ANDRÉS OPPENHEIMER
AOPPENHEIMER@ELNUEVOHERALD.COM
Ahora que la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños han
anunciado que se sumaran a las naciones islámicas para votar a favor de
la creación de un estado palestino en la Asamblea General de las
Naciones Unidas en las próximas semanas, es casi seguro que la moción
será aprobada por una cómoda mayoría de por lo menos 120 votos.
Con la excepción de México, Colombia, Panamá, Costa Rica y Guatemala,
cuyos votos aún no han sido anunciados, los países latinoamericanos
—encabezados por Brasil, Argentina y Venezuela— se han pronunciado
decididamente a favor de la propuesta de la Autoridad Palestina.
¿Qué tiene de malo que las Naciones Unidas voten a favor de la creación
de un estado palestino?, le pregunté al viceministro de relaciones
exteriores de Israel, Danny Ayalon, durante una entrevista reciente.
Ayalon respondió que la creación de un estado palestino debería ser el
resultado de negociaciones entre Israel y los palestinos, y no algo
impuesto desde el exterior. Esa es la manera en que recientemente se
creó Sudán del Sur, y la manera en que se crearon en la década de 1990
los ex estados soviéticos: primero se llegó a un acuerdo entre los
vecinos, y después se acudió a las Naciones Unidas para su aprobación,
dijo. “La única solución posible es la que provenga de negociaciones
entre ambas partes”, señaló.
Los líderes palestinos dicen que no tienen alternativa, porque Israel no
está dispuesto a negociar, le señalé. Lo que es más, afirman que una
resolución de Naciones Unidas no sería obstáculo para que las dos partes
negocien más tarde, agregué.
“Eso no tiene sentido”, respondió Ayalon. “Ellos impondrán una
resolución, gracias a la mayoría automática con que cuentan en las
Naciones Unidas, y esa resolución se hará eco de sus caprichosas
exigencias. Dejara a los palestinos encerrados en una postura
intransigente, y no negociarán”.
¿Pero qué otra opción tienen, si Israel no hace concesiones?, le pregunté.
“Hemos estado haciendo muchas, y estamos dispuestos a hacer más”, dijo
Ayalon, citando el hecho de que desde que se iniciaron las
negociaciones, en 1992, Israel ayudó a crear la Autoridad Palestina, la
respaldó económicamente, y devolvió el 42 por ciento de Cisjordania, y
el 100 por ciento de la franja de Gaza. Los palestinos también tendrían
que hacer concesiones, agregó.
¿Y qué deberían hacer?, le pregunté. “Deberían abandonar lo que ellos
llaman ‘el derecho al retorno’ a Israel de los refugiados palestinos.
Los refugiados deberían volver a su propio estado. ¿Por qué estaríamos
creando por primera vez en la historia un estado palestino? Para que
tengan un estado para los palestinos”, respondió.
En segundo lugar, los palestinos deberían llegar a un acuerdo con Israel
con respecto a las fronteras, para que Israel no sea atacado nunca más,
dijo. En tercer lugar, ambos bandos deberían llegar a un acuerdo sobre
Jerusalén, agregó.
“Jerusalén ha sido la capital del pueblo judío durante 3,000 años”, dijo
Ayalon. “Jerusalén es mencionada en nuestra Biblia judeo-cristiana 700
veces, y no aparece mencionada ni una vez en el Corán”.
¿Pero por qué tanto problema por esta resolución, si las resoluciones de
la Asamblea General son en gran medida simbólicas, ya que sólo las
resoluciones del Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas son
obligatorias?, le pregunté. Estados Unidos ya ha anunciado que vetará
esta resolución en el Consejo de Seguridad, agregué.
“El problema es que, al saltearse acuerdos —los acuerdos de Oslo— que
establecen que no recurriríamos a las Naciones Unidas, sino que
resolveríamos nuestros mediante negociaciones bilaterales, ellos están
eligiendo el conflicto y las confrontación en vez de la cooperación y la
negociación”, dijo Ayalon.
Mi opinión: Ayalon, para su conveniencia, omitió referirse al hecho de
que el gobierno de línea dura del Primer Ministro Benjamín Netanyahu en
Israel está dificultando las negociaciones al seguir expandiendo los
asentamientos israelíes en territorios árabes.
Pero Ayalon está en lo cierto al decir que una resolución para crear un
estado palestino según los términos de los palestinos —que permitirían
que 4.5 millones de palestinos, casi todos ellos descendientes de los
refugiados de la década de 1940, regresen a territorio israelí— sería
una manera indirecta de destruir a Israel como estado judío.
Si la Asamblea General de las Naciones Unidas vota una resolución a
favor del concepto general de crear un estado palestino, para que los
palestinos tengan una muy merecida patria, todos deberían apoyarla. Pero
si se trata de una resolución que no reconozca el derecho de Israel a
existir como estado judío, y que incluya la exigencia del “derecho al
retorno” de los refugiados palestinos a Israel, sería equivalente a
votar a favor de una destrucción demográfica en cámara lenta del estado
de Israel, y no debería recibir el apoyo de ningún país.
Twitter: @oppenheimera
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