Estados Unidos anunció este viernes que considerará una gama de opciones en colaboración con países americanos para aplicar presión al gobierno de Venezuela, tras la condena a casi 14 años de cárcel al líder opositor venezolano Leopoldo López.
“Ciertamente vamos a considerar una gama de opciones mientras trabajamos
con otros países del Hemisferio Occidental para aplicar presión al
gobierno venezolano”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Washington buscará “asegurar que otros países del hemisferio
prioricen no solo el respeto, sino incluso la protección de los derechos
humanos básicos de los ciudadanos”, añadió Earnest, durante su conferencia de prensa diaria.
Esas medidas son evaluadas luego que el gobierno del presidente Barack Obama ordenara en marzo sanciones contra altos funcionarios venezolanos señalados de supuestas violaciones a los derechos humanos.El Departamento de Estado reiteró que mantendrá el diálogo con Caracas para mejorar las relaciones entre los dos países, sin embajadores desde 2010.
Para las autoridades estadounidenses, las sanciones -bloqueo de
cuentas en ese país y prohibición de entrada a siete altos funcionarios
del gobierno de Nicolás Maduro-, funcionaron.
“Pienso, basado en la reacción que vimos del gobierno
venezolano, que esas sanciones han tenido éxito en aplicar presión a los
líderes de ese país”, señaló Earnest.
El fundador del partido de centroderecha Voluntad Popular, Leopoldo
López, fue acusado de “daños e incendio, instigación pública y
asociación para delinquir”, durante las manifestaciones callejeras que
impulsó contra Maduro, y que dejaron 43 muertos y cientos de heridos
entre febrero y mayo de 2014.
Son “acusaciones políticamente motivadas”, denunció
Earnest, quien instó al gobierno de Venezuela a liberar a López y “todos
los prisioneros políticos injustamente detenidos”.
“Los problemas de Venezuela no se pueden resolver criminalizando el disenso”, añadió.
El secretario de Estado, John Kerry, también repudió la sentencia contra López, señalando en un comunicado que Estados Unidos está “profundamente perturbado” y expresando preocupación por lo que llamó el uso de la justicia para “castigar” a disidentes en Venezuela.
Pero el Departamento de Estado reiteró que mantendrá el diálogo con
Caracas para mejorar las relaciones entre los dos países, sin
embajadores desde 2010.
“Vamos a seguir trabajando en esta relación, que es complicada, y no siempre será fácil, y habrá momentos en que estemos en desacuerdo”, dijo este viernes el portavoz, John Kirby.
“Lo más importante, particularmente cuando no estás de acuerdo con
una nación con la que intentas mejorar relaciones es hablar al respecto
abierta y libremente”, añadió.
Washington, Estados Unidos. AFP
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