En un sótano. En una celda de 2,30 por 2,30 está preso un mago, un caricaturista, un abogado, un piloto de helicóptero, un policía, un hombre que tiene avalada su inocencia. Un hombre del que no hay pruebas para que esté tras las rejas y eso está asentado en un expediente. Un hombre que el 11 de abril de 2002 salvó vidas y hoy tiene sobre sí el peso de una condena de 30 años.
El 17 de diciembre cumple 61 años. Hace seis años que está detenido en El Helicoide en Caracas. Cuando llegó pesaba 80 kilos. A la fecha ha perdido ocho. En la sala de visita del Sebín, Lázaro Forero espera los jueves y los domingos para reunirse con su familia. El comisario que dedicó 34 años de su vida a la Policía Metropolitana habla pausado, recuerda detalles y los cuenta. Comenta que hace chistes de las situaciones para darle otro matiz a lo que le pasa día a día. “Mi esposa dice que yo soy un payaso”.
Recalca que hay días en que no le provoca salir de su celda. “Un día es una fotocopia del otro”. Durante los 365 días del año hace lo mismo: “Dar vueltas por el pasillo, ves televisión, lees, escribes, vuelves al pasillo, vuelves a ver televisión a leer y a escribir y así lo repites todo el día”.
Sólo seis horas al mes toma sol. “El problema es que esto no es un penal y no hay programas de estudios o de trabajos para ocupar el tiempo de ocio y para que el preso tenga oportunidad de utilizarlo para su redención”.
Forero tiene siete hijos, dos nietas y su esposa Yajaira Castro quien también es su abogada. De su situación actual dice que siente “mucha impotencia”. Recalca: “Durante toda mi vida he estado del lado del la ley, pase 34 años cumpliendo y haciendo cumplir la ley y ahora, estoy preso como un delincuente, sin serlo”.
- ¿Por qué se le otorgó una condena de 30 años, sin pruebas?
- El Gobierno tenía que justificar su responsabilidad en los hechos del 11-A y condenándonos, eximia de culpa a los pistoleros de Puente Llaguno, únicos responsables de los muertos y heridos de ese día.
- ¿Es usted un trofeo de Chávez?
- Nosotros le lavamos la cara al Gobierno, en el exterior. El Gobierno nos exhibe como los responsables de los muertos y heridos del 11-A y ellos quedan libres de toda culpa. Digo en el exterior, porque internamente todos los venezolanos saben que nosotros somos inocentes.
- ¿Qué cambiaría de su actuación el 11 de abril?
- De mi actuación no cambiaría nada porque siempre estuvo ajustada a las leyes. Mi actuación ese día lo que hizo fue salvar vidas.
- ¿Cómo califica que a quienes se les vio disparando el 11-A estén libres y usted sin pruebas esté condenado?
- Eso es lo mas aberrante del sistema judicial venezolano. Una jueza arrodillada al Presidente, unos fiscales sin ética, sin dignidad, manipulando descaradamente las pruebas para justificar lo injustificable y sentenciar a unos inocentes y exculpar a los verdaderos asesinos que dispararon a mansalva a una manifestación pacífica. Ya ellos fueron recompensados, a la ex fiscal Haiffa Haisami la acaban de nombrar Embajadora en Holanda, hasta allá la va a perseguir el fantasma de haber acusado a hombres inocentes. A la jueza Margiori Calderón, posiblemente la nombrarán magistrado del TSJ.
- ¿Qué fue lo primero que le pasó por la mente cuando lo detuvieron?
- Pensé, que como yo estoy seguro de ser inocente mi detención no iba a durar mucho. Confiaba en la justicia y que al no haber pruebas que me inculparan mi detención no iba a durar mucho. Qué equivocado estaba.
- ¿Qué ha sido lo más difícil de estar preso?
- Lo más difícil de estar preso es la separación de mi familia. Yo soy una persona de hogar acostumbrado a dedicarle mi tiempo libre a mi familia, a disfrutar, a planificar el futuro, a emprender proyectos, todo eso no existe por ahora. Es muy difícil ver a mi esposa luchando sola y a mis hijos creciendo sin mí, sin poderles dar un consejo, una orientación a tiempo, viendo como pasan los momentos importantes en su vida sin su papá.
- ¿Ha hablado con las familias de las víctimas del 11-A? ¿Ellos lo consideran a usted el verdugo de sus familiares?
- Yo lamento las muertes y los heridos de esos días. A las familias de las personas fallecidas de verdad les doy mis condolencias y lamento profundamente sus perdidas, y así se los dije en el tribunal. Ellos que asistieron durante tres años al juicio saben que nosotros somos inocentes, lamentablemente fueron manipulados políticamente y aunque entienden, no reconocen que nosotros no matamos a sus familiares.
- ¿Qué tiene que pasar en el país para que las personas que son prisioneros políticos puedan obtener la libertad?
- Lo único que tiene que pasar es que cambie el Gobierno. Todos los prisioneros políticos somos presos del Presidente Chávez. El poder judicial está arrodillado ante el gobierno de Chávez, esta compuesto por una gran cantidad de jueces y fiscales blandengues sin ningún tipo de dignidad, ni valores que llevan a la cárcel a personas inocente solo por cuidar un sueldo. Yo no creo que sean revolucionarios porque los verdaderos revolucionarios defienden principios, estos jueces y fiscales lo que defiende son sus cargos. Con qué ejemplos de dignidad criarán a sus hijos, qué ejemplos le darán, creo que ninguno, porque no tienen moral, ni ética profesional, ni vergüenza ni orgullo. Los pocos jueces honestos que hay tienen miedo de tomar una decisión ajustada a derecho porque pueden ir presos como la jueza Afiuni.
- ¿Qué pasa con los jueces en Venezuela?
- Un juez no vale nada en Venezuela, se ha perdido la majestad de ese cargo. Antes un juez era un profesional con mística, con ética, con dignidad. Hoy lo que hay que hacer es ser incondicional con la revolución no importa que no tengas ni los conocimientos ni la experiencia. En la designación de los nuevos magistrados del TSJ, están seleccionados jueces que han sido removidos del Poder Judicial por actos deshonestos. Allí está Isaías Rodríguez, el hombre mas funesto que ha pasado por la Fiscalía, acusado de armar expedientes y fabricar testigos estrellas para meter presa a gente inocente.
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