El cardenal sostiene en un comunicado que pasando por encima de la Constitución el Presidente y su gobierno “quieren llevar al país al camino del socialismo-marxista que copa todos los espacios, es totalitario y conduce a una dictadura, ni siquiera del proletariado sino de la cúpula que gobierna”
09:56 AM Caracas.- El cardenal Jorge Urosa Savino emitió desde Roma un comunicado en el que expresa que el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, carece de licencia para insultar, difamar o injuriar a ningún venezolano.
"En varias ocasiones el presidente me ha agredido verbalmente exponiéndome al escarnio público, rechazo totalmente esas agresiones que desdicen de quien las realiza", indica el cardenal en el comunicado.
Asimismo reiteró sus denuncias de lo que está ocurriendo en el país. "Hoy respondo contra los ataques proferidos contra los obispos y contra mí porque más que rechazar ofensas se trata de denunciar el peligro que se cierne sobre nuestra querida Patria".
Al aclarar que su postura no obedece a presiones de ningún sector sino "a la voz de mi conciencia" dijo ha emitido algunas declaraciones sobre este respecto en los medios de comunicación social que "lamentablemente" han sido mal interpretadas por el presidente Hugo Chávez.
Señaló que le mandatario en "lugar de reflexionar y ponderar los argumentos expuestos y rectificar su línea de conducta se limita a descalificar y a ofender".
El cardenal sostiene que pasando por encima de la Constitución el Presidente y su gobierno "quieren llevar al país al camino del socialismo-marxista que copa todos los espacios, es totalitario y conduce a una dictadura, ni siquiera del proletariado sino de la cúpula que gobierna".
Recalcó que esta intención de llevar al país por este sistema de gobierno contraría los designios del pueblo venezolano que ya rechazó en elecciones el establecimiento de una patria socialista.
"A través de leyes inconstitucionales se pretende instaurar en Venezuela un régimen marxista, como abiertamente lo ha proclamado el Presidente", enfatizó.
El cardenal recuerda en sus líneas que el fracaso del "marxismo-socialismo en otras países es más que evidente".
Criticó del mismo modo la pretensión del gobierno de "copar todas las actividades productivas a través por ejemplo del progresivo acaparamiento de la importación, distribución y comercialización de alimentos" y asegura que esto está "en la línea de desmontar el aparato productivo nacional para que todos dependamos del gobierno hasta para comer".
Asegura que el gobierno preocupado por instaurar el sistema marxista-socialista descuida sus tareas constitucionales primarias como por ejemplo la seguridad de los venezolanos.
El cardenal recordó al presidente Hugo Chávez que el nombramiento de todos los obispos del mundo está en manos de la Santa Iglesia "y concretamente en manos del Santo Padre luego de serias consultas a la comunidad eclesial, no está en manos de los políticos".
Insistió en que los obispos, al igual que todos los cristianos, son constructores de la paz. "Queremos el bien la convivencia y el progreso de Venezuela con oportunidades para todos sin exclusiones ni injusticias e intolerancia con anhelos de unidad, bienestar, progreso y paz".
"En varias ocasiones el presidente me ha agredido verbalmente exponiéndome al escarnio público, rechazo totalmente esas agresiones que desdicen de quien las realiza", indica el cardenal en el comunicado.
Asimismo reiteró sus denuncias de lo que está ocurriendo en el país. "Hoy respondo contra los ataques proferidos contra los obispos y contra mí porque más que rechazar ofensas se trata de denunciar el peligro que se cierne sobre nuestra querida Patria".
Al aclarar que su postura no obedece a presiones de ningún sector sino "a la voz de mi conciencia" dijo ha emitido algunas declaraciones sobre este respecto en los medios de comunicación social que "lamentablemente" han sido mal interpretadas por el presidente Hugo Chávez.
Señaló que le mandatario en "lugar de reflexionar y ponderar los argumentos expuestos y rectificar su línea de conducta se limita a descalificar y a ofender".
El cardenal sostiene que pasando por encima de la Constitución el Presidente y su gobierno "quieren llevar al país al camino del socialismo-marxista que copa todos los espacios, es totalitario y conduce a una dictadura, ni siquiera del proletariado sino de la cúpula que gobierna".
Recalcó que esta intención de llevar al país por este sistema de gobierno contraría los designios del pueblo venezolano que ya rechazó en elecciones el establecimiento de una patria socialista.
"A través de leyes inconstitucionales se pretende instaurar en Venezuela un régimen marxista, como abiertamente lo ha proclamado el Presidente", enfatizó.
El cardenal recuerda en sus líneas que el fracaso del "marxismo-socialismo en otras países es más que evidente".
Criticó del mismo modo la pretensión del gobierno de "copar todas las actividades productivas a través por ejemplo del progresivo acaparamiento de la importación, distribución y comercialización de alimentos" y asegura que esto está "en la línea de desmontar el aparato productivo nacional para que todos dependamos del gobierno hasta para comer".
Asegura que el gobierno preocupado por instaurar el sistema marxista-socialista descuida sus tareas constitucionales primarias como por ejemplo la seguridad de los venezolanos.
El cardenal recordó al presidente Hugo Chávez que el nombramiento de todos los obispos del mundo está en manos de la Santa Iglesia "y concretamente en manos del Santo Padre luego de serias consultas a la comunidad eclesial, no está en manos de los políticos".
Insistió en que los obispos, al igual que todos los cristianos, son constructores de la paz. "Queremos el bien la convivencia y el progreso de Venezuela con oportunidades para todos sin exclusiones ni injusticias e intolerancia con anhelos de unidad, bienestar, progreso y paz".
Ocarina Espinoza
EL UNIVERSAL
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