Liberación Nacional y No-Reelección (28)
El enemigo es Cuba con sus títeres en Venezuela y en ellos debe centrarse el ataque, y no en el ala militarista aunque sus cabecillas sean insoportables.
La conversación grabada entre el vocero autorizado del régimen, investido como tal por el difunto dándole licencia para el asesinato moral de todos sus críticos y adversarios, y su enlace del G-2 (servicio de inteligencia de Cuba), debe tenerse muy en cuenta a los fines de la estrategia, sobre todo porque su informe coincide con el análisis de la situación que veníamos haciendo, en lo cual no coincidíamos con la línea de la oposición oficial hasta que Capriles le dio un viraje aún incompleto. Veamos los puntos relevantes.
1.- Queda confirmado que Cuba gobierna a Venezuela. Es el poder real. Domina las fuentes del poder: PDVSA y la FAN, que están bajo el control de la monarquía comunista cubana. El que tiene a PDVSA y la FAN es dueño de Venezuela. Por ello se requiere la aprobación de la monarquía comunista cubana para poner y quitar ministros en las áreas vitales: “Molero no puede salir del Ministerio de la Defensa. No puede. Si Molero sale nos jodimos….Otro ministro que no puede salir es Rafael Ramírez. Yo se lo dije al Comandante Fidel. No puede salir del cargo. No puede.” Queda confirmado entonces, por el vocero autorizado del régimen, que tenemos un gobierno de traidores a la patria, puestos por Cuba para servirle. Son reos de alta traición.
2.- Queda confirmado que El Ilegítimo fue escogido por Cuba para suceder al difunto, quien ya había traicionado a su patria. Por este motivo el informante alerta al jefe cubano: “Quieren sacar a Molero. ¿Porqué quieren sacar a Molero? Para poder tomar la FAN y obligar a Maduro, o a conducirse como ellos quieren o a tirar un golpe de Estado.” Esta advertencia sólo tiene una explicación: El Ilegítimo es un títere de Cuba, que debe conducirse como se lo ordena la monarquía comunista cubana, por lo cual el cipayo (natural de un país que sirve de guía al invasor extranjero) la previene de que El Ilegítimo puede ser obligado por los conjurados a conducirse como ellos quieren, y no como se lo ordena la monarquía comunista cubana.
3.- Queda confirmado que el régimen está dividido. Hay dos alas: el ala civil, integrada por los comunistas títeres de Cuba, con su corte de cipayos, y el ala militar, que no es comunista ni patriota sino militarista. Quiere todo el poder para sí. Esta ala militar esperaba ser la sucesora del difunto, quien la traicionó, así como traicionó a la patria, al entregar Venezuela a Cuba y someterse a los designios de la monarquía comunista cubana en la elección del sucesor. El Ilegítimo no tiene credenciales para la sucesión por ser un advenedizo o coleado, además de impuesto por un país extranjero. Consciente de su debilidad, el ala títere de Cuba enfrenta al ala militarista acusándola de corrupta: “a él (Diosdado) lo que le interesan son los reales y el poder… Los otros (gobernadores) son generales viejos, corruptos, que no se sabe qué carajo están buscando ahorita.” Evidentemente el ala títere incita a sus amos cubanos a liquidar a los cabecillas del ala militar. Y los cubanos son expertos en liquidar a los que se le oponen en la lucha por el poder.
4.- Queda confirmado que existe una crisis dentro del régimen, cuya primera manifestación pública es la grabación, lo que explica: “Hay ministros que no saben qué hacer, y lo más probable es que estén robando, porque creen que esto se va a desmoronar”. La crisis se ha agravado después de la elección presidencial porque evidentemente perdieron, viéndose forzados a un fraude tan descarado que no pudieron ocultarlo como siempre lo habían hecho. Le atribuyen el error al CNE por su torpeza: “hay que agarrar a Tibisay y a los demás rectores y decirles: miren, ustedes saben cómo es la vaina? Vamos a revisar esto de cabo a rabo y en secreto.” ¿Qué van a revisar? El mecanismo del fraude que tuvo una falla y deben detectar en qué parte del proceso electoral estuvo, porque el fraude previsto era de más de millón y medio de votos de ventaja.
Conclusión: el enemigo es Cuba. Salimos del difunto porque se lo llevó la muerte. Ahora hay que salir de Cuba, liberando a Venezuela. Es contra Cuba que se debe enfocar el ataque, centrándolo en sus títeres. No atacar el ala militarista, porque le hacemos el juego a Cuba. Todos contra Cuba y sus títeres.
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