Imagínese si al morir el personaje de la película El
Padrino, Don Vito Corleone, dejara a su hijo infortunado, Fredo , a
cargo de la empresa familiar. Esto es esencialmente lo que sucedió en
Venezuela cuando el caudillo Hugo Chávez murió el año pasado y Nicolás
Maduro asumió el poder. Como resultado , el inevitable colapso económico
y una lucha interna de poder tendrán consecuencias muy graves para la
estabilidad y seguridad de las Américas .
Los observadores se rieron la semana pasada cuando Maduro, en camino a
Caracas después de una visita a Beijing, canceló su aparición en la
Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York argumentando que
se estaba fraguando un atentado en su contra orquestado por mí persona.
Como he afirmado categóricamente en el pasado, la acusación de Maduro es
completamente falsa. La pregunta debe ser el por qué este caudillo dejó
pasar la oportunidad de presentarse ante el escenario mundial como el
sucesor de Hugo Chávez? La respuesta es que su control en el poder es
tan frágil que no puede darse el lujo de descuidar su propia casa.
El pecado original de Maduro es que no tiene ninguna legitimidad en
los ojos de los venezolanos de todos los espectros políticos. La
oposición tradicional sostiene que Maduro se robó la elección y muchos
incluso cuestionan su ciudadanía. Un ex colaborador cercano a Chávez ha
explicado que Venezuela ya no tiene un gobierno “chavista” porque Maduro
le debe su lealtad a los hermanos Castro.
Es difícil negar que todo lo que tiene Maduro se lo debe a La Habana.
Miembros de la inteligencia cubana vieron en Maduro a un personaje
maleable y fácil de controlar. Maduro era una persona de confianza que
vio cómo los médicos cubanos cometieron errores irreparables en el
tratamiento contra el cáncer de Chávez y, de acuerdo con una nueva
fuente que perteneció al régimen, también vio como le aplicaron la
eutanasia en un hospital cubano. La Habana impuso a Maduro como
presidente tras la muerte de Chávez haciendo caso omiso de la sucesión
constitucional. Operadores cubanos diseñaron la victoria electoral de
Maduro en abril y secuaces cubanos están ayudando a purgar el régimen
venezolano de personajes que tienen una formación militar y de los
cuales dudan de su lealtad.
Maduro tiene otros problemas. La economía de Venezuela se derrumba
después de 15 años de corrupción desenfrenada y una pésima gestión. La
escasez prolongada de alimentos básicos y apagones masivos demuestran el
fracaso absoluto del régimen. Lo que alguna vez fue el poderoso sector
petrolero del país está devastado, endeudado e incapaz de sostener el
gasto social necesario para aplacar a los más pobres. La destrucción
sistemática del estado de derecho ha hecho de Caracas una de las
ciudades más peligrosas del mundo.
Maduro es la última persona en la tierra en saber cómo manejar estos
problemas. Sus asesores cubanos tienen décadas de experiencia sobre cómo
arruinar una economía, pero tienen poco que ofrecer en lo que se
refiere a como salvar una. En cambio, de acuerdo con fuentes dentro del
régimen, se le ha aconsejado a Maduro culpar a otros por el fracaso
generalizado y prepararse para lo peor.
A principios del mes pasado, Maduro afirmó que se celebraron
reuniones en la Casa Blanca para idear un plan que ayudara a sabotear la
entrega de alimentos, electricidad y combustible para lograr el
“colapso total” de la economía venezolana en octubre. Maduro sabe mejor
que nadie que una catástrofe económica se avecina y al parecer se ha
convencido a sí mismo que puede sobrevivir a la catástrofe si se puede
culpar a culpar a Washington. Esta es una táctica clásica del régimen
cubano.
De acuerdo con una nueva fuente que formaba parte del régimen
venezolano, parte del plan durante la crisis que se avecina es llevar a
cabo una purga agresiva para eliminar a cualquier persona que se oponga a
las medidas opresivas que el régimen piensa adoptar para resistir una
crisis económica . Según este relato , el radical y despiadado Tarek El-
Aissami ha sido responsable de desarraigar a cualquier persona cuya
lealtad esté en duda. Además, El- Aissami está siendo preparado por los
cubanos para reemplazar al yerno de Chávez, Jorge Arreaza, como
vicepresidente del país.
Muchos pseudo observadores de Chávez lo catalogaron como un payaso
porque usaba sombreros chuscos, cantaba canciones rancheras y por tener
relaciones cercanas con los dictadores iraquíes, sirios, iraníes y
chinos . Sin embargo , Chávez sabía lo que estaba haciendo al
convertirse en un protagonista y campeón de la causa “anti
imperialista”. Él admiraba a Fidel Castro y adoptaba los consejos del
viejo dictador, pero podía controlar la injerencia Cubana. Maduro no es
capaz de hacer lo mismo.
Los rivales de Maduro dentro del régimen – muchos de los cuales eran
hermanos de armas de Chávez – probablemente no esperaran a que los
cubanos intenten controlarlos tal como a Maduro. Si tratan de resolver
“todos los negocios de la familia,” no es difícil imaginar a Maduro
protagonizando una escena similar a la de El Padrino donde Fredo se
queja ante su hermano diciendo “Yo puedo manejar las cosas! Soy
inteligente! No como todo el mundo dice! ”
Roger F. Noriega es un investigador visitante en el American
Enterprise Institute . Fue Subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos
del Hemisferio Occidental y embajador ante la Organización de los
Estados Americanos en la administración del ex presidente George W. Bush
de 2001 hasta 2005 . Su firma , Visión Américas LLC, representa a
clientes en los Estados Unidos y en el extranjero.
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