Hoy, único poder de fuego que limita el avance y la priorización de los intereses de Cuba por sobre toda Latinoamérica
Por: Rafael Rivero Muñoz
@rarmuz
""" “ … Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño. El supremo Arte de la Guerra es someter al enemigo sin luchar…” Sun Tzu
A partir de la huída de Fulgencio Batista y Zaldivar en diciembre de
1959, las dos más importantes voluntades políticas y técnicas, las
fuerzas letales y las capacidades militares a las que se enfrentó Fidel
Castro Ruz por imponer esa su variante de comunismo en Latinoamérica, no
fueron las norteamericanas, han sido, primero el gobierno y el Ejército
de Venezuela y luego, su par, el gobierno y el Ejército de Colombia.
Esa primera de estas dos capacidades letales, como queda suficientemente
comprobado en los hechos, comenzó su desmantelamiento a partir de la
decisión política del titular de la presidencia de Venezuela, Rafael
Antonio Caldera Rodríguez, con esa su tan apresurada como pretendida y
de nuevo errada versión II de “Política de Pacificación”, al
reincorporar a filas y con todos sus derechos a los cientos oficiales y a
los miles de tropas alzadas contra Carlos Andrés Pérez Rodríguez en las
dos fracasadas intentonas militares de 1992; en febrero Chávez, en
noviembre Grüber.
Caso Venezuela
Se le sembraría hondo una enorme carga de profundidad y de lenta mecha,
en la sentina de la FAN, si imagináramos ésta como un gran navío de
guerra en su travesía por aguas profundas.
A la vista los derivados veinte años después de esa “ingenua” letal
decisión de Rafael Antonio Caldera Rodríguez, luego de asumir por
segunda vez el cargo el 02/02/1994 y al sobreseer las causas penales,
liberar de cárcel y reincorporar a filas a los alzados de 1992.
Son aquellos oficiales subalternos de aquella época, los hoy generales y
almirantes, y quienes están al mando supremo de esta nueva y
contravenida fuerza militar venezolana: la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana (FANB).
Así que, en el tiempo, por la simple e inapelable dinámica de los
hechos, arrancada de raíz y desaparecidos los 91 años de la Fuerza
Armada Nacional (FAN) que derrotara una y otra vez a Fidel Castro Ruz, y
pisando éste las cenizas de brumosos recuerdos, sobre la mismas
instalaciones físicas, con los mismos y hasta renovados equipamientos
bélicos, con nuevos sistemas de armas, con nuevos uniformes, con nueva
nomenclatura jerárquica, con nueva imagen orgánica, nuevo escudo, nuevas
banderas, nuevo rostro del héroe de la independencia, nuevos asesores
extranjeros y hasta con una nueva doctrina.
Y así nacen y se consolidan en quince años, estas nuevas FANB que,
contrarias y en oposición radical a todos las nueve décadas de lo que
fuera su predecesora, están férrea y totalmente sujetas a los intereses
de Cuba y al control, mando y conducción de Fidel Castro Ruz y/o sus
delegados.
Caso Colombia
Para el control de este oponente, peligroso segundo enfrentado Ejército
latinoamericano, el colombiano, la operación tiene una muy larga
silenciosa tramoya de muy elaborada textura en el tiempo y hoy, apenas
si se comienzan a percibir las primeras señales abiertas de un desempeño
programado en función de unos efectos deseados.
Explicarlo, obliga a remontarse a dos precedentes; uno, que nada casual
sino más bien causal, estaría en la presencia física en el evento
político/terrorista que diera inicio a la subversión armada en Colombia,
Fidel Castro Ruz[i];
dos, los antecedentes de quien, ocupando hoy, “casualmente” en Colombia
la misma posición decisoria equivalente a la del Rafael Antonio Caldera
Rodríguez de Venezuela en aquel momento crucial.
Sin embargo, en el personaje de marras, no luce ni se detecta que entre
sus conocidos atributos, exista la más mínima “ingenuidad”.
Antes por el contrario, todo luce como derivado del frío cálculo; se
perciben muy bien pensados, elaborados y certeros en el espacio y en el
tiempo, sus concatenados pasos.
Nos referimos, a la pieza clave para esta culminación de una nueva
jugada a la cubana: al actual presidente en ejercicio en Colombia.
El alias “Santiago”
Juan Manuel Santos Calderón, alias “Santiago”, según Ricardo Puentes Melo, desde sus tiempos de universitario, era admirador de “Ché Guevara” y de Fidel Castro Ruz:
“… luego de ser ministro de César Gaviria, y de haber contactado a Fidel
Castro, realiza varios viajes –entre 1995 y 1997– a la isla…”
Por lo menos dos de esos conocidos viajes, fueron encubierto, volando
desde Colombia a Panamá y luego por Cubana de Aviación, a La Habana.
Sus reuniones en La Habana eran con Fidel, con Raúl Castro y con un
prominente miembros del Departamento América del Comité Central del
Partido Comunista de Cuba; se afirma que este ultimo fue el encargado de
su reclutamiento y su controlador como topo.
Después de esas peripecias, en Colombia Juan Manuel Santos Calderón, por
órdenes de Fidel Castro Ruz, coopera activamente y presiona en lo
politico–mediático para que el gobierno en turno, acuerde con las FARC,
una zona de despeje.
Cita la misma fuente que, durante unas vacaciones en Cuba, en secreto se
reuniría con Luis Édgar Devia Silva, alias Raúl Reyes y con Liliana
López Palacios, alias Olga Lucía Marín, de las FARC y luego de lo cual,
redacta la carta fechada 22/10/1997 y dirigida a la Comisión Nacional de
Conciliación; allí propone la zona de despeje para las FARC; alega en
un párrafo de la misiva:
“Ordenar el despeje de un área previamente acordada del territorio
nacional en conflicto, o lo que es igual, a efectuar el retiro de la
fuerza pública del espacio geográfico predeterminado. Esta área se
convertirá en zona de distensión y diálogo a fin de facilitar, con
plenas garantías y total seguridad, el encuentro de representantes del
Gobierno, del Congreso, de la sociedad civil y de la Comisión de
Conciliación Nacional con los insurgentes.”
Ejecutando la tarea
Así es como Juan Manuel Santos Calderón, alias “Santiago”, cooperando
con el G–2 pero bajo instrucciones de Fidel Castro Ruz, presiona
sostenidamente hacia una “Zona de Despeje” en San Vicente del Caguán y a
los “conversatorios” con las FARC.
Con Andrés Pastrana Arango ya juramentado y en la presidencia, se
habilita la zona de despeje en San Vicente del Caguán, dictándose la
resolución 85 del 14/10/1998; así Juan Manuel Santos Calderón
“Santiago”, acepta la propuesta de Andrés Pastrana Arango para formar
parte de la comisión de acompañamiento y verificación de la zona de
distensión.
Por ese camino, como quedará registrado en la historia política de Colombia, llevará al matadero político[ii] a Andrés Pastrana Arango.
Como quedó suficientemente comprobado, durante los cuatro años de
vigencia de la Zona de Despeje y con el control absoluto de las FARC en
los 42.000 km2 –Municipios La Uribe, Masetas, La Macarena y Vista
Hermosa, Departamento del Meta; San Vicente del Caguán, Departamento del
Cáqueta–, ésta incrementaría sustancialmente sus capacidades bélicas
tanto en equipos como en hombres; ampliaría y diversificaría con
suficiencia, todos sus medios ilícitos para el financiamiento de sus
actividades terroristas, entre los que destacan el control del negocio
de la cocaína, desde la siembra hasta la exportación a los mercados
internacionales.
¿Cómo llega “Santiago” al Palacio de Nariño?
Sería, mediante la mejor pensada, excelentemente estructurada y
brillantemente montada comedia en el tiempo, y ejecutada a partir de
esa fabricada oportunidad que se edificó sobre otro acto de ingenuidad
política y llevado de la mano de Álvaro Uribe Vélez, el más consistente
político colombiano al cual se hayan enfrentado en todos los terrenos,
tanto los intereses de Cuba como los desempeños bélicos de las FARC,
como sempiternos aliados de los hermanos Castro.
Juan Manuel Santos Calderón, alias “Santiago” en el año 2002, abandona
el Partido Liberal y se convierte en uno de los más activos fundadores
del Partido de la U; designado Ministro de la Defensa por Álvaro Uribe
Vélez (2006/2009), edifica, construye, arma y hace ejecutar las dos más
grandes y “heroicas” operaciones militares del Ejército de Colombia,
contra las FARC:
1.- La Operación Fénix 06/03/08; ataque al Campamento de las FARC bajo mando de Luis Édgar Devia Silva, alias “Raúl Reyes”.
2.- La Operación Jaque Mate 02/07/08; rescate de la “Joya de la Corona” en manos de las FARC, Ingrid Betancourt.
Con esos dos mediatizados e indiscutibles triunfos en la guerra contra
las FARC y puestos por Cuba en sus manos, para Juan Manuel Santos
Calderón, “Santiago”, el ascenso al Palacio de Nariño, estaba más que
asegurado.
Cuba está en la jugada
Imposible imaginar que, con todos los antecedentes conocidos en la vida
secreta de “Santiago” y sus indiscutidos vínculos directos con Fidel
Castro Ruz y los intereses de Cuba, durante todo su desempeño como
Ministro de la Defensa de Colombia durante los dos períodos
presidenciales ejercidos por Álvaro Uribe Vélez, los hermanos Castro
ignoraran absolutamente los detalles e informaciones de los desempeños
militares, estratégicos y tácticos, del gobierno de Colombia, contra sus
aliados de las FARC.
Antes por el contrario, conocido en parte cómo se manejan al interior de
los Estados los serios asuntos estratégicos de seguridad interna y
externa, especialmente, en el caso del gobierno de Cuba desde 1959, se
puede asegurar que tanto la Operación Fenix como la Operación Jaque
Mate, en todas y cada una de sus etapas, eran del absoluto y total
conocimiento “en línea” de los hermanos Castro.
Desde las preliminares de la Operación Fenix, pasando por la misma
“fuga” del subteniente Jhon Frank Pinchao del campamento FARC donde
estaba secuestrado, todo era del conocimiento de los hermanos Castro.
En otros término, de nuevo Fidel Castro Ruz, hace asesinar y se deshace
de uno de sus aliados; esta vez, en función, de colocar en el Palacio de
Nariño, su más importante pieza en el juego por imponer sus intereses y
dominar por sobre los propios a Colombia.
Sin la decidida y programada acción de los hermanos Castro, no hubiese
existido la Operación Fénix , menos aún la liberación de Ingrid
Betancourt, ni estos sonados y mediatizados triunfos militares del
Ministro de la Defensa Juan Manuel Santos Calderón “Santiago”; mucho
menos, hubiese sido posible su nominación como candidato a la
presidencia de Colombia y mucho menos aún, el ejercicio efectivo de ese
cargo en función, casi exclusivo, de los intereses de La Habana:
Colombia tomó su turno como enemigo a vencer
Allí está la respuesta a quien se pregunte ¿cómo, por qué, para qué?,
Juan Manuel Santos Calderón “Santiago”, en severa contravención con los
pautado en la Constitución vigente, ordena a sus subalternos, oficiales
generales activos del institucionalizado Ejército de Colombia, viajar a
La Habana, para, sentarse a deliberar, en igualdad de condiciones y en
un programado y humillante “tête à tête“, con los representantes y los
jefes de los terroristas de las FARC.
La misión de “Santiago” a estas alturas de los acontecimientos, es
similar a la ya ejecutada en Venezuela, esta vez, mediante variantes
llegar a lo mismo: implosionar el Ejército de Colombia.
Hoy, la estructurada voluntad militar y la reconocida capacidad técnica
que asoma como único poder de fuego que, potencialmente limita o
limitaría, el avance y la priorización definitiva de sólo los intereses
de Cuba y de los hermanos Castro por sobre y en contra, de todos y cada
uno de los propios a los países que integran Latinoamérica.
Conclusión
¿Tendrán o les quedará el tiempo necesario a los hermanos Castro para disfrutar de los resultados de sus desempeños criminales?
¿Que pasará en todo este tablero de múltiples atemperadas entradas,
cuando definitivamente desaparezcan de Cuba y de Latinoamérica, las
prioridades locales y continentales impuestas y priorizadas a sangre y
fuego, por este par de criminales?
Eso está por verse
[i]
Imposibles ignorar, separar, deslindar neto a Fidel Castro Ruz, de la
política de seguridad colombiana; tanto en el ámbito general de la
subversión armada como en el específico de las actividades de sus
aliados, de las FARC. Desde los mismos orígenes de las FARC y su brazo
citadino M–19, hasta las hoy “Conversaciones de Paz en La Habana”. Han
sido 796 continuados meses (más de 66 años), contados a partir de la
presencia física del pandillero Fidel Castro Ruz aquel mediodía del
09/04/1948, justo en la esquina y a la vista de la puerta del edificio
Agustín Nieto en el momento en que, de allí salía Jorge Eliezer Gaitán
Ayala a almorzar en el Hotel Continental; momento en que, el terrorista
Juan Roa Sierra –al menos con ese nombre se le menciona–, acercándose y
frente a Gaitán Ayala, empuña y acciona en su contra toda la carga de un
revólver ocasionándole las heridas mortales. Imposible no recordar que,
Fidel Castro Ruz y su comparsa cubana–colombiana, fueron detenidos y
que quién gestiona la liberación y regreso a Cuba de Fidel Castro Ruz,
sería el para entonces recién electo Senador, Fulgencio Batista y
Zaldivar; al menos así se conoce por múltiples datos, no refutados.
[ii] Sentenció el Consejo de Estado,
máximo tribunal de la justicia contencioso administrativa de Colombia:
“en la zona de despeje el Estado colombiano bajó la guardia y los
delitos que se cometieron fueron por omisión del Estado… El Alto
Tribunal con ponencia de la magistrada Stella Conto Díaz, indica que la
ausencia del Estado a nivel administrativo, judicial y militar en la
zona en donde predominaba el control de las Farc, impidió que se
abrieran investigaciones judiciales por crímenes cometidos en la zona…”.
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