enfatizar -con mi actitud- que existen cosas peores que la cárcel:
Peor es perder la Patria, peor es que nuestros hijos sean entregados al comunismo, peor es sentirse humillados por la acción del hampa, peor es verse obligado a recibir migajas del régimen para sobrevivir; y, en fin, peor es vivir angustiados día y noche por causa del miedo.
Como seres creados a la imagen y semejanza de Dios, nadie tiene la potestad de pisotearnos y de infundirnos miedo.
Allá arriba, en lo más alto del cielo, están escritos con tinta indeleble nuestros derechos eternos e inalienables; tenemos la sagrada obligación de defenderlos.
Desde mi “hermana cárcel” he querido darles un testimonio de amor por la Patria, para que nunca olvidemos nuestra estirpe de libertadores. !No dejemos que un pequeño grupo de desadaptados secuestre nuestra alma, nuestra gloriosa historia y nuestro brillante futuro!
¡No nos dejemos intimidar! ¡Rompamos las cadenas del miedo! ¡Tengamos confianza en Dios y en el futuro! Les prometo que, si así lo hacemos, ¡No habrá fuerza humana capaz de vencernos!
Alejandro Peña Esclusa
Prisionero político
Presidente de Fuerza Solidaria
Presidente de UnoAmérica
Prisionero político
Presidente de Fuerza Solidaria
Presidente de UnoAmérica
0 comentarios:
Publicar un comentario
Haga su comentario