Venezolanos en Miami exigen aplicación de Carta Democrática Interamericana

 

Por ANTONIO MARIA DELGADO

adelgado@elnuevoherald.com

Líderes de la comunidad venezolana que reside en Miami instaron el martes a la Organización de Estados Americanos (OEA) a que evalúe el grave deterioro de la democracia en el país sudamericano y calificaron de insincero el tono reconciliador adoptado recientemente por el presidente Hugo Chávez.

El llamado se une al planteamiento introducido ante la OEA por la Mesa de Unidad Democrática (MUD) –organización que aglutina a los principales partidos de la oposición venezolana– que denuncia una larga lista de atropellos que Chávez habría cometido contra la constitución y las instituciones democráticas de ese país.

“Le hacemos un pedido a la OEA y los países signatarios de la organización que se proceda a discutir el caso de Venezuela y la denuncia que fue consignada por los parlamentarios de la Mesa Unitaria”, dijo Pedro Mena, director de la Federación de Organizaciones de Venezolanos en el Exterior (FOVEX).

“Algún país tiene que tomar la iniciativa para que la denuncia sea discutida, ya sea por el Consejo Permanente o en la Asamblea General”, añadió Mena, cuya organización se está uniendo a una jornada de manifestaciones de respaldo a la democracia, que agrupaciones venezolanas en el exterior tienen previsto realizar en varias ciudades del mundo el domingo 23 de enero.

En Miami, la ceremonia de solidaridad será realizada frente al Arepazo 2, en el Doral, a partir de 12:30 p.m.

Representantes de la MUD se reunieron la semana pasada con el secretario General de la OEA, José Miguel Insulza y le solicitaron a la organización multilateral que adopte “las medidas apropiadas necesarias para lograr la normalización de la institucionalidad democrática en Venezuela”.

Los opositores le entregaron a Insulza una carta de seis páginas que planteando una serie de acciones adoptadas por Chávez que serían violatorias a las disposiciones de la Carta Democrática Interamericana.

La oposición venezolana, entre otras cosas, se pronunció en contra de la Ley habilitante, disposición que fue aprobadas aceleradamente a finales de diciembre por la anterior Asamblea Nacional para otorgarle a Chávez la facultad de legislar por su propia cuenta por 18 meses.

Según la carta introducida en la OEA, esa y otras disposiciones adoptadas por el gobierno de Chávez, “quebrantan el orden constitucional; desconocen el Estado de Derecho; irrespetan derechos fundamentales; vulneran el principio de la separación e independencia de los poderes públicos; desconocen la soberanía popular; y por ello violan diversas disposiciones de la Carta Democrática Interamericana y otras declaraciones y tratados internacionales”.

“En síntesis, lo que queremos, es que se discuta el caso venezolano”, dijo el ex diputado Alexis Ortiz. “No puede ser que se estén violando el contenido de la Carta Democrática Interamericana y la OEA se haga la desatendida”.

Por otro lado, los líderes de la comunidad venezolana en Miami desestimaron el reciente pronunciamiento reconciliador de Chávez, quien el fin de semana parecía dejar de lado sus habituales ataques contra la oposición para decir que estaba abierto al diálogo y que incluso podría rescindir la Ley Habilitante en pocos meses.

“Soy capaz de solicitar a esta Asamblea Nacional la derogatoria de esa ley”, declaró el mandatario el sábado ante el cuerpo legislativo. “El primero de mayo pudiéramos nosotros haber terminado, acelerando las leyes que estamos haciendo, para que nadie vaya a sentirse… limitado, si es que alguien se siente limitado, os devuelvo la ley habilitante”. Pero líderes de la oposición venezolana en Miami dijeron desconfiar de la rama de oliva que estaría ofreciendo el mandatario venezolano. 

Ernesto Ackerman, presidente de la organización Independent Venezuelan American Citizens (IVAC), dijo que el ofrecimiento se trata de sólo un retroceso táctico para reagrupase, del tipo que la oposición ha visto a Chávez aplicar cuando el mandatario se siente vulnerable o a sufrido algún revés político.

“Chávez se ha mostrado varias veces reconciliador, con un crucifijo en la mano hablando de paz, compresión y unidad para salir al día siguiente con un garrote en la mano y a darle garrotazos a todo el mundo”, relató Ackerman.

“Esto es lo que en la jerga militar se trataría de una táctica de reagrupamiento, para luego remeter nuevamente contra las fuerzas democráticas de Venezuela”, añadió.