La toma de Trípoli por parte de los rebeldes libios
hirió de muerte al antiguo régimen
[DERROCADO]
Tras más de 6 meses de enfrentamientos, el Consejo Nacional de Transición logró hacerse con el control de la capital libia. Al reto de lograr la estabilidad de la nación, se le suma el poder capturar a Gaddafi, cuyo paradero se desconoce
Mustafá Abdul Jalil, quien
se desempeñó como Ministro de Justicia del régimen de Muamar Gaddafi, renunció
a pocos días del estallido de la revuelta popular y desde el 5 de marzo preside
el Consejo Nacional de Transición en Libia
El 15 de febrero de este
año, una manifestación a favor de un preso político detenido en una cárcel de
Bengasi, provocaría el estallido de la revuelta popular libia, recibiendo una
respuesta tan violenta por parte del régimen de Muamar Gaddafi para reprimirla,
que terminaría provocando la aprobación
de la resolución 1973/2011 del Consejo de Seguridad de la ONU, la cual
autorizaría el uso de la fuerza militar por parte de la OTAN para permitir el
avance rebelde. Sin embargo, y a pesar de unos buenos avances iniciales, el
conflicto llegó a un punto de estancamiento producto de las divisiones en los
mandos de la OTAN sobre las estrategias a implementar y la inexperiencia de los
rebeldes libios en el combate militar, por lo que se llegó a manejar la
posibilidad de llegar a una solución negociada. Y cuando está posibilidad
cobraba mayor fuerza, los rebeldes dieron inicio a una contraofensiva, la cual
hace 10 días, de manera sorpresiva, logró el control de la capital Libia,
Trípoli, y forzando a Gaddafi y su
familia a huir y esconderse luego de controlar el país con puño de hierro durante
42 años. Al momento de escribir estas líneas se juega un complejo ajedrez en el
cual Gaddafi, ya derrocado, cuenta con muy pocos peones al servicio de su
causa, mientras que el bando rebelde, quienes ya controlan casi todo el país, le
amenazan constantemente poniéndolo en jaque, pero sin terminar de darle el mate
final.
Las
lecciones de Irak
Aún cuando la presencia de
tropas terrestres de la coalición militar liderada por la OTAN pudiera haber
concretado de manera mucho más expedita una resolución favorable del conflicto
libio, la sombra de la experiencia estadounidense en la intervención militar en
Irak desde 2003 siempre estuvo presente. Por ello, se decidió limitar el apoyo
táctico a los rebeldes a operaciones aéreas, de modo que fueran ellos mismos
quienes tomaran el poder en Libia y así dotar de mayor legitimidad a un
gobierno post Gaddafi. Del mismo modo, se buscaba reducir al mínimo posible las
bajas militares que pudieran ocurrir, con el propósito de disminuir una
eventual reacción negativa de la opinión pública y los electores de cada uno de
los países que conforman la coalición ante la perdida de vidas de sus
compatriotas en un conflicto que pueden sentir que no es suyo.
Los
retos para el Consejo Nacional de Transición
Quizás el reto más fundamental
para el Consejo Nacional de Transición libio (CNT) sea el de lograr la
estabilidad del país, mediante la garantía de representatividad a las distintas
tribus que hacen vida dentro de Libia y así evitar el surgimiento de conflictos
posteriores. La estabilidad también pasa por iniciar la reconstrucción de las
infraestructuras y la provisión al cien por ciento de los servicios públicos
que se vieron afectados por el desarrollo de los combates, más la
disponibilidad de dinero que garantice el abastecimiento de alimentos y el pago
a los funcionarios públicos, para lo cual, además de necesitar de los fondos
disponibles en las reservas internacionales, deberán reabrir la producción
petrolera y llevarla a los niveles anteriores al inicio del conflicto, lo cual
les podría tomar hasta 18 meses. Finalmente, y quizás el reto más complicado,
será el lograr el reconocimiento de sus vecinos de la Unión Africana, muchos de
cuyos gobernantes recibieron financiamiento por parte del régimen de Gaddafi y
eran sus amigos personales.
¿Y
Gaddafi qué?
Hasta el día de hoy se
desconoce el paradero de Gaddafi. Todo parece indicar que él no estaba
preparado para enfrentar una situación como esta. De hecho, su temor a terminar
como Saddam Hussein le llevó a negociar con Occidente en 2003 y desmantelar su
arsenal misilístico, el cual, de haber contado con él, hubiera provocado un
resultado diferente al de hoy. Sin embargo la realidad es otra y hoy en día
Gaddafi se encuentra huyendo, quizás buscando la manera de salir de Libia hacia
algún país amigo, como el vecino Chad, y exiliarse allí o huir hacia otro país
amigo como Venezuela, Sudáfrica, Zimbabwe o Nicaragua. Del mismo modo se puede
pensar en la posibilidad de que Gaddafi se deje capturar y sea trasladado a La
Haya a cambio de garantías a favor de su familia, primero, por temor a sufrir
una venganza durante un posible juicio en Libia por parte de los rebeldes y en
segundo lugar, para aprovechar la tribuna e involucrar en crímenes de lesa
humanidad a miembros del CNT que formaron parte de su gobierno.
Los rebeldes libios celebran la toma del complejo Bab
Al-Aziziya, principal cuartel militar de Trípoli y donde se encontraba ubicada
la residencia de Muamar Gaddafi
"No nos rendiremos.
No somos mujeres. Nos mantendremos luchando. Las tribus de las montañas de
Sirte están todas armadas y el balance de poder es igual. Todos estamos
armados" Muamar Gaddafi
De acuerdo a cifras ofrecidas por las fuerzas
rebeldes, van 50 mil muertos entre civiles y combatientes desde el inicio del
conflicto en Libia
Un rebelde pisa un retrato de Muamar Gaddafi en el
Hotel Rixos de Trípoli, luego de liberar a los periodistas extranjeros que se
encontraban cautivos allí
Siria:
Bashar Al Assad prevenido al bate
La
toma de Trípoli por parte de los rebeldes libios tuvo repercusiones en Siria,
donde se vive la revuelta popular más importante de su historia, mucho mayor a
la ocurrida en la ciudad de Hama en 1982. Las manifestaciones se han
multiplicado a lo largo y ancho de las ciudades sirias más grandes, incluida
Damasco, la capital, aún a pesar de la cruda represión armada por parte de las
fuerzas de seguridad del régimen de Bashar Al Assad. Pero será muy difícil que
se produzca una intervención militar en Siria similar a la ocurrida en Libia,
ya que estos cuentan con un ejército mucho más poderoso y profesional, el apoyo
irrestricto de Irán, importantes vínculos con Rusia, e influencia sobre los
grupos radicales Hamas, Hezbollah y Jihad Islámica, los cuales tienen como
objetivo la destrucción del Estado de Israel. Sin embargo, el incremento del
malestar entre diversos jefes militares y el aumento de las deserciones, no
sólo entre las tropas rasas, sino también entre los rangos medios y altos, por
negarse a disparar contra los manifestantes, orden que de ser incumplida, es
penada con la ejecución, indican que la solución vendrá por otra vía, ya que el
control sobre el aparato militar y de inteligencia en Siria, junto con el poder
del clan Al Assad y la minoría Alauita tienen a través del monopolio que tiene
el partido Baaz sobre el sistema político sirio, son los pilares fundamentales
de la estabilidad del régimen, por lo que podemos esperar que de incrementarse
los malestares y enfrentamientos dentro de la cúpula militar, un bando del
ejército se ponga del lado de los rebeldes, pudiendo intentar derrocar a Al
Assad mediante un golpe de Estado.
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