ACN – EFE
Los servicios de seguridad israelíes han declarado el estado de
alerta máxima a partir de mañana viernes en previsión de posibles
disturbios después del discurso que pronunciará en la ONU el presidente
palestino, Mahmud Abás.
“No tememos nada en particular, pero estamos preparados para un
número considerable de escenarios de distinta intensidad”, dijo hoy a
Efe Micky Rosenfeld, portavoz de la Policía. La alerta, que estará en
vigor durante tres semanas debido a que el próximo miércoles comienza en
Israel el mes de fiestas del Año Nuevo hebreo, incluye a los efectivos
de la Policía y del Ejército, el Maguen David Adom (equivalente a la
Cruz Roja) y cualquier otro servicio de emergencia bajo el paraguas de
la “Comandancia RAHEL” de defensa civil.
Nueve mil agentes de policía, de un total de 35.000 que prestan
servicio en ese cuerpo, así como miles de voluntarios, participan en el
dispositivo de seguridad dentro de las zonas más sensibles de Israel.
El Ejército, que también ha movilizado a al menos dos regimientos de la
reserva, se encargará de la vigilancia en las zonas fronterizas y en el
territorio ocupado de Cisjordania.
La emisora de radio “La Voz de Israel” informó hoy, jueves, del temor
de los servicios de seguridad a que manifestantes palestinos traten de
cruzar en masa los controles y pasos fronterizos desde Cisjordania, en
particular los que dan acceso a Jerusalén Oriental, donde los palestinos
aspiran a declarar la capital de su futuro Estado. Según Rosenfeld,
“en los últimos meses más de 7.500 agentes han recibido formación para
hacer frente a situaciones multitudinarias, y aunque esperamos que la
situación sea de calma, sabremos como controlar cualquier escenario”.
Tanto la Policía como el Ejército israelíes han dotado a sus hombres
de equipos antidisturbios y armas no letales, según algunos medios
valoradas en más de 180 millones de shékels (unos 49 millones de dólares
o 36 millones de euros).
Ayer, en una protesta al sur de Ramala en la que jóvenes quemaron
neumáticos e intentaron formar barricadas frente al paso de Qalandia, el
Ejército empleó una de ellas, el “Scream” (Grito), que hace perder el
equilibrio y provoca náuseas y mareos. Otras protestas menores
tuvieron lugar en los distritos de Belén y Hebrón entre colonos judíos y
palestinos, hasta ahora sin víctimas mortales.
El jefe de la Policía israelí, el comisario Yohanán Danino, advirtió
hace unos días de que una de las principales amenazas a la estabilidad y
el orden en estos días de tensión son las provocaciones de los colonos
más extremistas. “Estamos preparados para mantener el orden en
Jerusalén, en Judea y Samaria (nombres bíblico de Cisjordania), en los
controles y en los pasos fronterizos alrededor de la ANP”, explicó
Rosenfeld.
Fuentes de seguridad dijeron a la Voz de Israel que creen que el fin
de semana pasará relativamente tranquilo porque los líderes palestinos
no desean una escalada de violencia, lo que podría desacreditar los
votos de paz que acompañan su candidatura a la ONU. El discurso del
líder palestino ante la Asamblea General está previsto a media tarde
(hora local) y el del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, una
hora después.
El del presidente, Barack Obama, ayer en el que dijo que un Estado
palestino “debe surgir de conversaciones directas con Israel y no a
través de iniciativas unilaterales en la ONU”, cercenó cualquier
posibilidad de éxito de la petición de admisión de los palestinos, lo
que puede alentar un sentimiento de desesperación en Cisjordania y Gaza.
El portavoz del movimiento islamista Hamás, Fauzi Barhum, dijo ayer a
Efe que el Estado independiente “no se alcanzará a través de la
negociaciones o de la ONU, sino de la resistencia y la unidad
nacional”. Por el temor al lanzamiento de cohetes desde la franja de
Gaza, el Ejército israelí ha extremado la vigilancia en esa frontera, y
en la que le separa del territorio egipcio del Sinaí a lo largo de más
de 200 kilómetros.
El pasado 18 de mayo ocho israelíes murieron en una cadena de
atentados en una carretera paralela a esa frontera de la que Israel
acusó a un grupo armado de Gaza, a pesar de que los integrantes del
comando eran todos egipcios. Máxima alerta ha declarado también el
Ejército en las fronteras con Líbano y Siria, escenarios el pasado mes
de mayo de dos intentos de incursión por parte de refugiados palestinos
que acabaron en la muerte de decenas de personas.
EFE
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