- Gobierno de Colombia reconoce a Correa como legítimo presidente de Ecuador
El mandatario de los ecuatorianos se encuentra en un hospital de la Policía, donde es atendido por la asfixia que le produjo la explosión de un gas lacrimógeno cerca de donde se encontraba.
"Nos atacaron de la forma mas cobarde. Hubo una bomba que reventó a pocos centímetros de mi rostro", dijo Correa, quien acudió al principal regimiento de Quito para enfrentar la protesta de los uniformados que peleaban por la caída de una ley de beneficios profesionales.
El presidente Correa se encuentra en un hospital de la Policía, donde es atendido por problemas respiratorios y por una complicación en su rodilla. La televisión estatal habla de intento de golpe de estado en contra del presidente.
"Quiero volver a Carondelet, pero me dicen que han cercado los alredederoes del hospital, lo cual sería un secuestro del Presidente de la República, que es sumamente grave", dijo Correa vía telefónica, a medios de comunicación.
El mandatario ecuatoriano aseguró que recibió versiones sobre manifestantes bloqueando la salida del centro médico. "Revisan las ambulancias para ver si yo salgo", aseguró.
Añañdió que, de ser cierto, eso sería "el colmo de la traición a la patria, a su Presidente y a la vocación (de los agentes de policía que encabezan la protesta)", que, según Correa, no son la mayoría de uniformados.
"Me siento traicionado, no por todos los policías, porque ahí no están todos", dijo Correa, y aseguró que los agentes que lo apoyan, a quienes calificó como "patriotas", "buscarán sacar de la institución a los malos elementos".
Correa abandonó el principal cuartel policial de Quito en medio de un tumulto y una nube de gas lacrimógeno tras intentar sofocar una protesta de uniformados.
Apoyado en una muleta debido a que hace poco fue sometido a una operación de rodilla, el mandatario logró salir del recinto con una máscara antigases y ayudado por sus custodios tras estallar varias bombas lacrimógenas, una de las cuales llegó hasta sus pies, según reporteros de la AFP en el sitio.
Tras salir del regimiento, Correa se retiró la máscara y fue trasladado hasta el vecino hospital de la Policía, adonde fue ingresado sobre una camilla mostrando signos de asfixia por el gas lacrimógeno.
El gobernante descansaba en el sanatorio mientras en las afueras decenas de policías continúan protestando.
Paralelamente, unos 150 miembros de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) tomaron este jueves el aeropuerto internacional de Quito en rechazo a una ley del gobierno que eliminó beneficios a militares y policías, por lo que fueron suspendidas las operaciones aéreas, informó un vocero de la terminal.
'Si quieren matar al presidente, aquí está'
Antes de retirarse del cuartel, Correa advirtió que no cederá a las protestas de militares y policías que rechazan una ley aprobada el miércoles por el Congreso, que eliminó beneficios económicos a los uniformados.
"Señores, si quieren matar al presidente, aquí está, mátenlo si les da la gana, mátenlo si tienen poder, mátenlo si tienen valor en vez de estar en la muchedumbre cobardemente escondidos", expresó el jefe de Estado mientras se aflojaba la corbata y se desabrochaba el cuello de la camisa.
Los agentes también protestan en otros cuarteles de Guayaquil y Cuenca, según reportes policiales, pero la manifestación más numerosa se registra en la capital, donde derivó en desórdenes con el estallido de bombas lacrimógenas en la instalación policial.
La protesta
La protesta, que se presenta en varias ciudades ecuatorianas, es contra la ley de servicio público aprobada por el Congreso, que eliminó beneficios económicos para los miembros de esa institución y las Fuerzas Armadas.
Las manifestaciones tienen lugar en el principal regimiento de Quito y otros cuarteles de Guayaquil y Cuenca, según los reportes, pero la protesta más numerosa ocurre en la capital, donde degeneró en desórdenes con la activación de bombas lacrimógenas.
En Quito los uniformados lanzaban arengas contra el proyecto oficial aprobado por la Asamblea, que derogó disposiciones que reconocían el pago de bonificaciones, comisiones o estímulos económicos por el cumplimiento de años de servicio.
"La tropa unida jamás será vencida", gritaban al unísono los agentes, algunos de los cuales llamaron a los militares a unirse a la manifestación y quemaron neumáticos.
El comandante de la Policía, general Freddy Martínez, acudió al lugar para calmar los ánimos y explicar que los integrantes de la institución serán compensados con otros incentivos, pero no fue escuchado.
"Nuestros derechos no se van a perder", dijo el oficial antes de abandonar una tarima improvisada.
La ley de servicio público también generó una crisis entre el gobierno del presidente Rafael Correa y su bloque legislativo, que el miércoles rechazó algunos artículos de la iniciativa, que prevén reducir la nómina estatal. Debido a ello, el mandatario considera la posibilidad de disolver el Congreso y llamar a elecciones generales anticipadas, señaló la noche del miércoles la ministra de la Política, Doris Solis.
Tras una reunión con Correa, la funcionaria indicó que éste analiza ir a la "muerte cruzada", un mecanismo constitucional que lo faculta para disolver la Asamblea y convocar a elecciones generales en caso de que los congresistas obstruyan la ejecución del plan de desarrollo, grave crisis política o conmoción interna.
"Nos atacaron de la forma mas cobarde. Hubo una bomba que reventó a pocos centímetros de mi rostro", dijo Correa, quien acudió al principal regimiento de Quito para enfrentar la protesta de los uniformados que peleaban por la caída de una ley de beneficios profesionales.
El presidente Correa se encuentra en un hospital de la Policía, donde es atendido por problemas respiratorios y por una complicación en su rodilla. La televisión estatal habla de intento de golpe de estado en contra del presidente.
"Quiero volver a Carondelet, pero me dicen que han cercado los alredederoes del hospital, lo cual sería un secuestro del Presidente de la República, que es sumamente grave", dijo Correa vía telefónica, a medios de comunicación.
El mandatario ecuatoriano aseguró que recibió versiones sobre manifestantes bloqueando la salida del centro médico. "Revisan las ambulancias para ver si yo salgo", aseguró.
Añañdió que, de ser cierto, eso sería "el colmo de la traición a la patria, a su Presidente y a la vocación (de los agentes de policía que encabezan la protesta)", que, según Correa, no son la mayoría de uniformados.
"Me siento traicionado, no por todos los policías, porque ahí no están todos", dijo Correa, y aseguró que los agentes que lo apoyan, a quienes calificó como "patriotas", "buscarán sacar de la institución a los malos elementos".
Correa abandonó el principal cuartel policial de Quito en medio de un tumulto y una nube de gas lacrimógeno tras intentar sofocar una protesta de uniformados.
Apoyado en una muleta debido a que hace poco fue sometido a una operación de rodilla, el mandatario logró salir del recinto con una máscara antigases y ayudado por sus custodios tras estallar varias bombas lacrimógenas, una de las cuales llegó hasta sus pies, según reporteros de la AFP en el sitio.
Tras salir del regimiento, Correa se retiró la máscara y fue trasladado hasta el vecino hospital de la Policía, adonde fue ingresado sobre una camilla mostrando signos de asfixia por el gas lacrimógeno.
El gobernante descansaba en el sanatorio mientras en las afueras decenas de policías continúan protestando.
Paralelamente, unos 150 miembros de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) tomaron este jueves el aeropuerto internacional de Quito en rechazo a una ley del gobierno que eliminó beneficios a militares y policías, por lo que fueron suspendidas las operaciones aéreas, informó un vocero de la terminal.
'Si quieren matar al presidente, aquí está'
Antes de retirarse del cuartel, Correa advirtió que no cederá a las protestas de militares y policías que rechazan una ley aprobada el miércoles por el Congreso, que eliminó beneficios económicos a los uniformados.
"Señores, si quieren matar al presidente, aquí está, mátenlo si les da la gana, mátenlo si tienen poder, mátenlo si tienen valor en vez de estar en la muchedumbre cobardemente escondidos", expresó el jefe de Estado mientras se aflojaba la corbata y se desabrochaba el cuello de la camisa.
Los agentes también protestan en otros cuarteles de Guayaquil y Cuenca, según reportes policiales, pero la manifestación más numerosa se registra en la capital, donde derivó en desórdenes con el estallido de bombas lacrimógenas en la instalación policial.
La protesta
La protesta, que se presenta en varias ciudades ecuatorianas, es contra la ley de servicio público aprobada por el Congreso, que eliminó beneficios económicos para los miembros de esa institución y las Fuerzas Armadas.
Las manifestaciones tienen lugar en el principal regimiento de Quito y otros cuarteles de Guayaquil y Cuenca, según los reportes, pero la protesta más numerosa ocurre en la capital, donde degeneró en desórdenes con la activación de bombas lacrimógenas.
En Quito los uniformados lanzaban arengas contra el proyecto oficial aprobado por la Asamblea, que derogó disposiciones que reconocían el pago de bonificaciones, comisiones o estímulos económicos por el cumplimiento de años de servicio.
"La tropa unida jamás será vencida", gritaban al unísono los agentes, algunos de los cuales llamaron a los militares a unirse a la manifestación y quemaron neumáticos.
El comandante de la Policía, general Freddy Martínez, acudió al lugar para calmar los ánimos y explicar que los integrantes de la institución serán compensados con otros incentivos, pero no fue escuchado.
"Nuestros derechos no se van a perder", dijo el oficial antes de abandonar una tarima improvisada.
La ley de servicio público también generó una crisis entre el gobierno del presidente Rafael Correa y su bloque legislativo, que el miércoles rechazó algunos artículos de la iniciativa, que prevén reducir la nómina estatal. Debido a ello, el mandatario considera la posibilidad de disolver el Congreso y llamar a elecciones generales anticipadas, señaló la noche del miércoles la ministra de la Política, Doris Solis.
Tras una reunión con Correa, la funcionaria indicó que éste analiza ir a la "muerte cruzada", un mecanismo constitucional que lo faculta para disolver la Asamblea y convocar a elecciones generales en caso de que los congresistas obstruyan la ejecución del plan de desarrollo, grave crisis política o conmoción interna.
Con AFP y EFE
Eltiempo.com
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