Pot: Jesús Antonio Petit da Costa
A la MUD la mató el “exceso de colaboracionismo”, una enfermedad
política rara, sin antecedentes en Venezuela. No había caso registrado
antes, ya que todos los políticos del pasado fueron nacionalistas.
Ninguno, ni siquiera los que sirvieron a las dictaduras, se prestaron a
colaborar con el gobierno títere de un país extranjero para que nada
atente contra su estabilidad.
El problema es que el cadáver insepulto se ha convertido en fantasma que
desde ultratumba persiste en el colaboracionismo. Como no lo han
enterrado, deambula como alma en pena simulando ser oposición. Y por
boca de sus médiums habla para ayudar al gobierno títere. No denuncia
las captahuellas como el paso más importante para convertir a Venezuela
en otra Cuba, por lo cual hay que impedir a toda costa su implantación.
No llama a la desobediencia civil, el sabotaje y hasta la rebelión.
Nunca jamás, porque sería atentar contra la estabilidad del gobierno
títere de Cuba.
Desde ultratumba la MUD usa a unos médiums, que llaman voceros, para
amansar al pueblo y facilitar así la ejecución del plan comunista que
tiene por objeto convertir a Venezuela en otra Cuba. Por boca de sus
médiums critica las captahuellas, no como una imposición comunista y
cubana. Sólo que no funcionarán por razones técnicas. Preparan de este
modo a la gente para que dejen que las instalen. Y ya instaladas, cuando
funcionen aunque con fallas, les dirán: esperen las parlamentarias. Y
después de las parlamentarias, les prometerán que será en la
presidencial.
Para entretener al pueblo, los médiums del fantasma convocan un
cacerolazo, lo más inútil para hacer que Cuba cambie la medida tomada y
ordenada al gobierno títere. Como el pueblo le tiró trompetilla a su
cacerolazo, dejándolos en ridículo, decidieron (oh, idea genial)
recurrir al Tribunal Supremo de Justicia solicitando amparo. Saben muy
bien que el TSJ sentenciará a favor del gobierno títere, declarando la
constitucionalidad de las captahuellas. Así le habrán prestado doble
servicio a Cuba y sus títeres: relegitimar al TSJ como tribunal
independiente y darle el título de constitucionalidad de la medida
cubana.
No era suficiente. Decidieron completar su tarea de amansamiento
recogiendo firmas para un referéndum consultivo sobre las captahuellas,
que se celebraría después que estén funcionando en todos los mercados y
lo ganarían Cuba y sus títeres, de lo que se encargaría el CNE en
funciones, de cuatro comunistas y un colaboracionista.
Vivimos en un país fantasmagórico: el espíritu del difunto insepulto
posee al gobierno títere y el fantasma del cadáver insepulto llamado MUD
le hace la corte. Es el reino de los cadáveres insepultos. Saldremos de
abajo cuando sean enterrados los dos, física y políticamente.
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