Por: José Rafael López Padrino
La
primavera árabe vuelve nuevamente al tapete del acontecer político
mundial. Ni la cruel y sanguinaria represión, ni los esfuerzos postreros
de las naciones del ALBA (Plan de Paz para Libia) han evitado la
estrepitosa caída del sátrapa del desierto. Hoy huye y se esconde ante
el avance de las fuerzas populares. Factores como la carencia de
libertades democráticas, la violación de los derechos humanos, la
represión, la corrupción y la crisis económica han sido algunos de los
elementos detonantes de la rebelión de las masas populares en Libia.
Con
la caída de Gadafi, el tte coronel pierde a un aliado más de su selecto
club de dictadores, que de paso, cada día ve disminuir su membrecía. El
iletrado de Miraflores y sus acólitos ponderaron al régimen de Gadafi
como ejemplo revolucionario y antiimperialista. Sin embargo, la realidad
es otra, Gadafi representó un proyecto populista y sanguinario que
reprimió son saña a todo aquel que disentía de su política. Miles de
estudiantes, trabajadores, militantes socialistas, fueron encarcelados, o
simplemente asesinados en las mazmorras del régimen. En cuanto al mito
antiimperialista, si bien es cierto que el hoy defenestrado dictador
nacionalizó el petróleo, con el pasar de los años revertió dicha
política nacionalista al entregar las riquezas petroleras a las grandes
transnacionales energéticas. La afirmación del iletrado de Miraflores,
así como de algunos opinadores de oficio de que
“los imperialistas desean cogerse el petróleo del territorio Libio” es
sinónimo de una total ignorancia- ¿Cuál petróleo desean robarse los
Estados Unidos y sus aliados, si ya es de ellos?. Sino que le pregunten a
las empresas OMV, British Petroleum, Statoil, Eni, Total, Repsol
One-Nine Petroleum, etc. que actualmente lo extraen del suelo libio.
Obviamente
los halagos y solidaridad expresados por el tte coronel para con Gadafi
no han sido fortuitos, responden a la identidad entre ambos modelos
salpicados de megalomanía, caudillismo y culto a la personalidad. Ello
explica la decisión del cantinero Miraflores de imponerle al ladino del
desierto la Orden del Libertador (2009), máxima distinción que otorga la
República, y regalarle una replica de la espada del Libertador Bolívar.
Pero el autócrata criollo no se quedó allí sino que incluso comparó al
bribón de Trípoli con la figura de nuestro Bolívar, al afirmar "Gadafi
es para Libia lo que Bolívar es para nosotros". El socialfascismo del
siglo XXI, es una simple reproducción caricaturesca de los moldes que
Gadafi implantó en Libia durante su permanencia en el poder.
La
complicidad con el régimen sanguinario de Gadafi ha sido inmoral.
Solidarizarse con un vil asesino responsable del genocidio de su propio
pueblo no tiene calificativo.
http://aserne.blogspot.com/
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