Libertad para Cuba
¿Es tiempo de levantar el embargo a Cuba?, es una pregunta de matices sensibles y de análisis profundo. La abrumadora votación en la O.N.U en contra de las sanciones impuestas a la isla desde el año 1962, intentan establecer mecanismos de presión contra Estados Unidos para que cese la estricta política de aislamiento.
Comparto la preocupación válida que existe sobre un pueblo sumergido en una gran miseria y en las más extensas necesidades, pero ¿es realmente el embargo a Cuba la razón exclusiva del patético panorama que presenta cada rincón de ese país? La repuesta es exacta y precisa: NO.
El proyecto castrista es un ejemplo vivo del fracaso sistemático de una revolución socialista; el verdadero embargo es interno, es el fomentado y ejercido por los líderes nefastos que ejercen a su antojo el poder.
Este tipo de resoluciones y posturas ejercidas por los ambiguos órganos internacionales, carecen de fondo y sustrato contundente. Por supuesto que el mundo entero estaría a favor de cambios estructurales en Cuba, pero pensar que este viraje está supeditado al levantamiento del bloqueo económico peca de inocencia extrema o de un cinismo supremo.
Levantar las sanciones en este momento sería una señal de convalidación peligrosa, hoy más que nunca cuando muchos países del continente apuntan descaradamente a ejemplificar el Castro-comunismo como un proyecto viable.
El hambre, las carencias básicas, la opresión desmedida, la violación de los derechos humanos, los presos políticos, el secuestro institucional, los fusilados, son sólo algunos puntos que al abordarlos deben vincularse, antes de tomar cualquier determinación enfocada a levantar las sanciones contra la isla o ¿acaso en todas estas décadas se ha dado algún tipo de señal precisa que sugiera cambios estructurales?
La realidad concisa es que al pueblo cubano lo embarga en todos los sentidos el comunismo despiadado de la absurda revolución perpetuada en años. Estar a favor o en contra del bloqueo es un tema sujeto al más amplio debate, pero llegar a una conclusión resolutoria sin exigir de manera categórica la libertad y la democracia en Cuba, es un acto simplista y complaciente.
Presidente Raúl Castro, atrévase y dé un paso al frente. Convoque a elecciones libres en su país, abra de una buena vez las celdas políticas, permita el libre pensamiento y la verdadera expresión popular. Acabe con los privilegios desfachatados, ábrase usted mismo al mundo, asuma el reto de la exigencia histórica y verá que el verdadero bloqueo es su comunismo arcaico y caduco.
¡LIBERTAD PARA CUBA!
Jonathan Humpierres (Juan Diego)
Cantautor, músico y abogado venezolano
juandiegocd2@hotmail.com
humpierres@cantv.net
http://www.gentiuno.com/articulo.asp?articulo=8337
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