El Estado venezolano, dicho así, con mayúsculas, no se parece a los venezolanos. El Estado venezolano es una aspiración mítica de sus ciudadanos. Hoy día ocupa la primera magistratura un bohemio militar que alcanzó el poder por la subestimación de sus talentos en oratoria y de unos adversarios demasiado confiados, otra típica historia de caudillismo latinoamericano.
Dicho en otras palabras, es más o menos un bribón que bajo una arquitectura democrática concentra todo el poder del Estado. No puede llamarse demócrata un Presidente que solo sabe y puede gobernar con Leyes Habilitantes, desconociendo el consenso. Desde hace rato que ya a muchos no les gusta el Presidente. Puede ser que nos quejemos privadamente sobre todo por la corrupción gubernamental, o de tal o cual pillo que se robe un dinero, pero ¿Que hacemos? Simplemente la toleramos y aceptamos como algo "lógico". En el bizarro mundo venezolano, el hombre honesto o es un pendejo o es simplemente una excepción lujosa.
¿Cómo hacer con un país que ha sido empujado al divorcio de principios y valores, un país donde la realidad apesta?
A ustedes que cada día despiertan en el mañana, apresurados a atender lo que ese día deben atender. A los que cada día amanecen presurosos, y algunas veces con desgano, preparándose para cumplir una tarea y al salir de casa se persignan esperando volver vivo al hogar. A ustedes les quiero pedir que se detengan un momento, solo unos minutos. Mire a su alrededor. Vea la calle, lo que hace la gente que le rodea, recuerde como ha sido su vida los últimos 12 años. Trate de recordar como era su vida antes. ¿Cree usted que está cerca de tener sus necesidades básicas de vida satisfechas? ¿Esas que ayudan a mantener una salud mental o física, respirar, beber agua, alimentarse? ¿Puede usted dormir bien? ¿Siente que tiene seguridad y protección? ¿Considera que este gobierno le brinda seguridad física y de salud, seguridad de empleo, de ingresos y recursos, seguridad moral, familiar y de propiedad privada? ¿Puede usted soñar? Seguramente su pensamiento y frustración se diluirán imaginando como estirar su quincena o quizás ni tenga chance de pensar en esto, porque está evitando ser la próxima victima de la delincuencia.
El gobierno tiene problemas y todo el mundo sabe que el gobierno tiene problemas. Pero hemos comenzado a entender que el gobierno no es una catástrofe natural, sino una contingencia que se expresa en un proyecto antidemocrático, para ser más específico: comunista. Quizás muchos han comenzado a entender que ese proyecto totalitario del gobierno tiene que ver con nuestro futuro y el de nuestros hijos.
El venezolano le ha pedido desesperadamente al gobierno que asuma dignamente su condición y responsabilidad y que en lugar de dividirnos, nos dé signos inequívocos de que si le interesa la suerte este país donde todos cabemos, sin embargo, las señales del caudillo de Miraflores son inequívocamente contrarias a la cultura, gentilicio y tradición de un pueblo que desea vivir en paz y sosiego.
Después de estar encerrado durante 6 años, haber recorrido esposado mas de 42.000 kilómetros, haber asistido a 1500 horas de terror psico-judicial que terminó en una condena de 30 años de prisión, sin beneficio alguno y que se pretende mantenerme esos 30 años en una mazmorra, después de sufrir la impotencia de no poder actuar cuando mi esposa y mis hijos han sido agredidos o amenazados de secuestro, cuando mi casa fue atacada con bombas molotov y que siguen siendo el blanco de una sistemática y cruel venganza, le puedo decir que nadie va a venir a resolver sus problemas, quizás sean muy pocos los que incluso te ayuden, muchos asumirán la actitud del disimulo.
Por la naturaleza de mis pensamientos Yo me he convertido en claro "peligro" para este régimen, soy el vivo testimonio de un credo político, algunos ven con cuidado la forma como expreso y defiendo las ideas que muchos no se atreven a expresar por miedo. ¿Hasta donde puede usted tolerar vivir en miedo? Yo siempre he sido un fiel creyente de la justicia y durante 25 años en la PTJ como investigador criminal trabajé por ella. Desde mi celda hasta con mi ultimo aliento insistiré en la libertad, la justicia y la paz. Yo prefiero ser integro y libre en la cárcel, que cobarde y esclavo en libertad.
El 23 de Enero de 1958 fue un júbilo, un aire cordial que flotó en el país. Fue la posibilidad de hablar de lo que quisieras, de criticar al gobierno, y hasta de sustituirlo. Betancourt definió posiciones y jugó al equilibrio. El modelo de país que su gobierno intuía se parecía a ese lugar donde vivían y se podía soñar, un lugar donde las añoranzas se hacen realidad un país donde todos contamos y todos somos importantes.
Este 23 de enero tienes una oportunidad de actuar, de defender tus derechos, tienes la oportunidad de salir a la calle, cívica y pacíficamente, a decir que no estas de acuerdo con la forma como se está cambiando al país y a nuestra sociedad. A decir que eres tú y no el gobierno quien decide como educar a tus hijos, a decir que no deseas que el gobierno sea el propietario de tu casa, a decir que ya basta de vivir con miedo de morir a manos del hampa, a decir que ya basta de sembrar odio y resentimiento entre los venezolanos, que ya basta de que la gente muera en las puertas de un hospital porque no hay recursos, que ya basta de que los jóvenes se tengan que ir del país a intentar buscar un futuro como inmigrantes, que ya basta de segregación, de exclusión, de amenazas, de culpar a otros. Ya es tiempo de que seas tú, y no el gobierno, el dueño de tu país.
Yo en mis limitadas posibilidades y desde mi celda he protestado y lo seguiré haciendo porque creo en mi país, sin duda en algún momento me he sentido afligido por el tormento físico y la angustia mental, pero he tratado de mantener mi espíritu imperturbable y de transmitir eso a mis hijos en cada incómoda visita a la cárcel. Yo siempre podré pararme frente a mis hijos y decirles que hice todo lo necesario para garantizarles una vida libre en una tierra hermosa y llena de oportunidades, ¿Podrás tu hacer lo mismo? El 23 de Enero del 2011 tienes una cita con tu futuro, porque los sueños pueden convertirse en realidad siempre y cuando los desees tanto, como para ir tras ellos.
Iván Simonovis
Prisionero Político
VENEZOLANOS EN LINEA
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