Por Jesús González Briceño, 23/05/2013.
Mensaje con Destino: La legalización de los subversivos en Venezuela sirva como ejemplo.
El miércoles 16 de mayo se reiniciaron las conversaciones de paz entre los representantes del gobierno de Colombia y los de la FARC, en la Habana, Cuba, después de seis meses de la mesa de negociaciones, pero desde la asunción del mando del presidente Juan Manuel Santos no ha cesado en su propósito de firmar un acuerdo para poner fin al conflicto que por más de 50 años ha azotado la hermana república, a pesar de varios intentos serios como el de 1999,cuando el presidente Pastrana puso todo su interés y sus buenos oficios para lograrlo con el líder guerrillero Marulanda, en Cajuan, que resultó un fracaso por razones que no examinaremos en esta oportunidad. Según ambas partes, en la actualidad, mes de mayo, se ha logrado avanzar en la agenda de las negociaciones, aunque todavía no se ha logrado superar el tema agrario que junto a otros aspectos como la reinserción política de los subversivos, la entrega de las armas, el problema de las drogas, el caso de algunos líderes fundamentales condenados (como Trinidad), el fin del conflicto y otros problemas colaterales de tipo legal-constitucional que conforman esta negociación. Pero se advierte un ambiente de conciliación y arreglo entre las partes negociantes en que las FARC parecen tener la voz cantante y presionan fuertemente para que se vaya cumpliendo la agenda propuesta que debería, según el presidente Santos, concluir para este año 2013.
El
trasfondo de la duración de las negociaciones, aparte de los puntos negociados,
es que para el 2014 se realizarán nuevas elecciones en Colombia lo que
conviene a ambas partes, porque el
presidente, ya ha insinuado que, optará para su reelección para el período
2014-2018, y las FARC cuentan poder participar a los cargos electivos, tales
como elecciones legislativas y presidenciales en marzo y mayo respectivamente y
de la de la Alcaldía de Bogotá en el 2015, por ello empujan desesperadamente la
concreción de las negociaciones de paz y , en caso, de no disponer de los
lapsos legales previstos por la ley electoral, podrían utilizar la agrupación Unión
Patriótica, UP, considerado su brazo político, si se logra superar ciertos condicionamientos
legislativos, para obtener representación en ambos eventos comiciales.
El
escenario político 2013-2014 colombiano es bastante complejo y difícil de
predecir porque de lograrse la paz
negociada, el presidente Santos debe tener algunas estrategias político-electorales
debajo de la manga para asegurar su reelección y minimizar el EFECTO-FARC en
los escenarios político-electorales colombianos hasta que culmine su segundo
mandato 2014-2018, como lo prevén los sondeos preelectorales.
Este es
una lectura posible del escenario político-electoral colombiano hasta el 2018
no obstante previamente deberíamos pronosticar las alternativas en caso del
resultado positivo de las negociaciones de la Habana, muy difíciles, por cierto,
en temas tan arduos como el problemas del
desarrollo agrario integral, la inserción política de los miembros de las FARC
y posiblemente del ELN, dispuesto a integrarse a la mesa de negociación, la
dejación de las armas, las drogas y el narcotráfico, el reclamo de las víctimas
del terrorismo y subversión, y la superación del contenido de la norma
constitucional ( art. 122 , prohibición para inscribirse, optar a cargos
electivos y públicos por parte de los condenados por crímenes de lesa
humanidad, narcotráfico, terrorismo, etc.), con obstáculos bastante complejos
en el contexto general del desarrollo agrario, social, político, legal-constitucional
y en la larga y funesta duración del conflicto con una secuela crítica y nefasta de
acontecimientos en Colombia:
1.Lograr un
DESARROLLO AGRARIO INTEGRAL es una
piedra de tranca por la excesiva concentración de las tierras y explotaciones
agropecuarias en pocas manos y paradójicamente se advierte una fragmentación de
las tierras de campesinos en los últimos años y grandes desplazamientos de
pequeños productores e indígenas, por acción del terrorismo guerrillero, paramilitarismo, y expansión de las fronteras
agrícolas por parte de grandes trasnacionales y cultivos industriales que han
creado un submundo rural y urbano de pobreza, muerte, conflictos y violación de
los derechos humanos. El apego de campesinos e indígenas colombianos está
demasiado arraigado y no se resignan a perder sus tierras ahora con mayor
respaldo de organizaciones campesinas e indígenas que velan por sus derechos
ancestrales. La leyes y reformas agrarias colombianos no ha resuelto este
problema histórico y el presidente Santos, aun lo cuando lo ha prometido desde el inicio de
su magistratura, no ha podido aprobar el
Proyecto de Ley de Tierras y Desarrollo Rural incumpliendo la entrega de miles
de hectáreas gratis, créditos, asistencia técnica y otros beneficios hasta ahora, haciéndosele muy tarde para
realizar estas promesas en que las FARC tienen
un apreciable apoyo campesino y la
cuestión agraria es su cuestionamiento central histórico y punto de honor en
las negociaciones actuales. Las reformas legales agrarias no han surtido los
efectos deseados y ha habido muchos intereses grupales contradictorios.
2. El PROBLEMA SOCIAL de más de
3 millones desplazados forzosamente, campesinos e indígenas con incidencia
grave sobre sus derechos humanos, uno de los mayores del mundo según ACNUR (órgano de las NN.UU para los desplazados)
constituye otro terreno propicio para la actuación de los exlíderes (una vez desmovilizados)
de las FARC que hay que tener en cuenta ante una nueva realidad política y
social en Colombia.
3 El RESARCIMIENTO DE DAÑOS por
crímenes de lesa humanidad de las víctimas en un escenario en que han actuado
subversivos, paramilitares, fuerzas policiales y militares y narcotraficantes
por desapariciones forzadas masivas, masacres indiscriminadas ,secuestros ,
reclutamiento de niños y muertes de civiles, militares, guerrilleros y políticos,
no es una cuestión de fácil solución acumulada por más de cinco décadas,
para satisfacer medianamente a los afectados, con soluciones
justas y equitativas, lo que además consumiría
muchísimos años para borrar los odios, rencores y sufrimientos y restituir
los daños,
4.Otra de
las tareas ingentes es adecuar o modificar NORMAS
CONSTITUCIONALES Y LEGALES VIGENTES para la incorporación de insurrectos a
cargos públicos y electorales, a los condenados y extraditados, y en especial buscar
la fórmula para la aplicación o
desaplicación de la normativa del Estatuto de Roma en lo relativo a la
imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad y derechos humanos,
firmado y ratificado por Colombia en julio de 1998, si bien el Procurador de la
Nación declaró recientemente, en mayo, que sobre la cúpula actual de las FARC
no priva ninguna medida de condena de crímenes de lesa humanidad ni otros
cargos y puede incorporarse a la vida política en franca contradicción con el
Fiscal General de Colombia.
Estos y
muchos más son los escollos que tienen que superar y acordar el gobierno
colombiano y las FARC y eventualmente el ELN pero, en caso de que así sea,
conviene advertir los peligros inminentes que acarrearía el fin de este
conflicto fratricida e internacional, con la reacción de los grandes
propietarios en la defensa de sus latifundios y empresas trasnacionales ante una
reforma legal de agraria como lo plantea las FARC y el proyecto de ley
santista, aún no aprobada, la reivindicación de las tierras indígenas
despojadas, los salarios y los beneficios sociales del campesino y del obrero,
y la afectación de las grandes extensiones de tierras y actividades conexas de
cultivos ilegales cuya repercusión afectaría a Colombia como a los carteles internacionales.
La otra
cuestión que afectaría esta paz negociada es
que las FARC estén realmente dadas a lograr una auténtica
pacificación y que esta movida
estratégica no sea el expediente para implantar y consolidar el
CASTRISMO, por cualquier método antidemocrático, en vista de que todo el
continente americano, excepto Estados Unidos y Canadá, ha sido objeto de la
política de exportación de la lucha guerrillera con incursiones, creación y
apoyo a grupos izquierdistas radicales en Argentina, Bolivia, Dominicana, Haití,
Guatemala, Nicaragua, San Salvador, Perú, Ecuador, Chile, Venezuela, en la que
ha logrado sus objetivos, y Colombia que ha sido una obsesión desde 1948 cuando
Fidel estuvo involucrado en los tristes acontecimiento del Bogotazo y desde el
triunfo de la Revolución Cubana, en 1959, ha dado todo su apoyo logístico e
ideológico no sólo a las FARC y al ELN si no también a la UP, MIG-19 y muchos
otros movimientos guerrilleros en
Colombia.
En
resumen el gobierno de Santos y las FARC están dispuestos a llevar a feliz
término el Compromiso de Paz del 26 de agosto pasado y parecen (no confirmado
oficialmente) haberse convenido sobre el tema agrario y pasar a discutir
próximamente lo relativo a la incorporación de los subversivos en la vida
política colombiano, lo que de suceder constituiría el más grande reto histórico
para la institucionalidad democrática colombiana, aún cuando Santos lograra su reelección y el castrismo, a través
de las FARC y otros grupos radicales comunistas, tuviera la oportunidad legal
de optar a incorporarse a la gobernabilidad colombiana, mediante las
negociaciones actuales de paz, considerando la experiencia venezolana , desde
1999, en que lograron un apoyo irrestricto de Chávez, (la cooperación de los grupos terroristas de ETA y HERBOLÁ) y
ahora con el apoyo seguro de Maduro, en que se han mediatizados la vía
electoral, la validez de institución parlamentaria, la independencia de los
poderes públicos y la alta vulnerabilidad de los derechos humanos; y vista la
posibilidad cierta de que en Colombia se generen las reacciones de los grandes
terratenientes y gamonales, el resurgimiento del paramilitarismo, la reacción
de los grandes carteles de las drogas y las insatisfacciones de los miles o
millones de víctimas de este complejo y
nefasto proceso de seis décadas de violación de los derechos humanos y
descomposición de la sociedad colombiana, se redimensione su conflictividad. La realización de una consulta al
pueblo colombiano no impediría los escenarios previstos…Es también necesario
conocer la reacción de Estados Unidos ante un previsible escenario de CUBANIZACIÓN de Colombia. ¿Será el presidente SANTOS UN HÉROE 0 UN
VILLANO? No pasará mucho tiempo para saberlo y vivirlo, con sus
consecuencias para Venezuela y América.
Jesús González Briceño
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