La historia del sargento técnico de Tercera (AV) Francisco Miguel García Quintero, quien murió en entrenamiento de helicópteros en Rusia.
El 9 de marzo de 2007, justo el día que cumplía 25 años, el Sargento Técnico de Tercera de la Aviación Francisco Miguel García Quintero se fue a Rusia para cumplir con un curso de mantenimiento de los helicópteros que Venezuela recientemente estaba adquiriendo.
El curso tendría una duración de 3 meses aproximadamente. Durante los primeros días que estuvo en Rusia, García Quintero se comunicaba con su familia, padres y hermanas. Les mencionaba entre otras cosas que las comidas no eran muy buenas, que casi no comía.
De repente, el joven Sargento le comentó a su familia que estaba sufriendo de la vista, que se mareaba con frecuencia. Luego se quejó de dolencias estomacales por lo que le practicaron una endoscopia porque supuestamente empezaba a sufrir de gastritis.
El miércoles 2 de mayo del 2007, García Quintero le dijo vía telefónica a su madre que se comunicaría con ella después porque se estaba sintiendo muy mal.
El jueves 3 de mayo ya su familia no pudo hablar más con el Sargento, hasta que el viernes 4 de mayo, recibieron una llamada informándoles que el joven estaba muy grave.
El padre del Sargento, obtiene ese mismo día una visa rusa para poder viajar y al día siguiente, pocas horas antes de abordar el vuelo, desde Rusia le informan a la familia del Sargento que se ha puesto mal, que está muy grave.
Mientras el padre volaba con destino a Rusia, la familia recibió la dolorosa noticia: El Sargento Técnico de Tercera de la Aviación Francisco Miguel García Quintero, había muerto.
Francisco Miguel, el único varón, el menor de cuatro hijos, había muerto, presuntamente, según le dijeron a la familia, había fallecido de un coma diabético. La madre y las hermanas, protectoras del benjamín no entendieron en primera instancia que no se le hubiera detectado esta enfermedad al joven si se supone que anualmente les hacen exámenes exhaustivos.
Antes de las 9 de la noche de ese mismo día, militares adscritos a La Carlota llegaron a la casa de la familia García Quintero para además de anunciarles la muerte, mostrarles los exámenes que indicaban que supuestamente tenía la glicemia alta. Nos pareció tan extraño todo esto.
El trato para la familia del Sargento de ahí en adelante, fue inusualmente esmerado. Lo trasladaron de Rusia a Venezuela en una semana. Y de La Carlota al cementerio Jardines del Cercado en helicóptero. La familia se sorprendió de tantas atenciones para un sargento técnico de Segunda.
Mientras el padre del Sargento se encontraba en Rusia, recibió 14 informes de compañeros de su hijo, incluyendo el del propio Francisco Miguel, indicando entre otras cosas que los helicópteros rusos se caían por la cola, que no servían en Venezuela y especificaban características que indicaban que la adquisición de estos helicópteros había sido una decisión errada.
Cuando el padre del Sargento llegó a Rusia, ya le habían practicado la autopsia sin la debida autorización de él. El lugar dónde el joven fue asistido estaba en un estado simplemente deplorable. Nunca le hicieron un examen de sangre. Los compañeros del Sargento relataron en ese momento, que el joven batalló contra el tratamiento que le aplicaban porque sentía que no era lo correcto. Sólo pedía agua mientras le colaban suero y él luchaba por quitárselo.
Durante el tiempo que el padre del Sargento permaneció en Rusia, se enteró de hechos muy dolorosos, como que tanto su hijo como el resto de sus compañeros eran maltratados por el personal ruso hasta el punto de que les escupían. Los trataban como si fueran civiles y no como personal militar de Venezuela en Rusia.
Del Sargento García Quintero hoy sólo se acuerdan sus padres. Y los trágicos accidentes de los helicópteros rusos que demuestran que sus cuestionamientos a estas aeronaves, estaban dentro de lo correcto.
Patricia Poleo (Factores de Poder)
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