Por: Roger Noriega
Fuente: IASW
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| Roger Noriega |
En su última fábula Nicolás Maduro nos entrega de nueva cuenta una
combinación de declaraciones que solo pueden catalogarse como absurdas.
La noche del jueves y por tercera ocasión desde que usurpó el poder en Venezuela, Maduro me acusa de planear un magnicidio en su contra. Esta vez, de acuerdo con Maduro, planeo inocular al usurpador con veneno desde Miami.
Mientras el chavismo se desmorona y el pueblo empieza a sufrir la escasez de alimentos, medicamentos, productos básicos, los estragos de una economía al borde del colapso y una inseguridad incontrolable los CubanoMaduristas nuevamente tratan de distraer la opinión pública con acusaciones sin sustento y que representan la ineptitud y locura de Nicolás Maduro.
El títere venezolano trata de aferrarse al poder a toda costa en un país que ya está viviendo la cubanización de sus instituciones y la opresión que ha caracterizado a la isla por décadas.
Venezuela se encuentra en una situación extremadamente precaria. La cúpula chavista ha empeñado la soberanía nacional y el petróleo que sustenta la economía venezolana a narcoestados, países autocráticos, terroristas y carentes de cualquier tipo de imperio de la ley.
El narcotráfico también se ha convertido en una política de Estado y la protección a narcogenerales y a narcotraficantes ha transformado a Venezuela en el paraíso de la ilegalidad en nuestro hemisferio.
En el último reporte publicado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, se incluye de nueva cuenta a Venezuela como un país que se niega a cooperar con autoridades internacionales para combatir el terrorismo.
Los insultos y mentiras de Maduro son señales de que su gobierno día a día se da más cuenta de la fragilidad en la que se encuentra. Maduro seguirá acusándome a mi y a otros promotores de la democracia en la región porque representamos lo que él combate: personas con la libertad de expresar nuestro repudio a la violencia, al narcotráfico, al terrorismo y al autoritarismo que gobiernos como el suyo promueven en el mundo para poner en riesgo tanto la seguridad de mi país como la del todo el hemisferio.
Maduro quizás deba preocuparse por los cubanos, los narcotraficantes, terroristas y dictadores a los que ha vendido su alma. Estos “amigos” de Maduro se dedican precisamente a asesinar a individuos que ponen en riesgo sus negocios por medio de la incompetencia.
Por otra parte, si realmente está preocupado por atentados en su contra por parte de chavistas, quizás debiera cuidarse de Diosdado Cabello. Mario Silva dixit.
La noche del jueves y por tercera ocasión desde que usurpó el poder en Venezuela, Maduro me acusa de planear un magnicidio en su contra. Esta vez, de acuerdo con Maduro, planeo inocular al usurpador con veneno desde Miami.
Mientras el chavismo se desmorona y el pueblo empieza a sufrir la escasez de alimentos, medicamentos, productos básicos, los estragos de una economía al borde del colapso y una inseguridad incontrolable los CubanoMaduristas nuevamente tratan de distraer la opinión pública con acusaciones sin sustento y que representan la ineptitud y locura de Nicolás Maduro.
El títere venezolano trata de aferrarse al poder a toda costa en un país que ya está viviendo la cubanización de sus instituciones y la opresión que ha caracterizado a la isla por décadas.
Venezuela se encuentra en una situación extremadamente precaria. La cúpula chavista ha empeñado la soberanía nacional y el petróleo que sustenta la economía venezolana a narcoestados, países autocráticos, terroristas y carentes de cualquier tipo de imperio de la ley.
El narcotráfico también se ha convertido en una política de Estado y la protección a narcogenerales y a narcotraficantes ha transformado a Venezuela en el paraíso de la ilegalidad en nuestro hemisferio.
En el último reporte publicado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, se incluye de nueva cuenta a Venezuela como un país que se niega a cooperar con autoridades internacionales para combatir el terrorismo.
Los insultos y mentiras de Maduro son señales de que su gobierno día a día se da más cuenta de la fragilidad en la que se encuentra. Maduro seguirá acusándome a mi y a otros promotores de la democracia en la región porque representamos lo que él combate: personas con la libertad de expresar nuestro repudio a la violencia, al narcotráfico, al terrorismo y al autoritarismo que gobiernos como el suyo promueven en el mundo para poner en riesgo tanto la seguridad de mi país como la del todo el hemisferio.
Maduro quizás deba preocuparse por los cubanos, los narcotraficantes, terroristas y dictadores a los que ha vendido su alma. Estos “amigos” de Maduro se dedican precisamente a asesinar a individuos que ponen en riesgo sus negocios por medio de la incompetencia.
Por otra parte, si realmente está preocupado por atentados en su contra por parte de chavistas, quizás debiera cuidarse de Diosdado Cabello. Mario Silva dixit.
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