El
canciller boliviano, David Choquehuanca, fue obligado a caminar hoy por
más de una hora con 1.500 indígenas que marchan de la Amazonía a La Paz
contra una carretera, y su retención aumentó la tensión entre el
Gobierno de Evo Morales y las etnias de esa región.
El Gobierno afirmó que Choquehuanca fue “secuestrado” junto con el
viceministro de Movimientos Sociales, César Navarro, y un general de
apellido Foronda, jefe de los agentes que han frenado la marcha, pero
los indígenas señalaron que solo los retuvieron poco más de una hora
para superar una barrera policial, informó Efe.
Los indígenas comenzaron hace 40 días su caminata contra una
carretera de más de 300 kilómetros, financiada por Brasil, que partirá
en dos el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
La marcha estuvo detenida una semana cerca de Yucumo, a más de 300
kilómetros de La Paz, pues les cerraron el paso unos 400 policías y
cientos de colonos y cultivadores de coca afines a Morales, pero hoy
superaron la primera barrera policial y se acercaron al pueblo.
Choquehuanca, Navarro y el viceministro de Coordinación
Gubernamental, Wilfredo Chávez, habían viajado el viernes a la zona, en
el octavo intento del gabinete de Morales de dialogar con los
marchistas, y se reunieron con ellos anoche y de nuevo esta mañana.
Los indígenas se disgustaron con Choquehuanca porque intentó
convencerles de dialogar con los colonos de Yucumo afines a Morales, que
refuerzan el bloqueo policial, y por ello le obligaron a marchar con
ellos y romper el cerco, explicó el canciller tras ser liberado.
“Las mujeres me han rodeado y luego ya ha habido problemas. Ha habido
algunos amagos y me han forzado, me han obligado a caminar”, declaró el
canciller, quien no habló de “secuestro” ni de “rehenes”, como otras
fuentes gubernamentales.
La versión del ministro fue confirmada por el presidente del Tipnis,
Fernando Vargas, quien negó que Choquehuanca haya sido “secuestrado”,
aunque admitió que se le obligó a marchar.
“En ningún momento el canciller fue secuestrado”, insistió Vargas en declaraciones a Efe.
Antes de que los indígenas liberaran a Choquehuanca, el ministro de
Gobierno, Sacha Llorenti, dijo que los funcionarios eran “rehenes” y
acusó de promover la violencia a exfuncionarios y exaliados de Morales
que se unieron el viernes a la marcha.
Llorenti también dijo que cuatro policías resultaron lesionados, dos
con heridas por flechas y otros dos con contusiones, pero Vargas
sostiene que los agentes se lastimaron al caer de un puente, en el
forcejeo con los indígenas que intentaban abrirse paso.
Según Llorenti, una comisión encabezada por su colega de
Transparencia, Nardi Suxo, viajará mañana a la sede de la Organización
de Estados Americanos (OEA), en Washington, para denunciar el
“secuestro”.
Tras ser liberado, Choquehuanca se trasladó al pueblo vecino de
Yucumo, donde campesinos leales a Morales impiden el paso de la marcha, y
prometió que continuará dialogando para resolver el conflicto.
“El hecho de que ellos (los indígenas) hayan tomado la decisión de
liberarme es una muestra de que también quieren superar (el conflicto)
mediante el diálogo”, dijo el canciller antes de retornar a La Paz.
Los indígenas avanzaron hasta la entrada de Yucumo, donde ahora hay
una nueva barrera policial de unos 200 agentes, y tras ellos centenares
de colonos y cultivadores de coca, base para la producción de cocaína,
que reiteran que no dejarán pasar la marcha.
Las etnias amazónicas se oponen al paso de la carretera por el Tipnis
porque temen que cause severos daños a esa reserva natural rica en
flora y fauna.
Además, denuncian que promoverá la invasión de colonos y productores
de hoja de coca de la zona vecina del Chapare, feudo político de
Morales.
La oficina de la ONU en La Paz y organizaciones de derechos humanos
pidieron hoy nuevamente evitar la violencia, tanto a Morales, de origen
aimara, etnia del altiplano, como a los nativos de las tierras bajas de
la Amazonía, que hasta ahora lo apoyaban.
El conflicto está deteriorando la imagen de indigenista y ecologista
que ha cultivado Morales, según han reconocido fuentes oficiales, y
empieza a causar divisiones en el oficialismo.
Varios diputados indígenas amenazaron con retirar su apoyo al partido
del mandatario, el Movimiento al Socialismo (MAS), e incluso con
enjuiciar a Llorenti y otros ministros si la Policía persiste en el
bloqueo a la marcha.
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