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| TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA |
El régimen de Nicolás Maduro impartió instrucciones al Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ) para que desestime la impugnación de las
elecciones presidenciales de abril pese a que la oposición presentó
pruebas de miles de irregularidades cometidas durante el proceso,
anunció el gobernador del estado Anzoátegui, Aristóbulo Istúriz, en una
reunión a puerta cerrada realizada esta semana.
Durante la reunión, el dirigente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) también anunció una serie de medidas y estrategias políticas que serán aplicadas en los próximos días para desactivar las acusaciones de que el chavismo se robó la elección y para fustigar a sus adversarios en momentos en que la Revolución es atacada por diferentes flancos.
El contenido de la reunión fue divulgado por una de las personas que estaban presentes, quien tomó nota de los anuncios formulados por Istúriz, junto con las palabras de la vicepresidenta regional del PSUV, Mari Pili Hernández y el Jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) Oriental, el Almirante Luis Francisco Campi Olaizola.
En las minutas tomadas por el testigo, se lee: “No admitirán el recurso TSJ, que vayamos al plano internacional. Descalificarán a la oposición por la actitud de acudir a esas instancias”.
La oposición venezolana impugnó el resultado de las elecciones la semana pasada ante el TSJ, presentando un recurso de más de 180 páginas en el que se demanda la nulidad total y la repetición de las elecciones del 14 de abril, en las que Maduro venció al líder opositor Henrique Capriles por 1.49 puntos porcentuales.
Líderes de la oposición dijeron que había decidido dar el caso legal pese a que no confiaba en la imparcialidad del TSJ, entidad que es vista como un apéndice más de la Revolución Bolivariana.
“Estamos obligados a ejercer todos los recursos y estamos obligados a agotar las vías que Venezuela nos da dentro de la legislación para poder acudir a instancias internacionales”, explicó Ramón José Medina, Secretario Ejecutivo Adjunto de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Según líderes de la oposición, más de 3,000 irregularidades fueron detectadas durante los comicios, proceso que fue supervisado por el cuestionado Consejo Nacional Electoral (CNE).
En la reunión, los integrantes de la máxima cúpula chavista explicaron a los cuadros medios de la región oriental del país, que el PSUV anunciará próximamente que realizará primarias para escoger a sus candidatos para las venideras elecciones municipales, pero advirtieron que el proceso en realidad será una farsa.
Los resultados de las primarias, a ser conducidas por el propio CNE, serán “preacordados”, al término de un proceso de selección que hará énfasis en seleccionar nuevas caras.
Y las eventuales elecciones municipales, vistas por el chavismo como un riesgo dada a la palpable pérdida de popularidad, buscarán entrampar a la oposición.
“Se van arriesgar y centrarse en las elecciones de alcaldes para evidenciar otras contradicciones de la oposición, como acudirán a un proceso electoral sin creer en CNE”, recoge las minutas.
Los líderes de chavismo están preocupados por al actual crisis de legitimidad que enfrenta el régimen de Maduro, quien se encontraba esta semana de gira internacional tratando de convencer a los tradicionales aliados del fallecido Hugo Chávez de que la revolución no hace aguas.
Durante la reunión, los altos dirigentes dijeron que en este momento es una máxima prioridad para el PSUV dejar atrás el tema electoral para comenzar a centrarse en la gobernabilidad del país.
Para ello, una de las principales estrategias esbozadas es el incremento de esfuerzos para fomentar la división entre las diferentes corrientes de la oposición, apuntando primero a desprestigiar a Capriles y a su partido, Primero Justicia.
No obstante, los futuros ataques mediáticos contra Capriles no deberá ser asumida por Maduro, señalaron los exponentes.
“La confrontación no es entre Maduro y Capriles” (que sea [el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado] Cabello el que lo nombre) la diatriba debe ser entre la patria y los apátridas, cuidar la moral del partido”, resalta otro de los puntos discutidos.
La máxima cúpula del chavismo admite que la revolución atraviesa por momentos muy difíciles, no sólo porque su legitimidad es cuestionada, sino porque ya no cuenta con el liderazgo de Chávez en momentos en que sus bases son invadidas por la apatía.
“Con Chávez no había problemas conducción (era ingenioso), reconocen su debilidad en el liderazgo”, declara uno de los puntos.
“Reconocen es el momento más crítico, no tenemos a Chávez, y no tenemos al pueblo resteado [comprometido con el proceso]”, agrega otro.
Los exponentes dijeron en la reunión que el PSUV está al tanto de que la revolución enfrenta grandes problemas en atraer a los jóvenes, quienes no votaron por Maduro, y en captar a los integrantes de la clase media.
Es por ello que los lideres del partido se apresta a generar estrategias para aumentar su atractivo entre estos sectores.
Pero la revolución no pretende dejar de lado la persecución que emprendió para castigar a quienes votaron por Capriles el mes pasado.
Según los apuntes, los dirigentes del PSUV se preparan para acentuar las medidas de acoso y persecución adoptadas contra todo empleado público que no exprese abiertamente su respaldo a la revolución.
El proceso de persecución, que comenzó a tomar forma inmediatamente después de celebrarse los comicios, continuará y todos los cargos estratégicos serán revisados para expulsar a cualquier opositor que se esté beneficiando con un cargo público, empezando con los puestos de dirección.
Durante la reunión, el dirigente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) también anunció una serie de medidas y estrategias políticas que serán aplicadas en los próximos días para desactivar las acusaciones de que el chavismo se robó la elección y para fustigar a sus adversarios en momentos en que la Revolución es atacada por diferentes flancos.
El contenido de la reunión fue divulgado por una de las personas que estaban presentes, quien tomó nota de los anuncios formulados por Istúriz, junto con las palabras de la vicepresidenta regional del PSUV, Mari Pili Hernández y el Jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) Oriental, el Almirante Luis Francisco Campi Olaizola.
En las minutas tomadas por el testigo, se lee: “No admitirán el recurso TSJ, que vayamos al plano internacional. Descalificarán a la oposición por la actitud de acudir a esas instancias”.
La oposición venezolana impugnó el resultado de las elecciones la semana pasada ante el TSJ, presentando un recurso de más de 180 páginas en el que se demanda la nulidad total y la repetición de las elecciones del 14 de abril, en las que Maduro venció al líder opositor Henrique Capriles por 1.49 puntos porcentuales.
Líderes de la oposición dijeron que había decidido dar el caso legal pese a que no confiaba en la imparcialidad del TSJ, entidad que es vista como un apéndice más de la Revolución Bolivariana.
“Estamos obligados a ejercer todos los recursos y estamos obligados a agotar las vías que Venezuela nos da dentro de la legislación para poder acudir a instancias internacionales”, explicó Ramón José Medina, Secretario Ejecutivo Adjunto de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Según líderes de la oposición, más de 3,000 irregularidades fueron detectadas durante los comicios, proceso que fue supervisado por el cuestionado Consejo Nacional Electoral (CNE).
En la reunión, los integrantes de la máxima cúpula chavista explicaron a los cuadros medios de la región oriental del país, que el PSUV anunciará próximamente que realizará primarias para escoger a sus candidatos para las venideras elecciones municipales, pero advirtieron que el proceso en realidad será una farsa.
Los resultados de las primarias, a ser conducidas por el propio CNE, serán “preacordados”, al término de un proceso de selección que hará énfasis en seleccionar nuevas caras.
Y las eventuales elecciones municipales, vistas por el chavismo como un riesgo dada a la palpable pérdida de popularidad, buscarán entrampar a la oposición.
“Se van arriesgar y centrarse en las elecciones de alcaldes para evidenciar otras contradicciones de la oposición, como acudirán a un proceso electoral sin creer en CNE”, recoge las minutas.
Los líderes de chavismo están preocupados por al actual crisis de legitimidad que enfrenta el régimen de Maduro, quien se encontraba esta semana de gira internacional tratando de convencer a los tradicionales aliados del fallecido Hugo Chávez de que la revolución no hace aguas.
Durante la reunión, los altos dirigentes dijeron que en este momento es una máxima prioridad para el PSUV dejar atrás el tema electoral para comenzar a centrarse en la gobernabilidad del país.
Para ello, una de las principales estrategias esbozadas es el incremento de esfuerzos para fomentar la división entre las diferentes corrientes de la oposición, apuntando primero a desprestigiar a Capriles y a su partido, Primero Justicia.
No obstante, los futuros ataques mediáticos contra Capriles no deberá ser asumida por Maduro, señalaron los exponentes.
“La confrontación no es entre Maduro y Capriles” (que sea [el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado] Cabello el que lo nombre) la diatriba debe ser entre la patria y los apátridas, cuidar la moral del partido”, resalta otro de los puntos discutidos.
La máxima cúpula del chavismo admite que la revolución atraviesa por momentos muy difíciles, no sólo porque su legitimidad es cuestionada, sino porque ya no cuenta con el liderazgo de Chávez en momentos en que sus bases son invadidas por la apatía.
“Con Chávez no había problemas conducción (era ingenioso), reconocen su debilidad en el liderazgo”, declara uno de los puntos.
“Reconocen es el momento más crítico, no tenemos a Chávez, y no tenemos al pueblo resteado [comprometido con el proceso]”, agrega otro.
Los exponentes dijeron en la reunión que el PSUV está al tanto de que la revolución enfrenta grandes problemas en atraer a los jóvenes, quienes no votaron por Maduro, y en captar a los integrantes de la clase media.
Es por ello que los lideres del partido se apresta a generar estrategias para aumentar su atractivo entre estos sectores.
Pero la revolución no pretende dejar de lado la persecución que emprendió para castigar a quienes votaron por Capriles el mes pasado.
Según los apuntes, los dirigentes del PSUV se preparan para acentuar las medidas de acoso y persecución adoptadas contra todo empleado público que no exprese abiertamente su respaldo a la revolución.
El proceso de persecución, que comenzó a tomar forma inmediatamente después de celebrarse los comicios, continuará y todos los cargos estratégicos serán revisados para expulsar a cualquier opositor que se esté beneficiando con un cargo público, empezando con los puestos de dirección.
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