Fuente: VENECONOMIA
El notición económico que saltó a la palestra pública esta semana fue la información del Fondo Monetario Internacional (FMI) de que Venezuela está vendiendo el oro de sus reservas internacionales.
Revela el FMI que en agosto el Gobierno de Venezuela vendió 3,733 toneladas de oro de sus reservas internacionales (=120.000 onzas troy valorizadas en $198 millones aprox.), lo que redujo la tenencia de oro del Banco Central de Venezuela hasta 362,053 toneladas (=11,64 millones de onzas troy valorizadas en $18,9 millardos al 31 de agosto). Un hecho que, según el FMI va en contra de la tendencia internacional de los países de incrementar sus tenencias en oro.
Además, según informa el economista José Guerra, el BCV habría efectuado una venta adicional en este mes de septiembre de 1,8 toneladas (=63.300 onzas valorados en $110 millones aproximadamente).
Esta modalidad del Gobierno chavista de destajar las reservas internacionales ya no debería sorprender. Primero, porque con las modificaciones a la Ley del BCV de 2005 y 2009, se “legalizó” un mecanismo que autoriza a calcular y traspasar los supuestos “excedentes” de reservas líquidas desde el BCV al Fonden para su manejo a discreción por el Ejecutivo Nacional. Y segundo, porque el Gobierno insiste en gastar lo que no tiene: Se estima que el déficit fiscal de este año estará en el orden del 10% del PIB.
Lo que sí corrobora este nuevo asalto a las reservas del Estado es que la situación financiera está mucho peor de lo que se pensaba, y eso es mucho decir.
Esto se refleja en el nivel actual de las reservas internacionales brutas del BCV que totalizaron $24,62 millardos el 24 de septiembre, nivel no visto desde hace más de cinco años, para una caída de $5,28 millardos desde el 31 diciembre de 2011. Más importante es el hecho de que las reservas líquidas se estiman en $1,97 millardos al 24 de septiembre, lo que no alcanza ni para dos semanas de importaciones. Esto es algo crítico si se tiene como norma que las reservas líquidas deben representar el equivalente a mínimo tres meses de importaciones.
Todo esto lleva a la escasez de divisas evidenciada en los atrasos de Cadivi que, para algunos gremios, ya pasan de los 180 días.
Esta escasez también es un factor que toman en cuenta los analistas cuando estiman lo que podría ser un valor razonable para el bolívar en un mercado libre hipotético. Durante el último año, este valor se mantuvo alrededor de los Bs.8,00:$; no obstante, durante el último mes, se han estado revisando los cálculos al punto de que los analistas estiman que el precio justo del bolívar estaría en el orden de los Bs.12,00:$.
Es claro que esta venta del oro de las reservas obedece a la sequía de caja del BCV, a la demanda del exorbitante gasto electoral y a la necesidad de cumplir con las presiones de sus principales acreedores como lo son China y Rusia, que están al tanto de la crítica situación de respaldo económico del país.
Todo lleva a concluir que el Gobierno raspa la olla ante la derrota del 7-O.
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