La filtración da crédito a la tesis de que el régimen está dividido
entre una facción civilista, encabezada por Maduro y otra
militar-empresarial, dirigida por Cabello
- Transcripción íntegra de la grabación ('El Nacional' de Caracas
La conferencia de prensa ofrecida este lunes en Caracas por un grupo
de parlamentarios de la oposición venezolana fue como una mirada a los
sótanos de la historia. El diputado Ismael García apenas hizo una breve
introducción antes de dejar escuchar la grabación de una conversación
supuesta de 50 minutos entre un individuo de acento cubano, que
identificó como Artemis Palacio, oficial del servicio secreto castrista
en Venezuela, y Mario Silva, el presentador más influyente de la
televisión estatal. El testimonio de los dos hombres, recogido furtivamente, ventila conflictos internos y precariedades del postchavismo que pondrían en entredicho la estabilidad del régimen.
El audio registra el informe que Silva rinde al agente cubano acerca
de la situación intestina del joven gobierno de Nicolás Maduro. Silva es el conductor de La Hojilla,
un espacio de duración variable que desde hace diez años se transmite
por el principal canal del Estado, Venezolana de Televisión (VTV).
Aunque su propósito original era la contestación de las “mentiras” de
los medios comerciales, pronto derivó –luego de que Silva se deshiciera
de sus otros dos contertulios iniciales- a una suerte de tiro al blanco
contra la reputación de líderes opositores, periodistas y figuras
empresariales. Muy a menudo difundió correos electrónicos interceptados y
conversaciones telefónicas, con lo que daba fe de las conexiones de
Silva con los servicios de inteligencia. Si pudiera ser discutible que
se trate del programa con más audiencia de la cadena estatal, lo seguro
es que La Hojilla era el programa favorito de Hugo Chávez, al
que llamaba a medianoche para dar en directo primicias mientras fue
presidente. El fallecido comandante llegó a auspiciar la candidatura de
Silva a la Gobernación del estado Carabobo, en 2008, una aventura de la
que salió derrotado.
La filtración da crédito a las versiones previas de analistas, que
aseguraban que al interior del chavismo se peleaban a muerte dos
facciones: una “civilista”, encabezada por Nicolás Maduro –y, de acuerdo
al diálogo, clara apuesta de La Habana para suceder a Chávez-, y otra
“militar-empresarial”, cuya cara sería Diosdado Cabello, actual
presidente de la Asamblea Nacional. Éste es el receptor de todas las
suspicacias y los denuestos que se usan durante la conversación.
De acuerdo a lo que Silva reporta a su impávido interlocutor, para la
fecha Cabello se ha hecho de bases de financiamiento mediante el
control de organismos como Cadivi –administrador de las asignaciones de
divisas- y Seniat –ente tributario-, así como en cuerpos de seguridad
como la policía política y la recién creada policía nacional. Por ello
alienta a “cercenar sus puntos de financiamiento y control”, desde los
cuales, asegura, habría coordinado operaciones irregulares de solicitud
de divisas a través de “empresas de maletín”.
El avance de Cabello en el aparato del partido gubernamental y del
aparato del Estado continuaría, según Silva, hacia el control de las
Fuerzas Armadas y de la petrolera PDVSA. Por eso, advierte, “si (el
almirante Diego) Molero sale del Ministerio de Defensa, nos jodemos (…)
Otro ministro que no puede salir es (el presidente de Pdvsa y ministro
de Petróleo) Rafael Ramírez. Yo se lo dije en una oportunidad al
comandante Fidel, no pueden salir del cargo”.
Las intrigas de Cabello seguirían a su presunta evaluación de la
situación actual, en la que –siempre según Silva- “no puede ponerse en
público como contrario a Maduro porque quedaría como traidor”, a pesar
de que en algún momento de la difícil transición posterior a la muerte
de Chávez, “la idea era que Maduro dijera: ‘no, no tengo capacidad para
hacer esto’ y se crearan las condiciones para que el presidente de la
Asamblea, Diosdado Cabello, fuera el candidato y entrara él a gobernar”.
Silva llega a confesar que ha pensado en anunciar desde su programa
de televisión que “hay una conspiración en marcha”, pero que duda.
Asegura que por el momento el ministro de Defensa, almirante Diego
Molero, es el principal frente de contención de la asonada, pero que el
presidente Maduro, bajo influjo de su esposa y primera dama, Cilia Flores,
no le daba audiencia. “Quieren sacar a Molero. ¿Por qué? Para poder
tomar la Fuerza Armada y obligar a Maduro a conducirse como ellos
quieren, o tirar un golpe de Estado”.
También hace revelaciones sobre el reciente proceso electoral y su
organismo rector, que pide “revisar de cabo a rabo y en secreto”. Cuenta
que alguna vez le costó responder al propio Fidel Castro, “por qué
Chávez no había acabado todavía con esas elecciones burguesas”, que
representarían un punto débil “pues el pueblo se equivoca”, habría dicho
el líder cubano, “y por allí nos tumban la revolución”.
Hasta el momento la única reacción de Silva se había dado a través de
su cuenta en Twitter. De acuerdo a su versión, el audio sería producto de un montaje “del sionismo” al que, con ironía, felicitó: “Está trabajando muy bien".
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/05/20/actualidad/1369079604_077640.html
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