Por lo que pueda haber, porque lo que se invente que hay y por lo que realmente haya. Porque es que cuando uno está metido en negocios raros con gente rara, está siempre expuesto. Aquello de “dime con quien andas…”. Ante este suceso, las FARC contestaron pidiendo una oportunidad y asegurando que no habrá rendición. Lo que por supuesto, mantiene en vilo las vidas de los secuestrados, esos mismos tras alambres de púas, frente a los que se paseaba el Mono Jojoy.
El Presidente Santos ha contestado al clamor de los colombianos que votarn por él y hoy llenan los comentarios de los distintos diarios del pais y las pantallas televisivas en sondeos de opinión espontáneos en las calles de sus diferentes regiones. Así como hay un rechazo impresionante a Piedad Córdova y Hugo Chávez. Santos ha dejado claro que no hará concesiones. Es una advertencia tambien a los que pensaron en una posición blandengue de su parte cuando recibió a Chávez en Santa Marta con su chaqueta tricolor, su prepotencia y su manipulación.
Los acuerdos no han provocado la confianza a la que obligaban las atenciones colombianas. No la hay porque las diferencias entre los gobiernos, que dependen de sus mandatarios, nacen de los valores, de los principios de personalidad, de educación, de crianza. Y eso no se cambia por una chaqueta o por un abrazo.
Las expectativas se han ido minimizando y se habla poco de ellas. Para no afectar lo que se pueda lograr. Nosotros, que llevamos 12 años con este hombre desbordado, psicopático y violento sobre nuestras vidas, sabemos cuán poco le importa llevarse todo por delante en un momento de ira.
Pero Colombia no se ha quedado dormida esperando por Chávez. Su economía lo demuestra. Y su valor y madurez democrática.
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