Christian Rene Holdack Hernández, Víctor José Almeida Ramos, Nelson
Enrique Quiñones Valbuena, Raúl Emilio Baduel, Richard Alexander Chona
Delgado, Alexander Tirado, Marling Carolina Márquez, Ramsés Manuel
Rodríguez, Jesús Alejandro Pérez Herrera, Douglas Eduardo Morillo
Bonive, Rosmit Mantilla, Andrés Gerardo León Gerezano, Gerardo Ernesto
Carrero Delgado, Nixon Alfonzo Leal Toro, Gerardo Rafael Resplandor
Veracierta, Abril Tovar Camacaro, Manuel Alejandro Cotiz Castro, Renzo
David Prieto Ramírez, Sairam Gabriela Rivas Moreno, Dioris Leonor
Albarran Paulino, Cristian Javier Gil Villanueva, Ángel Armando
Contreras Ravelo, Anderson Briceño Rivero, José Manuel Rodríguez,
Daniela Vásquez Martínez, Josman David Paredes, José Manuel Herrera
Martínez, Carlos Jáimez.
Hermano, en un régimen controlador y no democrático como el que
tenemos en nuestro país, las líneas en blanco y negro se han hecho
recurrentes en los últimos días. A nuestra generación le ha tocado
acudir a métodos artesanales de comunicación en pleno siglo XXI, a pesar
del avance tecnológico. En nuestro país los jóvenes acudimos a las
cartas entre amigos y escribimos mucho, ya que poco se puede compartir
por todos los riesgos que esto conduce en los últimos tiempos; y más
aún, los jóvenes que hemos asumido la vanguardia en la lucha por obtener
respeto a nuestros derechos.
Ser joven, ser estudiante en Venezuela, es toda una proeza y más si
se tienen principios y valores democráticos. En este 2014 hemos
experimentado dolorosas vivencias, como despedir a un amigo en el
cementerio o acompañar a inocentes a los tribunales. Ha sido y es
difícil ser optimista y quedarse cuando todo apunta al oscurantismo y al
estancamiento en nuestro país si este modelo político persiste.
Pero hoy acudo a este medio para hacer pública una carta a quienes
son los símbolos más sublimes e inspiradores, para seguir en Venezuela y
fraguar la libertad de nuestra tierra, que es lo mismo que luchar por
la libertad de los estudiantes. Hoy, hermano, escribo estas líneas para
dar respuesta a tantas preguntas que ustedes me han hecho llegar.
Aquellos grandes hermanos que hoy no veo como Sairam, Rosmit,
Resplandor, Alexander: esta carta, hermanos, es para todos los que
conozco y para los que no había conocido pero que esta gesta histórica
nos cruzó los caminos como el guerrero Ángel, Manuel, Christian,
Gerardo, Renzo y todos los que día a día nos envían un mensaje de
resistencia, de esperanza y de mucha fuerza.
Hermanos, hacen mucha falta acá afuera. Cada uno de ustedes es un
guerrero de luz, un líder de nuestra generación. La calle sin ustedes no
es lo mismo; hoy la censura y la desinformación ha avanzado de manera
escandalosa, por eso existen tantas restricciones para que sepan lo que
hacemos acá. Hoy no existen los grandes medios de difusión masiva e
instantánea que transmitan lo que hacemos, como sucedía en el pasado;
sin embargo hoy no hay una ciudad de este país que no tenga un mural con
la frase “liberen a los estudiantes”. No hay día que en Twitter no
salga un video con sus rostros y semblanzas de lucha.
Más allá de decirles todo lo que se hace en las calles para que nadie
los olvide, les digo que son más los ciudadanos que saben las razones
que condujeron a sus injustas detenciones, y es que no estamos en
democracia. A raíz del despertar y la activación de centenares de madres
de todos los estratos sociales, hoy hay un símbolo de unión de todos en
torno a sus liberaciones.
Sabemos que lo que viene no es fácil, pero
cada día su resistencia allí adentro es agente motivador de más
venezolanos. Todo lo que ustedes viven es elemento para no esperar
inerte e indiferentemente al 2019. Hermanos, ustedes son el rostro y
nombre de la libertad de Venezuela.
Estas humildes líneas son para honrar a sus madres, padres y
familiares que son dignas de admiración, y para que por algún medio
todos sepan que sus razones de lucha siguen vigentes y su resistencias
inspiran; cada hora que están ahí es menos tiempo que le queda a los
delincuentes en el poder.
Los estudiantes no descasaremos hasta obtener su libertad, hermanos.
Dios bendice nuestros pasos y cobija su coraje. No están solos.
Para cerrar: señora Luisa Ortega Díaz, no nombre más a los
estudiantes, a menos que sea para respetarle su libertad. En su oficina
están las constancias de estudios de nuestros 28 estudiantes detenidos.
Quien les admira y respeta.
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