Escrito por Demetrio Borsner
el nacional
El presidente Carlos Andrés Pérez, ante cuyos restos mortales nos
inclinamos hoy, todavía es discutido en su propio país, pero su memoria
es honrada sin reservas por los demócratas progresistas del exterior. Ya
está inscrito en la historia universal como padre y promotor del
diálogo Norte-Sur en procura de un nuevo orden económico internacional, y
como uno de los dirigentes emblemáticos de la socialdemocracia
internacional, al lado de figuras como Willy Brandt,
Olof Palme, François Mitterrand, Léopold Sédar Senghor, Julius Nyerere y
Michael Manley.
En el ámbito americano, Carlos Andrés Pérez fue
un reconocido líder del grupo de países democráticos de Latinoamérica y
el Caribe que hicieron contrapeso al bloque de las dictaduras
fascistoides de "seguridad nacional" de países del Sur. Carlos Andrés
desplegó una excepcional habilidad diplomática que le permitió, no
obstante su tercermundismo y protagonismo socialdemócrata, ser escuchado
con respeto y confianza por gobernantes norteamericanos como Nixon y
Carter durante su primer gobierno, y Bush (padre) y Clinton durante el
segundo. Incansablemente, CAP defendió ante Estados Unidos la misma
tesis que Rómulo Betancourt había puesto en la agenda americana en una
época anterior: que la única defensa eficaz contra el comunismo es el
apoyo activo a la democracia reformista, y no la intervención represiva
ni el apoyo a dictaduras de derecha.
Uno de los principios de
política exterior de Carlos Andrés Pérez fue el de "resolver
controversias en el marco de la cooperación" combinando la firmeza con
la amistad. Lo aplicó con éxito, sin claudicación alguna, tanto en
relación con Colombia como con Guyana. Con Fidel llegó a un acuerdo
personal perfecto: cero subversión castrista en Venezuela y sus áreas de
interés, a cambio de intercesión venezolana ante Washington para
aliviar el boicot contra Cuba. Después de haber adversado políticamente a
Carlos Andrés desde las filas de un partido disidente de la
socialdemocracia venezolana, me convertí en uno de sus leales y
convencidos colaboradores diplomáticos, atraído tanto por la justeza y
el progresismo de sus iniciativas como por la amistad, generosidad y
confianza que siempre me demostró. Fui su director de política
internacional con acceso directo a su persona, a la vez que compartimos
preocupaciones doctrinarias comunes. Me hizo el gran honor de prologar
mi libro didáctico ¿Qué es el socialismo democrático? Socialdemocracia
para Venezuela (Caracas, 1988).
Carlos Andrés Pérez ha entrado a la historia por la puerta grande.
Al mismo tiempo se achica la figura de quien busca imitarlo o igualarlo mediante grotescas vociferaciones seudorrevolucionarias.
Al mismo tiempo se achica la figura de quien busca imitarlo o igualarlo mediante grotescas vociferaciones seudorrevolucionarias.
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