Agentes cubanos imparten ordenes a oficiales venezolanos
El general venezolano había trabajado minuciosamente en la
elaboración del plan de seguridad a ser implementado durante la cumbre
presidencial de la CELAC realizada en Caracas en diciembre del 2011.
Para ello había esbozado diferentes anillos de protección que
involucraban la participación de cientos de militares y policías que
debían resguardar a los presidentes, jefes de Estado y ministros de los
33 países miembros.
Pero cuando fueron a entregar el plan en la Dirección General de
Contra Inteligencia Militar (DGCIM), el representante cubano conocido
como “Coronel Alcides” tenía otra cosa en mente.
“‘No, eso no va’. Fue todo lo que dijo antes de desmontar todo el
plan”, dijo un oficial venezolano que habló bajo condición de anonimato.
“Y cuando nos dimos cuenta, los tres primeros anillos de seguridad eran
cubanos”.
Y es que Alcides junto a otro puñado de agentes cubanos de alto
rango, son quienes dictan la pauta en materia de seguridad en el país
petrolero, impartiendo órdenes a oficiales venezolanos como si fuesen
sus superiores y controlando todas las palancas y botones de la
represión.
Según los testimonios de oficiales venezolanos, agentes castristas
hace ya algún tiempo que dejaron de ser simples asesores para jugar hoy
un papel preponderante en el resguardo de la Revolución Bolivariana,
encargándose de tareas que van desde el diseño de doctrinas y esquemas
operacionales hasta la gestación de estrategias para espiar y
desarticular a los adversarios.
Es una sumisión institucional en la práctica, que ha colocado al
régimen de Cuba en control de muchas de las operaciones de represión
ejecutadas actualmente en el país, dijeron los militares y agentes de
inteligencia venezolanos que conversaron con El Nuevo Herald bajo
condición de anonimato.
“Los cubanos toman decisiones dentro de la Dirección General de
Contra Inteligencia Militar. Se le presta mucha atención a las
sugerencias y comentarios que ellos hacen. Y ellos son los que gestionan
los planes y diseñan la forma de acción que va a tomar la
contrainteligencia con grupos opositores, estudiantes, en contra de
todo”, dijo uno de los oficiales entrevistados.
“Son ellos los que dictan la forma de acción y ante todo, los métodos que se van a adoptar en cada caso”, agregó.
Según el oficial, el personal de inteligencia cubano juega un papel
muy activo en el monitoreo de los distintos sectores del país y en
particular de los dirigentes políticos considerados como adversos al
proceso revolucionario en medio de la crisis de legitimidad que enfrenta
el régimen de Nicolás Maduro.
Especial interés recae sobre el sector militar, donde decenas de
oficiales han sido detenidos e interrogados en los últimos días bajo
sospecha de que podrían ser desleales al nuevo líder de la Revolución
Bolivariana.
Funcionarios de seguridad cubanos, con amplia experiencia en las
operaciones de control social, llevan tiempo asesorando al gobierno
bolivariano a pedidos del fallecido presidente Hugo Chávez, quien en sus
últimos años de gobierno demostró tener más confianza en el personal
cubano que en sus propios compatriotas.
La ingerencia cubana quedó registrada en varios de los informes del
Departamento de Estado y de la agencia de inteligencia privada Stratfor
filtrados por WikiLeaks, que describen la gran dependencia de Chávez de
agentes de la isla y cómo La Habana hace uso de su influencia para
asegurar cada vez más su posición en Venezuela.
Según los cables, agentes cubanos tenían acceso directo a Chávez y
desempeñan un papel fundamental para el sostenimiento de su régimen,
informándole constantemente sobre los movimientos de la oposición, las
murmuraciones en los cuarteles y toda señal de potencial traición dentro
de las filas chavistas.
“La capacidad de inteligencia venezolana recibió un fuerte impulso
después de que Chávez se alió con Cuba […] Esa es la razón por la que
Chávez está tan endeudado con [ellos] […] su régimen puede detectar todo
complot de antemano y puede mantener vigilada a la oposición por la
gran cantidad de cubanos involucrados en la recolección de
inteligencia”, dijo un analista de Stratfor en uno de los correos
electrónicos filtrados.
Un ex comisario del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional
(SEBIN) dijo que los asesores cubanos son tratados por todos los agentes
dentro del organismo como si fuesen generales venezolanos de cinco
estrellas.
“Todos ellos [los funcionarios y oficiales venezolanos] se les paran
[en posición de] firmes. Los cubanos tienen la potestad de hacer y
deshacer como les dé la gana”, dijo el ex comisario, quien vive en
Estados Unidos pero se mantiene en contacto con sus antiguos compañeros.
“Ellos [los cubanos] son quienes dicen a quién hay que apretar. Y lo que ellos dicen, eso se lo que se hace”, agregó.
Otro ex funcionario del SEBIN dijo que los representantes cubanos
fueron quienes diseñaron la reestructuración del organismo policial,
conocido previamente en Venezuela como DISIP.
“Ellos decidieron cómo reestructurar cada departamento, a quién poner, a quién sacar, qué nos servía”, dijo el ex funcionario.
“Ellos presentaron el plan de reestructuración que después fue aceptado. Lo único que no pusieron fue el nombre”, agregó.
La reestructuración se hizo con Miguel Rodríguez Torres a la cabeza
del entonces DISIP. El funcionario, ahora Ministro de Relaciones
Interiores, ordenó entonces a todo su personal que cumpliera las órdenes
de los cubanos al pie de la letra.
Según los testimonios recogidos por El Nuevo Herald, los cubanos
mantienen un férreo control sobre el personal de inteligencia
venezolano.
El personal local recibe entrenamientos dictados por personal de la
isla, incluyendo técnicas de operaciones de contrainteligencia, pero que
principalmente cursos de adoctrinamiento político.
El oficial del DGCIM dijo que fue llevado a La Habana para recibir
uno de ellos, y que allí, la doctrina colocaba la preservación de la
Revolución y no del Estado y sus instituciones democráticas en el centro
de lo que había que preservar.
“Son cursos de formación ideológica, donde te enseñan que lo primero
es preservar la vida Comandante en Jefe de la Revolución, luego la
Constitución, y después el pueblo”, expresó.
“Te enseñaban que al Comandante en Jefe y al proceso había que
protegerlos de todo aquellos que consideran una amenaza, opiniones
contrarias a la Revolución, la subversión política, ideológica;
contraespionaje. Con cualquier otra cosa que pueda considerarse una
amenaza para la estabilidad del régimen”.
Esa doctrina eleva a los representantes de la oposición a la cabeza en la lista de enemigos del Estado, sostuvo.
“Ellos consideran a los grupos opositores, y cualquier otro partido
político que no sea de apoyo al gobierno, como agentes externos
contratados por la CIA y el FBI, a quienes ellos ven como sus
principales enemigos”, dijo.
El Nuevo Herald
0 comentarios:
Publicar un comentario
Haga su comentario