El analista chileno Rafael Rincon Zerpa se refiere en su artículo Lo que hay que entender sobre el régimen de Chávez a las próximas elecciones, en efecto, “parlamentarias”, que se realizarán el próximo 26 de septiembre en Venezuela, y al grupo de senadores chilenos que pensaron podrían venir como observadores. Al respecto Rafael Rincon Zerpa expresa que “sólo que el Comandante, a tono con la naturaleza de su modelo y con su concepto de democracia, montó en cólera y dijo que a su cuartel no entrará nadie a decirle cómo hacer elecciones… Ir a observar elecciones si no se asume que Chávez no entiende la democracia como lo hace el mundo más civilizado es completamente inútil. No tiene previsto dejar el poder porque su proyecto así lo exige y la celebración de elecciones es una rutina táctica que sirve sólo para confundir a ingenuos y quitarle a la OEA y a sus miembros la incómoda obligación de hacer su trabajo”. Una comprensión del caso venezolano. Ahora, muy bueno que se sepa que no se hace sino lo que Chávez diga, y punto, por lo tanto difícil creer en un proceso electoral (mi opinión muy personal). Interesante análisis que se remonta a 1957 y los movimientos de insurgencia hasta nuestros días.
Lo que hay que entender sobre el régimen de Chávez
Por Rafael Enrique Rincón Zerpa
La idea de demoler el sistema político atacando la médula del Estado, y particularmente sus Fuerzas Armadas (FAN), es casi tan antigua como el propio Chávez. Ya en 1957, el guerrillero comunista venezolano Douglas Bravo trabaja en la infiltración de la institución armada y en la captación de oficiales para comprometerlos en una empresa revolucionaria. La presencia insurreccional uniformada, unida al guevarista MIR, detona en 1962 los fallidos Carupanazo (4 de mayo) y Porteñazo (2 de junio), dos movimientos civico-militares producidos en las ciudades de Carúpano y Puerto Cabello.
En 1977, luego de varios eventos importantes con Bravo siempre presente, se constituye el Frente Militar de Carrera como coordinador de los grupos conspiradores existentes en las FAN. En el Ejército, Chávez trabaja afanosamente con la organización del Comité de Militares Bolivarianos, Patrióticos y Revolucionarios, el Ejército Bolivariano y el luego conocido Movimiento Bolivariano Revolucionario 200.
En 1983, recuerda Bravo, se arman los componentes militares que intentan el 4 de febrero de 1992 (4F) derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez. Es que ya en 1984, en un Congreso de militares y civiles conspiradores, Arias Cárdenas, la otra figura clave del 4F, consigue la mayoría de los votos para centralizar en las FAN el aparato insurgente.
Luego del fracaso del 4F, los rebeldes van a prisión. En 1994 el presidente Rafael Caldera los libera y Chávez, no inhabilitado políticamente, vuelve a las andadas para alcanzar el poder mediante la lucha armada. Él, renuente a legitimar el sistema representativo, se niega a participar en elecciones hasta que cercanos le convencen de lo contrario. La decisión de participar en la contienda electoral de 1998 se toma entre 1996 y 1997 dentro de la misma estrategia revolucionaria. Se abre una “ventana táctica” para tomar el poder y desmantelar el sistema democrático representativo desde el trono.
En 1999, ya presidente gracias al sistema que tanto aborrece, Chávez hace redactar una nueva constitución para implantar la democracia participativa y protagónica como nuevo régimen político. Esto es la dictadura de las mayorías, fundada en la convicción de que el individuo es la nulidad misma y el colectivo, despersonalizado y hecho masa, gobierna a través de un líder o partido único. Este gobierno absoluto “del pueblo en el poder” funciona con la misma lógica de la dictadura del proletariado: quienes se ven a sí mismos como mayoría aplastan a la minoría (los ricos, los propietarios, la oligarquía, los burgueses, como quieran llamarla), la despojan de sus bienes, la liquidan y la desaparecen. Ni más, ni menos, sólo que el término confunde al desprevenido.
En 2004, Chávez anuncia el Nuevo Mapa Estratégico que, entre otras cosas, afina la idea de exportar el modelo revolucionario allende las fronteras venezolanas. En 2005 llega el Socialismo del Siglo XXI y en 2007 intenta infructuosamente imponer la constitución socialista y bolivariana en la que, de facto, se ilegaliza la existencia de corrientes no socialistas. Como lo capital es conservar el poder, ya previsto por Chávez en 1992 cuando estima que un proceso como el suyo necesita al menos 20 años hasta la primera parada, anuncia que ningún plebiscito – ideado por él mismo y en el marco de su propio modelo – va a detener su revolución. Así que en 2009, desconociendo los resultados adversos de 2007, lanza otro referéndum que le da la posibilidad de hacerse reelegir indefinidamente, cosa bastante fácil si se controlan todos los poderes.
Como en 2005 la oposición había boicoteado las elecciones parlamentarias acusando irregularidades, persecusión y uso del Estado para favorecer al gobierno, pues queda la Asamblea en el mismo estado y color que la otrora soviética.
Este año 2010 se celebran elecciones parlamentarias – o como se les llame – y un grupo de senadores chilenos tuvo la buena idea de hacer una visita de observación, sólo que el Comandante, a tono con la naturaleza de su modelo y con su concepto de democracia, montó en cólera y dijo que a su cuartel no entrará nadie a decirle cómo hacer elecciones.
Ir a observar elecciones si no se asume que Chávez no entiende la democracia como lo hace mundo más civilizado es completamente inútil. No tiene previsto dejar el poder porque su proyecto así lo exige y la celebración de elecciones es una rutina táctica que sirve sólo para confundir a ingenuos y quitarle a la OEA y a sus miembros la incómoda obligación de hacer su trabajo. Pero eso no debería durar mucho más. Para eso, desde hace tiempo ya, trata Caracas de enmendar esa “aberración” que en la Carta Democrática Interamericana hace alusión al ideal de la democracia representativa. Una vez que lo logre, será más fácil continuar lo que ya empezó y que ha tenido logros como el de Bolivia, pero tropiezos como el de Honduras.
Fuente: Blog de Martha Colmenares
0 comentarios:
Publicar un comentario
Haga su comentario