El
modelo de capitalismo estatista impuesto por el tte coronel ha
conducido a un desplome de la economía del país, así como a un deterioro
notable en la calidad de vida de los venezolanos. La “robolución
bolivariana” se ha transformado en una pesadilla y en un calvario para
todos, pero en especial para los más desposeídos.
Cuando
la economía mundial sufrió los embates de la crisis generada por la
burbuja inmobiliaria en los EEUU, el tte coronel y su coro de
seguidores, tuvieron la desfachatez de afirmar que Venezuela estaba
blindada frente a la crisis del capitalismo, y que la Nación saldría
airosa de las turbulencias generadas por el desplome de la economía
Norteamericana y sus aliados financieros. Tiempo después estas falaces
aseveraciones fueron desmentidas por el propio Banco Central de
Venezuela (BCV), quien no tuvo más remedio que aceptar el deterioro de
nuestra economía a pesar de los esfuerzos del iletrado de Misia Jacinta
por maquillar las cifras. La economía se contrajo en el 2010 y entró en
una fase de recesión, el producto interno bruto (PIB) cayó en un 1,9%, y
la inflación cerró en un 26,9%, a pesar de las predicciones del monje
Jorge Giordani quien había estimado un crecimiento de 0.5% y una
inflación de un solo digito. Hoy cuando la economía mundial da signos de
transitar hacia una nueva crisis, el discurso “Goebbeliano” del
gobierno se hace escuchar. De nuevo afirman que nuestra economía no será
afectada por esta nueva crisis global. Sin embargo, ya hay evidencias
inquietantes: la economía tuvo una expansión de 4,8% en el primer
trimestre, pero en el segundo creció apenas la mitad 2,5%, demostrando
una franca desaceleración de la cual el régimen no habla.
Nuestra
tragedia económica responde en gran medida a la errática política
neoliberal que ha implementado el régimen, a través de un capitalismo de
Estado compulsivo e improvisado, que ha permitido el deterioro del
aparato productivo del país. Ello aunado a un desenfrenado endeudamiento
interno y externo, que en algunos casos ha implicado el uso de nuestras
riquezas petroleras como garantía para la aprobación de prestamos en el
exterior (China). Así a pesar de que en los últimos meses el precio de
la cesta petrolera venezolana ha registrado un incremento (alrededor de
los 100 dólares el barril), la deuda externa de la República no ha
dejado de crecer velozmente. Las estadísticas del BCV indican que las
cuentas por pagar, en dólares, registraron un salto de un 37%, desde 61
mil 714 millones hasta 84 mil 719 millones al contrastar el primer
semestre de este año con el mismo lapso de 2010 y en los últimos cinco
años, el salto ha sido de 150%. La magnitud de la deuda hoy compromete
el 49,3% del PIB, porcentaje nada despreciable para cualquier economía.
Además, se ha registrado un aumento en los compromisos en bolívares a
través de la venta de letras del tesoro y bonos a los bancos del país.
Esta
devastadora situación económica se ha traducido en un incremento en las
cifras de desempleo abierto y encubierto (informalidad), así como de
puestos de trabajo precarizados (cooperativas, empresas sociales, fundos
zamoranos, etc.) lo cual representa aproximadamente un 65% de la fuerza
laboral. El país vive una inflación galopante (la más alta de
Latino-américa) cuya cifra acumulada en el primer semestre del 2011 fue
de un 14%, versus 0,8% en México, 2% en Canadá, 0.6 en el Perú en el
mismo periodo. Además, de una caótica situación financiera de PDVSA,
reflejada por una contracción del 9.5% en sus ingresos, a pesar de los
precios internaciones del crudo y del aumento de la demanda petrolera en
el plano mundial. En el primer semestre de este año el PIB petrolero
fue un 13% menor que en 1998 mientras que Pdvsa, de no deber nada en
aquel año, ahora tiene compromisos por el orden de 29 mil millones de
dólares. En parte este endeudamiento ha sido para impulsar el
capitalismo de Estado depredador que publicita el enfermo tte coronel.
Hoy más que nunca nuestra economía es mucho mas dependiente de la renta
petrolera petróleo, al margen de las mentiras del régimen. Igualmente,
destaca la incapacidad del gobierno en satisfacer las justas demandas
socio-económicas de los trabajadores, a quienes intimida y reprime
mediante la militarización de empresas y centros de trabajo.
El
blindaje de nuestra economía es de papel, vulnerable y frágil ante los
avatares de la crisis global del capitalismo y por ende de los precios
petroleros. Desafortunadamente, los únicos que han resultado estar muy
bien blindados son los representantes de la mafia boliburguesa que
engordan sus bolsillos a expensas del socialfascismo del Siglo XXI. La
“robolución” bolivariana se reduce a un Alí Baba enfermo, que reside en
Miraflores junto a sus cuarenta ladrones con franela y boina roja que
vociferan “Patria, Socialismo o Muerte”, perdón, la muerte a solicitud
del tte coronel fue recientemente sustituida por viviremos y venceremos.
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