DESDE CARACAS, el periodista Carlos Subero -ex compañero en El Universal- acaba de presentar en su blog un reporte contundente basado en cifras oficiales de Washington: cada 47 minutos un ciudadano venezolano está recibiendo visa de residente en EEUU.
Se necesita ser muy estúpido y mezquino para no deducir que la emigración es el principal termómetro de que un país no va por buen camino. El informe completo de Subero, lleno de historias y cifras, está disponible en: http://borisspasky.wordpress.com/2010/05/10/cada-47-minutos-un-venezolano-recibe-visa-de-residente-en-los-estados-unidos/
Lo anterior no incluye los que estiran su estadía con visa de turista en este país o los que han escogido otros rumbos en Europa Occidental, Canadá, América Latina y Australia, huyendo de la inseguridad institucionalizada, el apartheid laboral y la falta de Estado de Derecho (sustituido por el caprichismo, nuevo aporte de Miraflores al diccionario político internacional, que traduce: hago lo que me da la gana, mientras me da la gana, y te la calas porque hasta la OEA me la compré. Y es más, la cosa va para largo).
Otra modalidad de emigración "a futuro" que los venezolanos están practicando, y que no es mencionada allí, es la cada vez mayor cantidad de embarazadas que están volando a dar a luz a Florida, de manera de garantizarle a su hijo una segunda nacionalidad automática mientras crecen en Venezuela. Incluso ya la frase se repite con insistencia en Caracas y Maracaibo: "está de moda parir en Miami". La realidad evoca aquel chiste cruel: "¡Claro que Venezuela tiene salida: el aeropuerto de Maiquetía!".
COMO SIEMPRE SUCEDE en mayo, mes de cierre de la industria escenográfica, la Liga de Broadway (TBL) reveló con optimismo que aportó directa e indirectamente $ 9.800 millones a la economía de NYC en la temporada 2008-09. Y de nuevo, los turistas fueron los protagonistas del show al acaparar 82% de la taquilla.
Según la directora ejecutiva Charlotte St. Martin, las cifras de TBL prueban que Broadway no sólo entretiene y culturiza, sino además es una actividad económica de peso para la ciudad y el estado de Nueva York. El monto anunciado suma tres variables: lo que invierten los productores para estrenar y mantener sus shows ($ 2 mil millones); aquello gastan los dueños de las salas para tenerlas a tono ($ 51,4 millones); y lo que el público visitante -nacional y extranjero- paga en entradas, además de los gastos extras de quienes identificaron a Broadway como una de las razones de su viaje a NYC ($ 7.700 millones).
Aparte, la industria teatral genera 84.400 empleos y paga $ 477,7 millones en impuestos locales. Ello ratifica que si algo ha salvado a Nueva York en los últimos años de crisis nacional, ha sido el turismo.
EN CONTRASTE, la excelsa red de bibliotecas de NYC, sin duda uno de los mejores servicios públicos de la ciudad, está amenazada con el potencialmente mayor recorte presupuestario de su historia: $ 37 millones. Ello se traduciría en el cierre de 10 sucursales, una reducción de personal de 36% y puertas abiertas tan sólo cuatro días a la semana.
Las alarmas están activadas y a la ciudadanía se la está pidiendo que colabore monetariamente con lo que pueda. Mientras, recordemos que el multimillonario alcalde Bloomberg protagonizó el año pasado la campaña más cara en la historia del país, gastando entre $ 110 y 140 millones de su propio bolsillo en su caudillesca re-reelección. Con eso se hubiese cubierto al menos 3 veces el déficit de las bibliotecas, entre otras necesidades de la capital del mundo.
¿POR QUÉ CREAR y para satisfacer cuáles necesidades? Son las preguntas que desde el año 2000 y con frecuencia trianual intenta responder la muestra Why Design Now?, a través de ocho variables temáticas: energía, transporte, comunidad, materiales, prosperidad, salud, comunicaciones y simplicidad.
Así, hasta el próximo 9 de enero el National Design Museum de Manhattan exhibe (in situ y en su web) 134 proyectos inéditos o mejorados de creadores de 44 países tan diversos como Paraguay, Singapur, Ghana o Finlandia. Allí está el Jardín Botánico Orquideorama de Medellín; el H2OTEL de Ámsterdam; la nueva ópera de Oslo; bicicletas plegables; utensilios de cocina, bolígrafos y urnas biodegradables; purificadores portátiles de agua activados por el sol; relojes y cámaras fotográficas para invidentes; mini carros eléctricos; receptores de energía generada por las olas del mar; incubadoras móviles para niños prematuros; sensores en los pañales que se activan si el bebé deja de respirar; ventanas que ahorran energía; cables que indican cuánto está consumiendo el aparato; papagayos que atrapan la energía del viento; radios de madera; soportes que protegen el cuerpo durante las largas horas de trabajo; lentes adaptables para no comprar unos nuevos; etc.
Un ejemplo de la necesidad de acoplar el diseño industrial a la nueva realidad económica y ecológica del planeta, la expone Leon Ransmeier, cuya firma DBA concibió un bolígrafo 98% biodegradable y 100% reciclable. Sólo en EEUU, anualmente se venden 5.200 bolígrafos tóxicos que terminan en la basura, "cantidad suficiente para darle la vuelta a la Tierra 18 veces".
La muestra cuenta con el patrocinio de varios gobiernos: Noruega, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos, Israel, Suiza y Francia.
Se necesita ser muy estúpido y mezquino para no deducir que la emigración es el principal termómetro de que un país no va por buen camino. El informe completo de Subero, lleno de historias y cifras, está disponible en: http://borisspasky.wordpress.com/2010/05/10/cada-47-minutos-un-venezolano-recibe-visa-de-residente-en-los-estados-unidos/
Lo anterior no incluye los que estiran su estadía con visa de turista en este país o los que han escogido otros rumbos en Europa Occidental, Canadá, América Latina y Australia, huyendo de la inseguridad institucionalizada, el apartheid laboral y la falta de Estado de Derecho (sustituido por el caprichismo, nuevo aporte de Miraflores al diccionario político internacional, que traduce: hago lo que me da la gana, mientras me da la gana, y te la calas porque hasta la OEA me la compré. Y es más, la cosa va para largo).
Otra modalidad de emigración "a futuro" que los venezolanos están practicando, y que no es mencionada allí, es la cada vez mayor cantidad de embarazadas que están volando a dar a luz a Florida, de manera de garantizarle a su hijo una segunda nacionalidad automática mientras crecen en Venezuela. Incluso ya la frase se repite con insistencia en Caracas y Maracaibo: "está de moda parir en Miami". La realidad evoca aquel chiste cruel: "¡Claro que Venezuela tiene salida: el aeropuerto de Maiquetía!".
COMO SIEMPRE SUCEDE en mayo, mes de cierre de la industria escenográfica, la Liga de Broadway (TBL) reveló con optimismo que aportó directa e indirectamente $ 9.800 millones a la economía de NYC en la temporada 2008-09. Y de nuevo, los turistas fueron los protagonistas del show al acaparar 82% de la taquilla.
Según la directora ejecutiva Charlotte St. Martin, las cifras de TBL prueban que Broadway no sólo entretiene y culturiza, sino además es una actividad económica de peso para la ciudad y el estado de Nueva York. El monto anunciado suma tres variables: lo que invierten los productores para estrenar y mantener sus shows ($ 2 mil millones); aquello gastan los dueños de las salas para tenerlas a tono ($ 51,4 millones); y lo que el público visitante -nacional y extranjero- paga en entradas, además de los gastos extras de quienes identificaron a Broadway como una de las razones de su viaje a NYC ($ 7.700 millones).
Aparte, la industria teatral genera 84.400 empleos y paga $ 477,7 millones en impuestos locales. Ello ratifica que si algo ha salvado a Nueva York en los últimos años de crisis nacional, ha sido el turismo.
EN CONTRASTE, la excelsa red de bibliotecas de NYC, sin duda uno de los mejores servicios públicos de la ciudad, está amenazada con el potencialmente mayor recorte presupuestario de su historia: $ 37 millones. Ello se traduciría en el cierre de 10 sucursales, una reducción de personal de 36% y puertas abiertas tan sólo cuatro días a la semana.
Las alarmas están activadas y a la ciudadanía se la está pidiendo que colabore monetariamente con lo que pueda. Mientras, recordemos que el multimillonario alcalde Bloomberg protagonizó el año pasado la campaña más cara en la historia del país, gastando entre $ 110 y 140 millones de su propio bolsillo en su caudillesca re-reelección. Con eso se hubiese cubierto al menos 3 veces el déficit de las bibliotecas, entre otras necesidades de la capital del mundo.
¿POR QUÉ CREAR y para satisfacer cuáles necesidades? Son las preguntas que desde el año 2000 y con frecuencia trianual intenta responder la muestra Why Design Now?, a través de ocho variables temáticas: energía, transporte, comunidad, materiales, prosperidad, salud, comunicaciones y simplicidad.
Así, hasta el próximo 9 de enero el National Design Museum de Manhattan exhibe (in situ y en su web) 134 proyectos inéditos o mejorados de creadores de 44 países tan diversos como Paraguay, Singapur, Ghana o Finlandia. Allí está el Jardín Botánico Orquideorama de Medellín; el H2OTEL de Ámsterdam; la nueva ópera de Oslo; bicicletas plegables; utensilios de cocina, bolígrafos y urnas biodegradables; purificadores portátiles de agua activados por el sol; relojes y cámaras fotográficas para invidentes; mini carros eléctricos; receptores de energía generada por las olas del mar; incubadoras móviles para niños prematuros; sensores en los pañales que se activan si el bebé deja de respirar; ventanas que ahorran energía; cables que indican cuánto está consumiendo el aparato; papagayos que atrapan la energía del viento; radios de madera; soportes que protegen el cuerpo durante las largas horas de trabajo; lentes adaptables para no comprar unos nuevos; etc.
Un ejemplo de la necesidad de acoplar el diseño industrial a la nueva realidad económica y ecológica del planeta, la expone Leon Ransmeier, cuya firma DBA concibió un bolígrafo 98% biodegradable y 100% reciclable. Sólo en EEUU, anualmente se venden 5.200 bolígrafos tóxicos que terminan en la basura, "cantidad suficiente para darle la vuelta a la Tierra 18 veces".
La muestra cuenta con el patrocinio de varios gobiernos: Noruega, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos, Israel, Suiza y Francia.
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