Laureano Márquez
Te la vi a las 4:45 a.m., enero 20, 2013
Un avión militar israelí F-4 Phantom marca Nighthawk, despega de la base militar David Ben Gurión. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, despierto inusualmente a esta hora por lo delicado de la operación que estaba a punto de iniciarse, observa desde los hangares la maniobra de despegue.
Una operación ultra-secreta está a punto de iniciarse. Ni siquiera los tripulantes saben bien a dónde se dirigen. Solo que desde hace algunas semanas recibieron una extraña instrucción de entrenamiento: “¡no se rasuren, cero hojillas!”.
Jerusalén (una semana antes, a golpe de 11:30 a.m.)
En la zona árabe de Jerusalén, en una panadería que está como quien viene del Santo Sepulcro hacia el barrio armenio (armenio que la hayan expropiado) cruzando a la izquierda, un fraile franciscano de los custodios de los Santos Lugares compra 10 shekels de pan de a medio shekel, recibiendo en total 20 panes.
Al interior de uno de ellos, se encuentra un microchip de ultra-grabación sonora satelital con edición automática de sonido de rebote polar. De la nada, un comando palestino provisto con gorras de la bandera venezolana (de las de Henrique Capriles, para confundir) le corta camino al supuesto franciscano, que es en verdad un agente encubierto del Mossad (nombre clave Noel M, alias papá Noel).
Éste, rasgando su hábito, como el Sumo Sacerdote el día del interrogatorio de Jesús en el Sanedrín y dejándolo atrás, corre provisto de braga negra y lentes oscuros y ametralladora en mano que le lanza desde una venta de recuerditos un comerciante abriéndose paso entre peregrinos cargados de cruces, hacia la Puerta Dorada para escapar por ella hacia el monte de Los Olivos, donde se encuentra la iglesia Dominus Flevit (que recuerda el llanto del Señor ante la ciudad de Jerusalén).
Se ve que este agente no es jerosolimitano, pues la llamada Puerta Dorada, también conocida como Puerta de la Misericordia o Puerta de la Vida Eterna, permanece cerrada desde 1541 por orden de Solimán el Magnífico (también conocido como “El Cierra Puertas”) para evitar la entrada del Mesías, que según la tradición entraría por ella.
Al hallar cerrada la puerta, el agente del Mossad sube por las escalinatas de la muralla y un helicóptero lo rescata.
El microchip de ultra-grabación sonora satelital con edición automática de sonido de rebote polar, está a salvo. El agente saca el microchip del pan, aprovecha de untarlo con humus de garbanzos (al pan, naturalmente) y se dispone al mossad. Su misión ha sido un éxito.
Caracas, abril y mayo 2013 (horas de la noche)
Un avión de placas desconocidas sobrevuela Los Ruices todas las noches.
Los vecinos de la zona afirman que al pasar sobre el llamado canal de todos los venezolanos el avión se relenta. Expertos en audio de edificios vecinos dan fe de que un micrófono direccional del tipo alfa K”27 de fabricación belga, apunta cada noche hacia los estudios de grabación cada vez que el avión pasa, sin que ningún radar de nuestra Fuerza Aérea lo detecte, recogiendo cada noche registros sonoros reconstruidos vía reprogramación robótica de voz y pensamiento, un nuevo sistema de los servicios de inteligencia japonesa.
San Bernardino, Caracas, mayo 20. 3:45 a.m.
El diputado Ismael García intenta entrar a orar a la Sinagoga, pero el vigilante de guardia le advierte que no puede entrar sin kipá. Ismael advierte que Kipá no pudo venir porque anda en viaje secreto a Washington por encargo de la MUD. Inmediatamente le pregunta al vigilante si no le dejaron un CD con una grabación de audio. El vigilante le interroga: ¿Cómo es que me dijo que se llamaba usted? Ismael García…
Ah sí, aquí tengo un sobre pero no dice para quién es… solo pone “grabación secreta del programa VTV”.
Sí, ese es, dice Ismael, mientras un escalofrío le recorre la columna vertebral. No por la emoción del éxito de la operación, sino porque recibe un mensaje de texto anunciándole que está llegando Harina Pan al Plaza’s de Lomas de La Lagunita y él está en San Bernardino. Ismael piensa por un momento en abortar la rueda de prensa convocada para ese día.
Al momento resuelve el dilema existencial: la patria estará siempre por encima de la arepa.
Ismael se retira picando cauchos rumbo a la Cota Mil. El vigilante de la Sinagoga levanta el rostro de su escritorio, su celular repica y un nombre aparece en la pantalla: Netanyahu. El custodio responde con un mensaje de texto: “operación exitosa… saludos, Papá Noel”.
El resto de la historia es conocida. Ese día supimos cosas que nunca nadie se habría imaginado.
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