GERARDO SEMPRÚN -
Impresionado por el saqueo de
electrodomésticos en Valencia que, a diferencia del llamado Caracazo,
fue provocado y arengado de viva voz por el propio presidente Maduro,
desde Alemania me hacen notar la coincidencia de estos salvajes
acontecimientos con la vil Noche de los Cristales Rotos cuyos 75 años se
cumplieron el domingo pasado. La coincidencia no deja de ser
presagiosa. La “hazaña revolucionaria” de Valencia transcurrió los días 9
y10 de noviembre también, pero más de siete decenios después.
Para quienes no recuerden o no hayan
tenido noticias de aquella brutal operación de exterminio de los nazis
contra los judíos consignemos que más de cien indefensos fueron
asesinados sólo por odio contra su fe religiosa, 200 sinagogas
destruidas junto con 7.000 tiendas de propiedad judía y más de 30 mil
encarcelados. De manera muy destacada operaron las brigadas armadas por
los nazis para “defender” la revolución, similares por cierto a los
“colectivos” maduristas, cuya misión es exactamente la misma.
La alusión a los cristales rotos
proviene de los vidrios destrozados de los ventanales de las Sinagogas
mancilladas y masacradas. 9-10 de noviembre allá. 9-10 de noviembre
aquí.
Como acontecimiento, claro está, el de
la Alemania de 1938 fue mucho peor que la de Valencia de 2013, pero dos
hechos equilibran las diferencias. Primero, el protagonismo activo de
Maduro defendiendo ese, su satánico logro. Aunque en una mortal (por
aburrida) cadena posterior trató de desligarse de responsabilidades
directas, las redes sociales lo desmintieron al divulgar profusamente su
quebrada voz exigiendo que no quedara ni un solo producto en los
anaqueles. El segundo hecho es aún más grave. Decidió crear una red de
¿brigadas nazis? … ¿colectivos? lista para desatar la cacería de
precios. La secuela lo llevará a una sostenida noche de cristales rotos.
Semejantes acciones -el más bruto lo
sabe- agravarán la explosiva crisis que pesa sobre nuestro desdichado
país. Más inversionistas irán a pescar en otras aguas, cerrarán
empresas, disminuirá la oferta, se multiplicará la especulación con
obvio predominio de interventores gubernamentales, los bonos de la deuda
seguirán desplomándose al ritmo del crecimiento del riesgo-país, el
bolívar envilecido, la inflación en carrera hacia alturas centenarias,
el desempleo, todo acompañado del cortejo diabólico de problemas
sociales.
¿Adónde vas, Maduro, decapitando precios a sablazos? ¿Adónde amigo, destruyendo templos para acabar con el humilde ratón?
Ya ni Cuba sigue esa ruta. En su agonía
hace lo que sea para atraer inversiones, de las que tú te desprendes con
alma de niño pródigo.
Digamos, porque algo bueno debe decirse,
que es muy de agradecer la franqueza de que te adornas para revelar la
Hecatombe, el Holocausto que preparas contra nuestro mancillado país. Y
la fecha que has escogido.
Porque la suerte cambia, Nicolás, y en otro 9 de noviembre, hace 24 años, cayó el Muro de Berlín.
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