Fuente: La Patilla
Alvaro Gorrín y su padre, Alvaro Gorrín Ramos, habían tomado en préstamo
más de $56 millones del Ocean Bank para financiar proyectos
inmobiliarios.
(Nota de El Nuevo Herald) La familia que opera la cadena de panaderías Don Pan ha sido condenada a pagar más de $30 millones después que un tribunal determinó que no habían cumplido con un préstamo destinado a financiar un proyecto de bienes raíces en Orlando.
Alvaro Gorrín Jr. y su padre, Alvaro Gorrín Ramos, habían tomado en préstamo más de $56 millones de Ocean Bank para financiar dos proyectos de conversión de condominios en la Florida Central, según una demanda presentada en el Tribunal de Circuito de Miami-Dade.
Los ingresos de las unidades vendidas se suponían que irían al principal del préstamo. En cambio, el director del proyecto, Frank Segredo, robó el dinero destinado a pagar la deuda, según documentos judiciales del estado.
El resultado ha sido una severa sentencia contra los Gorrín, y un montón de cargos por delitos graves contra Segredo.
Los mensajes dejados para el padre y el hijo en la oficina corporativa de Don Pan corporativa no fueron devueltos el miércoles. Se espera que la familia apele la decisión.
La complicada historia comienza en el 2005, en el apogeo del auge inmobiliario. Los Gorrín obtuvieron dos préstamos por un total de $56 millones a través de dos sociedades de responsabilidad limitada —Walden Holdings y Legacy Conversions en Waterford Landings. Gorrín Jr. Era el co-director del proyecto de conversión de condominios; Segredo, agente de una compañía de cierres de títulos, era el otro.
Los Gorrín se dieron cuenta de la estafa de Segredo en el verano del 2006. Descubrieron que los saldos de sus préstamos eran mucho mayores de lo que deberían haber sido.
Pero incluso después que Segredo confesó haber desviado el dinero, los Gorrín no hicieron nada para informar a Ocean Bank, según documentos judiciales del estado. Mientras tanto, los compradores de las unidades de condominio, actuando de buena fe, se quedaron con pólizas de títulos fraudulentas.
Segredo afirmó posteriormente que había entrado en tratos con nuevos inversionistas que querían comprar la participación de la familia Gorrín en el proyecto, una suma que superaba los $12 millones. La demanda sostiene que el padre y el hijo nunca expresaron dudas sobre la procedencia del dinero, ni siquiera después del comportamiento pasado de Segredo.
“El enfoque de Gorrín a la crisis fue: ‘no preguntes, no digas’”, según las conclusiones sobre el hecho asentadas en la en sentencia firme de la demanda.
Al aceptar el dinero, la familia Gorrín aseguró que el incumplimiento del préstamo continuaría, añadió la demanda.
En el 2007, el banco descubrió la estafa, y notificó a la compañía de título de Segredo —Attorney’s Title Insurance Company of Florida— que de inmediato tomó medidas. Él renunció al control de su asociación profesional y sus cuentas de fideicomiso. Segredo fue inhabilitado posteriormente.
En última instancia, una filial llamada Poker Run Acquisitions se hizo cargo de la deuda, y demandó a la familia Gorrín por lo que se había perdido. La jueza de Primera Instancia Jennifer Bailey, de Miami-Dade, otorgó en una sentencia dictada el 2 de mayo el pago de $30.3 millones.
Segredo, de 57 años, tiene problemas aún mayores en sus manos. Está en espera de juicio por una serie de cargos por delitos graves, entre ellos hurto mayor y fraude organizado. Su próxima presentación ante la corte de penal de Miami-Dade es el 16 de mayo.
“Poker Run está muy complacida con el resultado, no sólo por la cantidad adjudicada en el fallo, sino porque reivindicó la forma en que se ocupó de este embrollo al hacerse cargo de él”, dijo Isaac Mitrani, abogado de la entidad crediticia. “El tribunal parecía decir que ellos (Poker Run) manejaron (la situación) de manera razonable, y rechazó la defensa de los Gorrín”.
El abogado defensor Alfonso Pérez, que representa a los Gorrín, escribió en un comunicado: “Creo, personal y respetuosamente, que la idea de que un acreedor/prestamista (Attorney’s Title Insurance Company of Florida) disponga de más de la mitad de la garantía colateral de un préstamo, y después pueda reclamarle al garante el saldo del préstamo, no está respaldada por la jurisprudencia de la Florida, especialmente cuando el problema fue creado por el propio agente de títulos del acreedor”.
Alvaro Gorrín Ramos fue el fundador del Banco Canarias de Venezuela antes de huir del país. La familia abrió una cadena de panaderías en Estados Unidos. Hay nueve establecimientos de Don Pan en el sur de la Florida.
(Nota de El Nuevo Herald) La familia que opera la cadena de panaderías Don Pan ha sido condenada a pagar más de $30 millones después que un tribunal determinó que no habían cumplido con un préstamo destinado a financiar un proyecto de bienes raíces en Orlando.
Alvaro Gorrín Jr. y su padre, Alvaro Gorrín Ramos, habían tomado en préstamo más de $56 millones de Ocean Bank para financiar dos proyectos de conversión de condominios en la Florida Central, según una demanda presentada en el Tribunal de Circuito de Miami-Dade.
Los ingresos de las unidades vendidas se suponían que irían al principal del préstamo. En cambio, el director del proyecto, Frank Segredo, robó el dinero destinado a pagar la deuda, según documentos judiciales del estado.
El resultado ha sido una severa sentencia contra los Gorrín, y un montón de cargos por delitos graves contra Segredo.
Los mensajes dejados para el padre y el hijo en la oficina corporativa de Don Pan corporativa no fueron devueltos el miércoles. Se espera que la familia apele la decisión.
La complicada historia comienza en el 2005, en el apogeo del auge inmobiliario. Los Gorrín obtuvieron dos préstamos por un total de $56 millones a través de dos sociedades de responsabilidad limitada —Walden Holdings y Legacy Conversions en Waterford Landings. Gorrín Jr. Era el co-director del proyecto de conversión de condominios; Segredo, agente de una compañía de cierres de títulos, era el otro.
Los Gorrín se dieron cuenta de la estafa de Segredo en el verano del 2006. Descubrieron que los saldos de sus préstamos eran mucho mayores de lo que deberían haber sido.
Pero incluso después que Segredo confesó haber desviado el dinero, los Gorrín no hicieron nada para informar a Ocean Bank, según documentos judiciales del estado. Mientras tanto, los compradores de las unidades de condominio, actuando de buena fe, se quedaron con pólizas de títulos fraudulentas.
Segredo afirmó posteriormente que había entrado en tratos con nuevos inversionistas que querían comprar la participación de la familia Gorrín en el proyecto, una suma que superaba los $12 millones. La demanda sostiene que el padre y el hijo nunca expresaron dudas sobre la procedencia del dinero, ni siquiera después del comportamiento pasado de Segredo.
“El enfoque de Gorrín a la crisis fue: ‘no preguntes, no digas’”, según las conclusiones sobre el hecho asentadas en la en sentencia firme de la demanda.
Al aceptar el dinero, la familia Gorrín aseguró que el incumplimiento del préstamo continuaría, añadió la demanda.
En el 2007, el banco descubrió la estafa, y notificó a la compañía de título de Segredo —Attorney’s Title Insurance Company of Florida— que de inmediato tomó medidas. Él renunció al control de su asociación profesional y sus cuentas de fideicomiso. Segredo fue inhabilitado posteriormente.
En última instancia, una filial llamada Poker Run Acquisitions se hizo cargo de la deuda, y demandó a la familia Gorrín por lo que se había perdido. La jueza de Primera Instancia Jennifer Bailey, de Miami-Dade, otorgó en una sentencia dictada el 2 de mayo el pago de $30.3 millones.
Segredo, de 57 años, tiene problemas aún mayores en sus manos. Está en espera de juicio por una serie de cargos por delitos graves, entre ellos hurto mayor y fraude organizado. Su próxima presentación ante la corte de penal de Miami-Dade es el 16 de mayo.
“Poker Run está muy complacida con el resultado, no sólo por la cantidad adjudicada en el fallo, sino porque reivindicó la forma en que se ocupó de este embrollo al hacerse cargo de él”, dijo Isaac Mitrani, abogado de la entidad crediticia. “El tribunal parecía decir que ellos (Poker Run) manejaron (la situación) de manera razonable, y rechazó la defensa de los Gorrín”.
El abogado defensor Alfonso Pérez, que representa a los Gorrín, escribió en un comunicado: “Creo, personal y respetuosamente, que la idea de que un acreedor/prestamista (Attorney’s Title Insurance Company of Florida) disponga de más de la mitad de la garantía colateral de un préstamo, y después pueda reclamarle al garante el saldo del préstamo, no está respaldada por la jurisprudencia de la Florida, especialmente cuando el problema fue creado por el propio agente de títulos del acreedor”.
Alvaro Gorrín Ramos fue el fundador del Banco Canarias de Venezuela antes de huir del país. La familia abrió una cadena de panaderías en Estados Unidos. Hay nueve establecimientos de Don Pan en el sur de la Florida.
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