El presidente Chávez adoptó últimamente un comportamiento público que
desmerece a quien se atreve a preguntar sobre su estado de salud,
llamándolas consideraciones “morbosas, groseras e inhumanas”, cuando más
morbosas y groseras son sus apreciaciones sobre el devenir nacional.
Por Antonio José Monagas
Desde
que el actual régimen confundió la visión de país con la cual convenció
al electorado en 1998, las cosas vinieron de mal en peor. Todo comenzó a
enrarecerse. Donde ponía su atención, se agravaban los problemas. De
pronto, el país vio truncada sus posibilidades de expansión y
desarrollo. Comenzaron a extraviarse resultados de esfuerzos dirigidos a
alcanzar objetivos sociales y económicos. Igualmente culturales. Aunque
también el desastre cundió el ámbito de la industria pesada y del
sector productivo privado.
Los
estamentos estratégicos sobre los cuales se apoyaba el crecimiento
nacional, dejaron de funcionar como palanca de transformación del país.
De esta manera, la electricidad, la telefonía, el petróleo, el cemento,
el hierro, el aluminio y la bauxita, fueron objeto de insidiosos ataques
que terminaron en desarraigar las correspondientes industrias de sus
nichos naturales. Por consiguiente, los índices de productividad y
desarrollo económico, además de otros relacionados con la concepción y
praxis de la democracia, cayeron a niveles de vergüenza. Al extremo que
mediciones de países con atraso relativo, frente a los que Venezuela
adelantaba con marcado margen de ventaja, superaron las realidades que
hoy la agobian en casi todos sus escenarios. Y por supuesto, sin
exceptuar lo que constituye la castración de libertades fundamentales y
derechos esenciales que hoy afectan la gestión pública que llevan altos
funcionarios sin sentido de las responsabilidades propias del trabajo
administrativo y operativo.
A
manera de contraparte y para justificar la indolencia que domina el
discurrir oficialista ante la gama de problemas que azota al país, estos
funcionarios en cargos estratégicos, aunque advenedizos políticamente y
genuflexos moralmente como en efecto son, han recurrido a maniobras y
artimañas sólo para mantener en expectativas a una población que sigue
creyendo en “cuentos de camino o de revolución bolivariana”.
En
consecuencia, estos conspicuos administradores del poder vertical
juegan con las esperanzas de un pueblo que anhela resolver sus problemas
locales, regionales y nacionales. De modo que los argumentos que una
vez validaron los criterios de desarrollo económico y social, se
convirtieron en un rosario de quejas toda vez que las mentiras del
régimen fueron acumulándose y menguando necesidades que se hicieron
calamitosas ante la gravedad de sus implicaciones.
El
presidente Chávez adoptó últimamente un comportamiento público que
desmerece a quien se atreve a preguntar sobre su estado de salud,
llamándolas consideraciones “morbosas, groseras e inhumanas”. Cuando más
morbosas y groseras son sus apreciaciones sobre el devenir nacional. La
destemplanza con la cual refirió la disputa con Guyana Esequiba, como
si se tratara de un problema que debe revisarse desde afuera y no desde
la óptica nacional, es demostrativo del carácter lacónico con el cual
observa al país. El desconocimiento ante los preceptos constitucionales,
como los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, refleja
el grado de desgano con el cual pretende adelantar su socialismo del
siglo XXI. Por tanto, el país cayó en una condición de morosidad que lo
coloca entre los países más remolones del mundo.
Toda
esta grave situación pone en entredicho la funcionalidad del país desde
una perspectiva geopolítica lo que ha conducido a que los venezolanos
comiencen a ser cuestionados y mal vistos en países, incluso vecinos.
Así se ha creado una desconfianza que afecta no sólo al venezolano visto
desde afuera, sino lo que percibe desde su propia realidad. Y todo
sucede, porque el régimen le dio por estar evadiendo responsabilidades.
Asumir la actitud del “por allá fumea” O sea, se redujo a estar “jugando
a la candelita”.
Ventana de papel en perjuicio del país
Ya
lo explicaba el periodista Giovanni Cegarra cuando el 21 Junio 2009,
escribía sobre tan reiterado problema que semeja lo que es el juego de
la candelita. De esta forma, con la misma molestia que caracteriza al
venezolano de pensamiento democrático, expresaba que “definitivamente
nos están bailando todo tipo de danza en la Asamblea Nacional
Bolivariana” con eso de no coincidir en un lugar. O sea de tratar de
encontrarse con otro propósito, otro compromiso, otra promesa sin
resultado alguno.
Toda
esta burla, recuerda el juego infantil de "La Candelita", en el cual un
niño trata de agarrar al resto, mientras estos le evitan. Es decir, un
tome y dame. Lo que en lo político sucede en el país cuando desde el
alto gobierno mandan a la población a nadar en aguas turbulentas, o
porque le tienden emboscadas entre gallos y media noche. En otras
palabras, el alto gobierno se distrae jugando a la candelita con quienes
son o no afectos a su causa ideológica. Se enfrasca en un conflicto de
dimes y diretes, a pesar de demostrarse que sus alegatos son infundados,
que no tiene la razón. Pero su ceguera lo lleva a jugar a la candelita.
Manifiesta Cegarra que “a lo hecho pecho......nos juegan la candelita”.
Por supuesto, en perjuicio del país.
Más racionamiento
El
régimen no puede ocultar sus debilidades que están a punto de
“comérselo vivo”. La incompetencia que caracteriza cada una de sus
acciones, a pesar de la bulla que arma valiéndose de sus abúlicas
cadenas y del dominio sobre casi todo el espectro radioeléctrico
nacional. Aprovechándose incluso de la enfermedad presidencial para
manipular, sin ton ni son, emociones y sentimientos. En el fragor de
esta situación, impone un feroz racionamiento de electricidad que sólo
toca a las ciudades del interior. Aunque ahora pretende, desde
Corpoelec, controlar el consumo de energía eléctrica mediante coacción
ejercida sobre el funcionamiento de instituciones tan esenciales para el
desarrollo como el caso de las universidades autónomas. Ya la
Universidad de Los Andes, recibió una primera orden de controlar la
electricidad sin reconocer que, desde hace varias gestiones rectorales,
se aplican criterios razonados de ahorro de este servicio.
De
manera que dicha instrucción venida de un régimen incompetente, ha
caído mal. Sobre todo, cuando Corpoelec insta a que se nombre un
“coordinador de ahorro energético por área” sin entender que la ULA, en
su afán y compromiso de investigación, como universidad seria,
internacionalmente calificada de excelente, posee laboratorios y
ambientes de estudio continuo cuyas exigencias de electricidad no pueden
reducirse sólo porque el régimen no ha sabido ni administrar tan
vitales servicios, ni mucho menos optimizar la funcionalidad de las
diferentes plantas de generación de electricidad construidas antes de su
llegada al poder. Así que en medio de este desorden de toda índole, el
régimen le da por ordenar más racionamiento. Entonces, ¿hacia dónde va
el país? Será eso socialismo del siglo XXI? Toda una vida.
Superar
el espacio que depara cuarenta años de continua actividad radiofónica,
es toda una vida. No es fácil mantenerse en un tiempo que además de
extenso, es complicado en términos de los avatares que compromete el
avance de la tecnología de las comunicaciones. Particularmente, en medio
de las dificultades propias de una economía que vino
contradictoriamente constriñéndose cuando en el resto del mundo las
condiciones se ampliaban a favor de ganar mayores audiencias. Sin
embargo, el esfuerzo que en estos largos años ha demostrado el abogado y
radiodifusor José Germán Rivas Uzcátegui resulta de la conjunción de
tres poderosas razones cuales son: vivir convencido de que todo puede
hacerse mejor cada día, vivir estimulado por entregar un producto de
suprema calidad auditiva, y vivir apegado a valores morales y principios
éticos que sólo puede brindarle su apego a un excelso proyecto de
merideñidad.
El
resultado de todo ello tiene un nombre que los merideños admiran y
aprecian: Instrumentales alrededor del Mundo. Programa radial que, en
horario estelar, genera la señal de Éxitos 100.9 FM y cuyo origen
caracterizó la vida sonora de la otrora Radio Los Andes. Programa éste
cuyo capital musical es bastante basto toda vez que supera los cuatro
millones de canciones recogidas por toda la discografía internacional.
Realmente, Instrumentales alrededor del Mundo representa toda una vida
de mantenido brillo radiofónico. Felicitaciones.
http://www.enfoques365.net/N29545-pido-la-palabra--jugando-a-la-candelita.html
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