Una de las revelaciones más sorprendentes a medida que van apareciendo los detalles del asesinato de Osama Bin Laden ha sido el confirmar que la Agencia Central de Inteligencia, CIA, tuvo alquilada una casa vecina a la de OBL desde donde espiaron sus actividades  aún sin saber -a ciencia cierta- si era o no él aquella figura alta que paseaba por los jardines y que detectaban los satélites.

Los “vigilantes” se esforzaron en evitar la detección no solo de los agentes de AlQaeda sino también de la inteligencia paquistaní y la policía local de Abbottabad.

Observando desde detrás de espejos ahumados de vidrio, los agentes estadounidenses  usaron cámaras con teleobjetivos y equipos de imágenes infrarrojas para estudiar el complejo habitacional  y utilizaron equipos de escucha sensible para tratar de captar las voces desde el interior de la casa e interceptar las llamadas desde teléfonos móviles. Un satélite con radar sirvió en la búsqueda de posibles túneles de escape.

Sin embargo, la operación de espionaje tiene sus límites: el equipo de vigilancia estadounidense veía a un hombre alto que tomaba regularmente paseos por el patio de las casas -  tanto fue que lo apodaron “el marcapasos”- pero nunca fueron capaces de confirmar que el hombre era Bin Laden.

El esfuerzo agresivo de toda la comunidad de inteligencia para traducir y analizar los documentos incautados a la guarida tiene como prioridad descubrir alguna pista sobre los ataques terroristas que podrían estar en desarrollo. Los analistas de inteligencia también detallan al máximo los archivos para obtener cualquier información que pueda conducir a la identificación y ubicación del liderazgo superviviente de Al Qaeda.


Desde la noche del domingo, funcionarios de contraterrorismo han alertado sobre a la posibilidad de nuevos ataques de Al Qaeda para vengar la muerte de su líder. Funcionarios del Departamento de Seguridad han examinado los posibles objetivos terroristas y fue así que el Gobierno desplegó una mayor seguridad en los aeropuertos. Y en respuesta a las nuevas pruebas incautadas en el complejo de Bin Laden, la TSA, Transportation Security Administration emitió un boletín para las empresas ferroviarias.

Pero las autoridades subrayaron que la información era a la vez muy vaga en cuanto a fechas. ”Se ve muy, muy ambiciosa, y no tenemos ninguna evidencia de que se desarrolló más allá de la discusión inicial”, dijo Matt Chandler, portavoz de Seguridad Nacional.

A medida que la pista de Bin Laden se enfrió éste dejó de transmitir vídeos anunciando al mundo futuras acciones  en los últimos años.  Su estatus como el más influyente del mundo terrorista parecía disminuir. Sin embargo, en la década desde que huyó de Afganistán a finales de 2001, logro presentar de cuatro a seis cuatro hasta seis mensajes de audio  cada año, a menudo haciendo referencia a acontecimientos de actualidad, mostrando que su escondite no era totalmente aislado del mundo exterior.

“Si él podía repartir seis mensajes de audio en un año, sin duda podría darle instrucciones a sus seguidores”, dijo Ben N. Venzke, que dirige IntelCenter, una compañía de Virginia que rastrea las comunicaciones de grupos terroristas en la Internet al diario The New York Times. Así también entrevistaron a  Bruce Hoffman, experto en Al Qaeda en la Universidad de Georgetown quien advirtió:

“Hasta ahora, la opinión predominante era que estaba escondido a distancia, en una montaña aislada y separado de sus seguidores. Ahora sabemos que estábamos errados y debemos reconsiderar cuál en realidad era su papel.”

El hallazgo de Bin Laden en una urbanización suburbana de la capital de Pakistán, a dos cuadras de la mayor academia militar del país, ha llevado a un replanteamiento de la noción generalizada de que OBL tenía poco control sobre Al Qaeda.

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