Tras la devaluación, el salario
mínimo de los venezolanos se ubica entre los más bajos del continente,
supera solo al de Cuba, cuyos habitantes sobreviven con 20 dólares
mensuales. Los 4.889,11 bolívares, con el incremento de 15% que comenzó a
regir a partir del 1° de diciembre, se traducen, al cambio del dólar en
el mercado paralelo, en unos 32,59 dólares aproximadamente. Si el dólar
continúa disparándose y llega o pasa los 200, en pocos días tendremos
el salario más bajo en Suramérica. El panorama es tétrico, con el precio
del petróleo apenas por encima de los 60 dólares para 2015, el gobierno
de Maduro no podrá continuar financiando a otros gobiernos de
Latinoamérica con obras públicas y petróleo barato, tampoco podrá
continuar con las dádivas y se resentirá grandemente el financiamiento a
las misiones, que son el soporte de su base política, aunque los
beneficiarios continuarán recibiendo bolívares inorgánicos que son sal y
agua diluida ante la hiperinflación que apenas comenzamos a sentir.
Aunado a la más cruel escasez de medicinas y algunos productos de la
canasta básica, la falta de insumos y equipos médicos en el sector
salud, la paralización del parque automotor y aéreo por falta de
repuestos, el gobierno de Maduro tendrá que enfrentar el más grave
descontento en la población y en sus filas, que acaba de demostrar su
inconformidad en las recientes elecciones internas donde no votaron más
de 300.000 de los 7.600.000 militantes que el PSUV tiene inscritos.
Muchos de ellos quieren su salida, los niveles de popularidad de Maduro
se deslizan por un tobogán y terminarán en el despeñadero. Si sube el
precio de la gasolina, todo se pondrá mucho más inalcanzable. Una
decisión explosiva que puede significar su estrepitosa caída.
Salida a lo Pinochet
Sectores
en la Fuerza Armada vienen analizando la situación económica, política y
social, piensan que en el primer trimestre tendrán que tomar acciones,
cuando al gobierno le estalle el polvorín. A Maduro ya le habían pedido
la renuncia como una salida para resolver la crisis, pero no aceptó.
Entonces le dieron por donde más le duele, por los colectivos, que le
costó la cabeza al ministro del Interior, el mayor general Miguel
Rodríguez Torres. Fuentes militares señalan que ya hay acuerdos entre
miembros del Alto Mando Militar para evitar un enfrentamiento en
Venezuela y apoyar a Diosdado Cabello en su condición de presidente de
la Asamblea Nacional, a quien le tocaría constitucionalmente asumir el
mando en caso de que se presente una situación similar como la que sacó a
Chávez del poder en abril 2002 o de un Caracazo. Todos los compañeros
de promoción de Diosdado Cabello son generales activos y están
estratégicamente ubicados en puestos claves. Es el hombre fuerte, pero
sabe muy bien que por elección popular no va a llegar al poder porque no
goza de simpatía ni en el PSUV. Según la fuente, Cabello se habría
comprometido con el Alto Mando a convocar una Asamblea Nacional
Constituyente. Esta “solución” solo puede parangonarse con la afirmación
que una vez hizo el escritor Mario Vargas Llosa, cuando comparó la
elección entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori como optar entre el
cáncer y el sida.
Tic tac
La
Fuerza Aérea es el componente de la FANB en el que hay mayor
descontento y el que más presiona para la salida de Nicolás Maduro.
Aunque el presidente hace esfuerzos por un acercamiento, no ha logrado
nada. El comandante de la Fuerza Aérea, mayor general Eutimio José
Criollo Villalobos, le informó –de acuerdo con la fuente– que 80% de la
Fuerza Aérea está descontenta y puede ser incontrolable ante una acción
militar.
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