Fuente: CNN
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Las guerrillas izquierdistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ofrecieron a la agencia de inteligencia de Venezuela “entrenamiento en terrorismo urbano, incluyendo asesinatos de blancos específicos” y dieron a entender que estaban dispuestos a asesinar a los opositores del presidente venezolano Hugo Chávez, según un reciente estudio sobre los registros de los rebeldes colombianos.
En cierto punto, Chávez incluso llegó a ofrecer a las FARC 300 millones de dólares y armamento, aunque aparentemente esos acuerdos se cayeron, según correos electrónicos y documentos que se le confiscaron a un líder de las FARC.
El nuevo análisis, el cual fue cuestionado inmediatamente por autoridades venezolanas, fue entregado por un instituto de estudios estratégicos con sede en Londres, el cual publicó el martes un extenso expediente que examina a detalle la relación de los rebeldes colombianos con Venezuela y Ecuador.
El instituto pasó dos años recopilando documentos estratégicos que datan de 30 años atrás, así como correos electrónicos recientes que pertenecían a uno de los líderes de las FARC, Luis Edgar Devía Silva, cuyo nombre guerrillero es Raúl Reyes, quien murió en el 2008 durante un operativo, dejando atrás documentación digital.
Las FARC son “la insurgencia de origen marxista más vieja, grande, capaz y mejor equipada de Latinoamérica –aunque actualmente sólo luche por las metas marxistas en el papel”, según el Centro Antiterrorista Nacional. Los Estados Unidos y la Unión Europea consideran que las FARC son un grupo terrorista.
Las FARC tuvieron un impulso con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia en 1999. Mientras por un lado manifestaba su neutralidad ante el conflicto entre las FARC y el gobierno colombiano, el gobierno de Chávez financió al ala de las FARC en Caracas y le dio acceso a los servicios de inteligencia venezolanos, según el estudio.
“Después del golpe de estado del 2002 que alejó temporalmente a Chávez del poder…”, afirma el reporte, “las FARC también respondieron a las solicitudes del servicio de inteligencia de Venezuela para proveer de capacitación en terrorismo urbano, incluyendo asesinatos de blancos específicos, así como el manejo de explosivos.
“Asimismo, el archivo presenta tentadoras presunciones aunque no probadas de que las FARC pudieron haber llevado a cabo asesinatos de opositores políticos de Chávez en nombre del estado venezolano”, afirmó el instituto.
En una reacción impulsiva, la Embajada de Venezuela en Washington calificó a los documentos como no confiables y descartó la credibilidad del estudio del instituto británico, el cual se titula Los expedientes de las FARC: Venezuela, Ecuador y el expediente secreto de Raúl Reyes.
Autoridades colombianas dijeron a CNN el martes que no harían comentarios sobre los descubrimientos del instituto.
En un comunicado, diplomáticos venezolanos dijeron que el reporte tenía “imprecisiones básicas” y agregó que la Suprema Corte de Colombia ha cuestionado la documentación del grupo guerrillero, impidiendo su utilización en procesos jurídicos contra funcionarios colombianos.
“La embajada expresó su sorpresa y preocupación por la decisión del instituto británico de utilizar documentos proporcionados por las autoridades colombianas, mientras que la Interpol afirma que 'la entrega ordinaria de evidencia electrónica por parte de autoridades legales no se apegan a principios reconocidos internacionalmente'”, decía el comunicado.
“Debido a estos errores, la embajada afirma que esto pone en duda la calidad del resto del reporte… También advirtió que esto podría ser parte de una agresiva propaganda contra Venezuela para socavar el progreso de la región, justamente en un momento en que las relaciones entre Venezuela y Colombia han alcanzado un nivel estable de cooperación y diálogo”.
En entrevista con CNN en Español, Nigel Inkster, directivo del instituto que presentó un resumen del estudio, dijo que la relación entre Chávez y las FARC era “bastante complicada”.
Para Chávez, “la relación es para establecer una capacidad estratégica que podría ser muy útil para ciertas circunstancias, pero también supuso varios problemas domésticos e internacionales que limitaron su capacidad para utilizar a las FARC”, dijo Inkster a CNN. “Chávez estuvo muy dispuesto a sacrificar el interés por las FARC cuando le convenía”.
En el 2004, Chávez terminó sus vínculos con las FARC durante 18 meses, después de que los rebeldes lo hicieran enojar y lo avergonzaran, afirmó el instituto.
Pero para 2006, mientras Venezuela se enriquecía por los altos precios del petróleo, Chávez vio a las FARC como un aliado estratégico en sus disputas con Estados Unidos.
“Se realizaron varias reuniones con altos miembros de las FARC”, afirma el estudio. “Chávez se comprometió a ayudar al grupo a obtener legitimidad política, reafirmó de manera formal el derecho de las FARC para usar el territorio venezolano colindante con la frontera colombiana y les ofreció 300 millones de dólares, de los cuales 50 estaría disponibles de manera inmediata. También se exploraron varias opciones para proveer a las FARC con armamento”.
Pero al momento de la muerte de Reyes, aparentemente esos acuerdos nunca se llevaron a cabo, según el estudio.
El instituto también descubrió que las FARC comenzaron a establecer fuertes en la región de la frontera de Ecuador con Colombia en los noventas, donde los rebeldes produjeron y vendieron cocaína para obtener ingresos. A diferencia de Colombia, las FARC se encontraron en un principio con “gran hostilidad” en Ecuador, pero mientras la política ecuatoriana se inclinaba hacia la izquierda, las FARC disfrutaron mejores relaciones y “tuvieron éxito en fomentar desacuerdos entre Ecuador y Colombia”, según el estudio.
En 2006, las FARC contribuyeron con cerca de 400,000 dólares para la campaña del candidato presidencial ecuatoriano, Rafael Correa – aparentemente con 100,000 provenientes directamente del grupo guerrillero y 300,000 de sus aliados. Inkster comentó a CNN que dichos aliados eran narcotraficantes.
“Casi con toda seguridad, Correa aprobó la utilización de esos fondos para su campaña, pero esto no se tradujo en una política de apoyo a los insurgentes durante el breve período entre la toma de posesión de Correa y la muerte de Reyes”, dice el estudio. “Aunque la muerte de Reyes provocó una seria brecha en las relaciones entre Colombia y Ecuador – irónicamente un objetivo estratégico de las FARC – también interrumpió la floreciente relación de las FARC con Quito. No hay evidencia de que esa relación hay prosperado a partir de entonces”.
En una entrevista con la agencia de noticias EFE, un miembro del gabinete de Correa, el ministro de relaciones exteriores adjunto, Kintto Lucas, afirmó que las supuestas contribuciones de las FARC a la campaña son “totalmente falsas” y descartó la credibilidad de los registros computacionales de las FARC.
“Siempre dijimos que no validábamos esos discos duros. No sabemos si son reales o inventados”, comentó Lucas. Asimismo, dijo que una falla en la custodia de los registros pudo permitir que cualquier agencia de inteligencia inventara la información.
“No reconoceremos ninguna información al respecto porque no son reales”, agregó.
El instituto dijo que las FARC han caído en un “punto bajo” tras los operativos de seguridad de Colombia a lo largo de todo el país donde los rebeldes estaban instalados. Las guerrillas están sufriendo deserciones y el aparato de inteligencia de Colombia ha neutralizado a los líderes rebeldes.
Aunque la profunda pobreza, problemas con la posesión de las tierras y el dilema de qué hacer con los ex paramilitares hacen que Colombia sea un país “frágil”, según el instituto.
“Las fuerzas de seguridad colombianas siguen enfrentándose a las FARC y sufren bajas casi diariamente”, dice el estudio. “Mientras las FARC continúen beneficiándose de un santuario transfronterizo y de apoyo, los esfuerzos de desarrollo de Colombia seguirán bajo amenaza”.
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